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SAN AGUSTIN. OBRAS

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aniquilado. Es un pecado en el que nunca creyó la fe de nuestros antiguos, pues no<br />

dudaron jamás de que sean los niños obra de Dios, y de que Dios nada malo puede crear.<br />

Así, las criaturas, formadas por Dios, antes del libre uso de su voluntad no pueden ser, sin<br />

calumnia, consideradas culpables ni sometidas, con derecho, al diablo".<br />

Ag.- Doy a este pecado el nombre de original, no el de natural, para mejor expresar que<br />

su origen es humano y no viene de Dios; y en especial para indicar que entró en el mundo<br />

por un solo hombre, y no puede ser borrado por la dialéctica de Pelagio, sino por el<br />

sacramento de la regeneración cristiana. Dices que todos los niños deben ser regenerados<br />

por el bautismo; conocemos bien el sentido que tienen estas palabras en tus labios, y por<br />

eso eres hereje. Esta nueva peste, en oposición a toda la tradición de la Iglesia católica,<br />

enseña que los niños no son rescatados del poder de las tinieblas por la gracia del<br />

Redentor, aunque la católica practique sobre ellos insuflaciones y exorcismos; pero no<br />

contra la obra de Dios, sino contra el poder del diablo.<br />

¿Cómo puedes decir que los niños, después de recibir un nacimiento poco cotizado, no<br />

culpable, reciben en el segundo nacimiento algo de más precio, pero esto sin calumniar al<br />

primero? ¿Cómo puedes hablar este lenguaje sin pensar en el precio que los hace renacer<br />

a una vida de inmenso valor? ¿Y no es este precio la sangre del Cordero inmaculado? ¿Y<br />

no nos dice el mismo Cordero por qué la derramó? ¿No clama él: Esta es mi sangre,<br />

derramada por muchos para el perdón de los pecados? 15<br />

Pero tú, gran prestidigitador, enseñas que esta sangre ha sido derramada también por los<br />

niños, pero niegas les sean perdonados por ella los pecados. Según tú, necesitan los niños<br />

recibir el bautismo, pero no necesitan ser purificados. Tienen necesidad de ser renovados,<br />

no de ser despojados de viejos andrajos. Tienen necesidad, dices, de ser adoptados por el<br />

Salvador, no de ser salvados.<br />

Somos nosotros los que calumniamos a estos párvulos porque decimos que están muertos<br />

por los delitos y el prepucio de su carne, y necesitan ser bautizados en la muerte de Cristo<br />

para que mueran al pecado los que estaban muertos por el pecado; por el contrario, tú los<br />

defiendes al negar que estén muertos, y al actuar así impides sean liberados del que<br />

posee el imperio de la muerte; de esta manera no pueden recibir ningún beneficio de la<br />

muerte de Cristo, el único que murió por todos. Después de estas palabras concluye el<br />

Apóstol: Luego todos están muertos y por todos murió 16 . Consecuencia: aquel que<br />

defiende a los niños y niega estén muertos, no los defiende de la muerte, antes los<br />

precipita en una segunda muerte, pues los excluye del beneficio de la muerte del que<br />

murió por todos los muertos.<br />

Abrahán y su descendencia<br />

10. Jul.- "Esto dicho, cito el pasaje de la Escritura referente a Abrahán y a Sara, a los que<br />

da el Señor un hijo en una edad avanzada, cuando sus cuerpos no tienen vigor. Todo<br />

lector, no digo sabio, sino de mediano caletre, se dará cuenta de que el ejemplo es<br />

probativo a mi favor. Pero piensa mi adversario que esto no va contra él. ¿Cómo tiene<br />

caradura para hablar así ante un argumento expresado en estos términos: 'Si el hijo<br />

prometido por Dios a Abrahán fue concebido por la concupiscencia, esta concupiscencia es<br />

buena, pues mediante su concurso cumplió Dios su promesa? Si, por el contrario, la<br />

concupiscencia no tuvo arte ni parte en la concepción de Isaac, no le pudo perjudicar,<br />

puesto que no intervino ni en su concepción ni en su nacimiento'".<br />

Ag.- ¿Quién puede decir que la concupiscencia no tuvo parte en la concepción del hijo de<br />

Abrahán? De otra suerte, una obra de esta naturaleza no se realizaría en un cuerpo de<br />

muerte, del que dice el Apóstol: El cuerpo está muerto por el pecado 17 . Pero de este mal<br />

hizo buen uso Abrahán en el acto conyugal, desconocido en el paraíso antes del pecado. Y<br />

si te parece buena la concupiscencia de la carne, pues sirvió al nacimiento de un hijo por<br />

Dios prometido, también te debe parecer bueno el diablo, pues por él fue derramada, para<br />

nuestro rescate, la sangre de Cristo, según promesa de Dios. Reconoce, pues, que un mal<br />

puede producir un bien.<br />

La fuerza del placer en Juliano<br />

11. Jul.- "Dejadas a un lado otras cosas, dice este nuevo naturalista que es un error lo que<br />

dijimos: 'Lo mismo que el limo que Dios tomó para formar al hombre es la materia, no es

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