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SAN AGUSTIN. OBRAS

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eforma; y todo aquel que piensa que lo hecho por Dios pudiera ser hecho de otra forma,<br />

acusa al artífice por hacer una criatura necesitada de reforma".<br />

Ag.- Calla, por favor. No sabes lo que dices. Nacen algunos con los labios cosidos y los<br />

cirujanos les hacen hablar. Vivió entre nosotros un cierto Acucio, de honrada familia.<br />

Nació, se decía, ciego; y como la adhesión de los párpados no permitía saber si los ojos<br />

estaban sanos, quiso un médico emplear un hierro para abrirlos; pero la piadosa madre no<br />

se lo permitió, y obtuvo el mismo resultado aplicándole una cataplasma formada con las<br />

especies eucarísticas; como el niño tenía ya unos cinco años, se acordaba de este hecho y<br />

lo refería.<br />

Y no hablo del ciego de nacimiento del Evangelio, a quien el mismo Creador volvió la vista,<br />

y todo para recomendar su gloria. Y no se silencia la causa por que nació ciego; no fue por<br />

un pecado de sus padres, ni por sus propios pecados; sí para que se manifestasen las<br />

maravillas de Dios en sus obras 112 . Pregunta a lo médicos y te dirán a cuántos hombres<br />

llevan, cuando pueden, su ayuda, ya sea suprimiendo los defectos corporales, ya para que<br />

el mal de nacimiento no los remate. Unos nacen con la boca cosida, otros con ciertas<br />

adherencias en los canales inferiores que, de permanecer este defecto, no les permitiría<br />

vivir. Y cuando el arte de la medicina remedia estos males, no por eso se culpa la obra de<br />

Dios que se corrige. ¿Qué verdadero adorador de Dios ignora que conviene que algunos<br />

nazcan como nacen?<br />

Pero todo esto pertenece a los males del género humano, en medio de los cuales, por<br />

justo juicio de Dios, pasan los días malos del hombre, llenos de trabajos, dolores, temores<br />

y peligros; males que, lejos de nosotros pensar pudieran existir en el paraíso feliz, pues<br />

pulularon de la raíz del pecado. ¿Qué digo? La misma inteligencia, si se abandona a su ser<br />

natural y no se la cultiva con esfuerzo, por medio de una enseñanza graduada, ¿qué será<br />

de ella? Vosotros llenáis vuestro paraíso de hombres tarados espiritual y corporalmente,<br />

para negar, con los ojos, por desgracia, cerrados y la boca sin rubor abierta, la existencia<br />

del pecado original.<br />

Dios prepara la voluntad<br />

163. Jul.- "Conservando la medida en el elogio debido a la naturaleza, incluso en los<br />

niños, afirmamos que los beneficios de la gracia divina son útiles y necesarios en cualquier<br />

edad, pero de tal manera que ni la virtud ni el pecado puedan ser atribuidos a otra causa<br />

que a la voluntad personal de cada uno".<br />

Ag.- Cierto, no se puede ser virtuoso si uno no quiere; pero el Señor dispone la voluntad<br />

113 , como la de aquel rey en favor de la orante Ester 114 .<br />

El soplo sobre los bautizandos<br />

164. Jul.- "Si bien la bondad de Dios se manifiesta más abundante cuando santifica a los<br />

niños que no se dan cuenta, y esto cede en el elogio de su misericordia, y les preserva de<br />

pecado, y esto pertenece a una ley de justicia".<br />

Ag.- Si son preservados del pecado, ¿por qué no todos son santificados? ¿Y por qué<br />

aquellos que lo son reciben las insuflaciones?<br />

Ya contestó Agustín a Juliano<br />

165. Jul.- "Hablo de las virtudes que adquirimos en pleno uso de la razón, y aquí pido al<br />

lector atención a lo que voy a decir, como con frecuencia lo vengo inculcando. Y verá que<br />

en nada difieren los traducianistas de los maniqueos, y nos objetan idénticos argumentos<br />

a los que se encuentran en sus libros. Traté ya de esto en el cuarto libro de mi primera<br />

obra".<br />

Ag.- Y te contesté en mi sexto libro.<br />

Carta de Manés a su hija<br />

166. Jul.- "Después de su publicación a ruegos tuyos, bienaventurado padre Floro, se<br />

encontró en Constantinopla una carta de Manés enviada a este país. Merece la pena citar<br />

alguna de sus partes para que todos comprendan de dónde vienen los argumentos en

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