09.05.2013 Views

SAN AGUSTIN. OBRAS

SAN AGUSTIN. OBRAS

SAN AGUSTIN. OBRAS

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de su semilla 45 . Luego como entonces el barro, que empleó como materia, no fue el autor<br />

del hombre, así ahora la fuerza del placer formadora y copuladora del semen, no completa<br />

del todo la operación, sino que de los tesoros de la naturaleza suministra a Dios la<br />

materia, y de ella Dios se digna hacer al hombre".<br />

Todo esto que ha dicho, menos lo de que el semen se forma y se une por el placer, sería<br />

bueno si se apoyara en ello para defender el sentido católico. Pero como sé qué es lo que<br />

trama con ello, resulta en realidad que pervierte aun lo que es bueno. Sí admito que lleva<br />

razón en lo que dice, excepto en este punto concreto; y eso porque el placer de la<br />

concupiscencia carnal no forma el semen, sino que éste, ya creado en los cuerpos por el<br />

Dios verdadero, que ha creado también los mismos cuerpos, no es producido por el placer,<br />

sino que es excitado y eyaculado con placer. En cuanto a si el semen de los dos sexos se<br />

fusiona con placer en el útero femenino y cómo sucede, que juzguen las mujeres qué es lo<br />

que sienten en lo secreto de sus entrañas. No nos parece delicado a los demás ser<br />

curiosos injustificadamente hasta estas cosas. Sin embargo, aquella concupiscencia<br />

vergonzosa - y por esto a los mismos miembros se les llama vergüenzas- no existió en<br />

aquel cuerpo de vida del paraíso antes del pecado, sino que comenzó a existir en este<br />

cuerpo de muerte por la desobediencia, que recibió el pago debido a la desobediencia<br />

después del pecado. Sin aquella concupiscencia habría podido consumarse la obra de los<br />

cónyuges en la generación de los hijos, como se realizan otras muchas obras con la<br />

obediencia de los demás miembros sin aquella pasión, movidos por orden de la voluntad y<br />

no agitados por la fogosidad de la concupiscencia.<br />

Una objeción, mal tomada de la Biblia, contra el pecado original<br />

27. Fíjate en lo que sigue cuando dice: "La autoridad del Apóstol también lo confirma,<br />

porque San Pablo, cuando habla de la resurrección de los muertos, dice: Tonto, lo que tu<br />

siembras no recibe la vida 46 ; y más abajo: Y Dios le da el cuerpo según ha querido, a<br />

cada una de las semillas el propio cuerpo 47 . Luego si Dios -prosigue- da a la semilla<br />

humana su propio cuerpo, como a todas las cosas, lo cual no niega nadie que sea prudente<br />

o piadoso, ¿cómo vas a probar que todo nacido es culpable? Finalmente, te ruego que<br />

adviertas en qué lazos queda atrapada tu afirmación del pecado ingénito". Y sigue: "Pido<br />

que te vaya a ti, en verdad, más suavemente. Créeme que Dios te hizo a ti también,<br />

aunque hay que confesar que un grave error te ha inficionado. Porque ¿qué cosa más<br />

profana puede afirmarse: o que Dios no ha creado al hombre, o que, según dices, lo creó<br />

para el diablo, o que, sin duda, el diablo fabricó una imagen de Dios, esto es, el hombre,<br />

lo cual hay que reconocer que no es menos insensato que impío?" Y continúa: "¿Tan<br />

impotente y tan cínico es Dios, que no ha tenido qué darles como premio a los hombres<br />

santos sino lo que el diablo ha escanciado a sus víctimas en el vicio? ¿Quieres saberlo?<br />

Pues está probado que Dios ha dado, aun a los que no son santos, esta potencia para la<br />

procreación. Así, en aquel tiempo, cuando Abrahán, temeroso de un pueblo bárbaro, dice<br />

que Sara, siendo su mujer, es hermana suya, se refiere que Abimelec, rey de aquel<br />

territorio, la tomó para su uso en la noche 48 . Pero Dios, que cuidaba de la honra de esta<br />

santa mujer, apareciéndose en sueños a Abimelec, refrenó la audacia del rey,<br />

amenazándole de muerte si proseguía en violar el matrimonio. Entonces responde<br />

Abimelec: 'Señor, ¿matarías así al inocente? ¿No me han dicho ellos que son hermano y<br />

hermana?' 49 Después se levantó Abimelec por la mañana y tomó mil monedas de plata,<br />

ovejas, terneros, criados y criadas, y se los dio a Abrahán, y le devolvió su mujer intacta.<br />

Abrahán rogó a Dios por Abimelec, Dios curó a Abimelec, a su mujer y a sus criadas" 50 . ¿A<br />

qué viene esta narración tan prolija? Atiende brevemente a lo que ha añadido a<br />

continuación: "Por la oración de Abrahán, Dios curó la potencia de la función misteriosa<br />

que había quitado a todo útero de la servidumbre, pues Dios había cerrado enteramente<br />

todo útero en la casa de Abimelec 51 . Insiste: "considera, pues, si debe ser llamado<br />

naturalmente malo lo que a veces quita Dios irritado y devuelve aplacado". Y añade: "ƒl es<br />

quien hace los hijos tanto de los justos como de los impíos, porque el ser progenitores<br />

pertenece a la naturaleza, que goza de Dios como autor; pero el ser impíos pertenece a la<br />

depravación de sus pasiones, la cual contagia a cada uno según su libre voluntad".<br />

Respuesta de San Agustín: "La cita de San Pablo ha sido mutilada"<br />

XIV. 28. Respondo a todo esto tan prolijo que él ha expuesto que los testimonios divinos<br />

aducidos por él no dicen nada sobre la concupiscencia vergonzosa, que, repito, no existió<br />

en el cuerpo de los bienaventurados cuando estaban desnudos y no se avergonzaban 52 .<br />

Porque, en primer lugar, la cita del Apóstol se refiere a las semillas de las gramíneas, que

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!