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SAN AGUSTIN. OBRAS

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hombres infieles, ni a los cachorrillos, a los cerdos, a los peces o gusanos, ni a ninguna<br />

especie de animales; y afirmáis que los niños nacen sin pecado original, que sana la<br />

regeneración.<br />

Tú, oprimido ahora por grandes angustias, suprimes el nombre de medicina y lo sustituyes<br />

por el de gracia; y así podéis afirmar que la gracia es necesaria a los niños a causa de la<br />

adopción; pero no podéis proclamar la necesidad del remedio medicinal de los<br />

sacramentos de Cristo para aquellos a quienes prometéis la salud eterna, aunque no sean<br />

cristianos. No queréis sea Cristo para ellos Jesús; llamado así, testigo el ángel y testigo el<br />

Evangelista, porque venía a salvar a su pueblo, no de enfermedades o heridas de carne,<br />

que él sana en hombres, aves y reptiles, sino de sus pecados 111 .<br />

Los remedios son para los enfermos<br />

151. Jul.- "No obstante, esta gracia se llama a veces medicina, porque, salva la ley de<br />

justicia, a unos hace de malos buenos; y a los niños, que Dios creó buenos, los hace, por<br />

la renovación adoptiva, mejores".<br />

Ag.- En este caso, las palabras de Jesús: No tienen los sanos necesidad de médico, sino<br />

los enfermos, en cuanto se refiere a la medicina que Cristo otorga a los cristianos, no tiene<br />

cumplimiento en los niños, porque éstos gozan de buena salud; sin embargo, para evitar<br />

la odiosidad, sostienes que les es necesaria la medicina de Cristo. Y ¿cómo puede Cristo<br />

renovar a hombres recién nacidos, si nada traen del antiguo pecado?<br />

Dirás que una cosa no antigua puede renovarse si lees en la carta a los Hebreos: Al decir<br />

Pacto nuevo da por viejo al primero. Di cómo pueden ser viejos los recién nacidos cuando<br />

tú los declaras libres de la vejez del pecado. Con todo para evitar la indignación de los<br />

verdaderos cristianos, finges sean renovados por Cristo. Por último, una cosa es ser<br />

sanados y otra renovados por Cristo; los remedios son para los enfermos que necesitan<br />

sanar; la renovación es para los que necesitan ser remozados. Está, pues, claro que<br />

vuestra herejía niega a los niños la medicina cristiana.<br />

Prueba Juliano que no puede probar<br />

152. Jul.- "Es, pues, manifiesto que nosotros no negamos que la gracia de Cristo sea útil a<br />

los niños. ¿Qué resta de la controversia por la que los traducianistas nos acusan de error;<br />

esto es, porque no concedemos haya sido la naturaleza buena en Adán y mala en todos los<br />

demás hombres? Esto no solo no lo aprobamos, sino que lo impugnamos con todas<br />

nuestras fuerzas. Descartadas estas mal hilvanadas redes de tus ficciones pueriles y<br />

vulgares manías, en las que insinuabas que nosotros negamos la necesidad de la gracia a<br />

los niños, llegamos ya al nudo de la cuestión. En seguro nuestra doctrina sigo el orden que<br />

prometí y pesemos los principios de Manés, del que finges ser enemigo, y los tuyos".<br />

Ag.- No defendiste vuestra doctrina, pero sí probaste que no se podía defender.<br />

En todo nacido hay una naturaleza buena y un vicio<br />

153. Jul.- "Dice Manés que el hombre fue creado por el príncipe de las tinieblas, autor del<br />

mal, y que consta de dos sustancias, una buena y la otra mala. ¿Tú qué dices? Que todos<br />

los hombres han sido creados malos por un Dios bueno".<br />

Ag.- En todo hombre nacido existe una naturaleza, que reconocemos es buena, y por la<br />

cual alabamos al Dios creador; y un vicio, que tú no niegas es un mal; y si, presionado por<br />

nuestros argumentos, reconoces que también los niños necesitan del médico Cristo, no<br />

puedes negar lo que dijo el mismo Cristo: No necesitan de médico los sanos.<br />

Manés y Agustín según Juliano<br />

154. Jul.- "No hay desacuerdo entre tú y Manés sobre la cualidad de la naturaleza, sí<br />

sobre su autor. Tú atribuyes este mal a Dios, pues le confiesas creador de los niños,<br />

mientras Manés atribuye su creación al príncipe de las tinieblas, a quien considera creador<br />

de la naturaleza humana. Para un pacto entre vosotros no existen mayores obstáculos. En<br />

seguida voy a probar que no hay en vosotros ni sombra de verdad, pero sus palabras<br />

tienen más lógica que las tuyas.

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