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SAN AGUSTIN. OBRAS

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ti o en aquel que tan elegantemente se expresó sobre él al decir: tiene al conde por dios.<br />

Distinguid a los que bautizó cada uno; reconoced en unos el bautismo verdadero, y excluid<br />

de los otros la imagen e introducid la verdad.<br />

Falsarios<br />

XXIX. 66. Petiliano: "Vamos a examinar pequeños detalles: ¿Puede hacer justicia el que<br />

no es magistrado de la curia, o es conforme a derecho lo que diga una persona privada<br />

cuando subvierte los derechos públicos? ¿O no sucede más bien que el culpable no sólo no<br />

aprovecha nada, sino que con lo que hace es considerado como un falsario?"<br />

67. Agustín: Pues qué, si este privado y falsario transmite a alguien alguna orden del<br />

emperador, ¿acaso el destinatario, al compararla con los que la tienen y descubrir que es<br />

auténtica, parará su atención en quién se la entrega y no en lo que recibe? Cuando el<br />

falsario da algo procedente de su falsedad, es falso lo que da; en cambio, cuando se da<br />

algo ajeno que es verdadero, aunque se dé por medio de un falsario, puede éste no ser<br />

veraz, pero es verdadero lo que da.<br />

La verdad no deja de serlo porque la proclame un pecador<br />

XXX. 68. Petiliano: "Otro caso: Si alguien retiene en la memoria las fórmulas religiosas del<br />

sacerdote, ¿es acaso sacerdote porque recita con boca sacrílega la fórmula religiosa del<br />

sacerdote?"<br />

69. Agustín: Hablas ahora como si buscáramos quién es verdadero sacerdote y no cuál es<br />

el verdadero bautismo. Pues para ser uno verdadero sacerdote es preciso que se revista<br />

no sólo del sacramento, sino también de la justicia, como está escrito: Tus sacerdotes se<br />

vistan de justicia 80 . En cambio, el que es sacerdote con el solo rito sacramental, como lo<br />

fue el pontífice Caifás, perseguidor del único y verdadero Sacerdote, puede muy bien no<br />

ser veraz; en cambio, es verdadero lo que da, si no da de lo suyo, sino de lo de Dios,<br />

como se dijo del mismo Caifás: Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era<br />

Sumo Sacerdote, profetizó 81 .<br />

No obstante, para servirme de la comparación que tú mismo has aducido, si oyes aun de<br />

un profano una oración sacerdotal acomodada a las palabras y enseñanzas evangélicas, ¿<br />

puedes acaso decirle: "No es verdadera", aunque él no sea ni verdadero ni real sacerdote,<br />

cuando el apóstol Pablo dijo que era verdadero cierto testimonio de no sé qué profeta<br />

cretense que no se contaba entre los profetas de Dios? Dice así: Uno de ellos, profeta<br />

suyo, dijo: Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos. Este<br />

testimonio es verdadero 82 . Por consiguiente, si el Apóstol confirmó el testimonio de no sé<br />

qué profeta extranjero porque lo encontró verdadero, ¿por qué nosotros, cuando<br />

encontramos en alguien lo que es de Cristo y es verdadero, aunque aquel en quien se<br />

encuentra sea perverso y falaz, no separamos el vicio propio del hombre y la verdad que<br />

no tiene de sí, sino de Dios, y decimos: "Este sacramento es verdadero", lo mismo que<br />

dice Pablo: Este testimonio es verdadero?<br />

¿Acaso al decir "este sacramento es verdadero", afirmamos por ello "también este hombre<br />

es veraz?" Lo mismo que el Apóstol, ¿acaso contó entre los profetas de Dios a aquel<br />

profeta al afirmar que era verdad lo que descubrió en él?<br />

Igualmente el mismo Apóstol, hallándose en Atenas, entre los altares de los demonios<br />

encontró un altar en el que estaba escrito: Al dios desconocido; tomó este testimonio para<br />

instruirlos en Cristo, citándolo en un discurso y añadiendo: al que adoráis sin conocer, ése<br />

os vengo yo a anunciar 83 . ¿Acaso por haber encontrado entre los altares de los ídolos un<br />

altar levantado por los mismos sacrílegos condenó o rechazó por eso lo que allí había de<br />

verdadero, o, al revés, por lo verdadero que en altar había leído recomendó el<br />

seguimiento de los sacrificios de los paganos?<br />

Y luego, cuando trata de darles a conocer, según le parecía oportuno, al mismo Dios<br />

desconocido para ellos y conocido por él, les dice entre otras cosas: No se encuentra lejos<br />

de cada uno de nosotros; pues en él vivimos, nos movemos y existimos, como han dicho<br />

algunos de los vuestros 84 . ¿Acaso él, al encontrar testimonios de la verdad entre los<br />

impíos, aprobó a estos en atención a aquellos testimonios o condenó estos testimonios por<br />

causa de aquellos hombres?

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