09.05.2013 Views

SAN AGUSTIN. OBRAS

SAN AGUSTIN. OBRAS

SAN AGUSTIN. OBRAS

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

justicia; vuestra sabiduría, de parte de la iniquidad. ¿Sabes lo que dices? Cuarta reflexión.<br />

Si Dios no dijo al hombre inocente y feliz que moriría y se lo dijo cuando se hizo pecador y<br />

miserable, es más lógico creer que quiso atormentarle con el terror de la muerte, pues le<br />

juzga digno de sufrir esta pena. Lo grita la naturaleza; teme el hombre más la muerte que<br />

el trabajo; todos los hombres prefieren el trabajo a la muerte. ¿Dónde encontrar un<br />

hombre que prefiera la muerte al trabajo? El mismo Adán prefirió trabajar durante muchos<br />

años antes que no dar golpe y poner fin, por hambre, al trabajo y a la vida. ¿Y no es un<br />

sentimiento de la naturaleza lo que lleva a Caín a temer más la muerte que el trabajo? ¿<br />

No es, por esta misma razón, por la que los jueces, sin ser inhumanos e injustos,<br />

condenan a las minas a los criminales menos culpables, y los más culpables, a la pena de<br />

muerte? ¿De dónde viene tanta gloria a los mártires, muertos por la justicia, si no es<br />

porque se requiere mayor fortaleza para despreciar la muerte que el trabajo? Por eso no<br />

dijo el Señor: "Nadie tiene mayor amor que el que trabaja"; sí dice: El que da su vida por<br />

sus amigos 167 . Si, pues, da mayor prueba de amor el que muere que el que trabaja por<br />

los amigos, ¿quién es tan ciego que no vea es menor la pena del trabajo que la de la<br />

muerte?<br />

Y si el hombre ha de temer más el trabajo que la muerte, ¿cómo la naturaleza no sería<br />

miserable al temer más la muerte que el trabajo? Tú, dejando a un lado estas<br />

consideraciones, pretendes que el hombre haya sido consolado cuando supo que era<br />

mortal y que su trabajo no sería eterno. Y si fuera cierto, como dices, que Adán debía<br />

morir aunque no pecara, no debía Dios hacerle sabedor de su mortalidad antes de ser<br />

declarado culpable, para que el temor a la muerte no fuera para él tormento; pero,<br />

después de su pecado, Dios lo condena, le anuncia su muerte, y esta condena,<br />

pronunciada por un Dios justo, vengador del mal, se aumenta con esta otra pena, el temor<br />

a la muerte.<br />

Todo el que entienda estas palabras pronunciadas por Dios contra Adán al decirle: Eres<br />

tierra, e irás a la tierra 168 , no intentaría introducir en el paraíso la muerte, del cuerpo en<br />

particular; y, con la muerte, enfermedades de todo género, como vemos afligen a cuantos<br />

agonizan; ni se le ocurre llenar el paraíso de felicidad y delicias para el cuerpo y el<br />

espíritu, del que vosotros os sonrojáis de confesaros enemigos, pues lo llenáis de dolores,<br />

trabajos y penalidades. A esto os veis reducidos, a no encontrar salida si no renunciáis a<br />

vuestra impía doctrina. Una vez más, como dije, cuantos entienden estas palabras de Dios<br />

en el sentido que lo entiende la fe católica, verán en el trabajo un castigo infligido al<br />

hombre cuando le dijo: Con el sudor de tu rostro comerás tu pan, y ven pena de muerte<br />

en estas palabras: Hasta que vuelvas a la tierra de la que fuiste tomado, porque eres<br />

tierra, y volverás a la tierra 169 . Que es como si le dijese: "Te tomé de la tierra y te hice<br />

hombre; pude otorgar a esta tierra, dotada de vida, no verse nunca privada de la vida que<br />

le di; pero porque eres tierra, es decir, porque has querido vivir según la carne, tomada de<br />

la tierra, no según yo te tomé de la tierra, trabajarás la tierra hasta que a ella retornes;<br />

volverás a la tierra, porque eres tierra, y, por justo castigo, irás a la tierra de la que has<br />

sido tomado; y esto porque no obedeciste al Espíritu que te creó".<br />

Esta es la interpretación verdadera y católica; se constata, sobre todo, porque no obliga a<br />

llenar de muertes la tierra de los vivientes, ni la morada de los bienaventurados de males<br />

muy graves y penosos trabajos como sufren los hombres en este cuerpo mortal, y los<br />

precipita, al límite de sus fuerzas, en agonías de muerte.<br />

Y no podéis decir que, si el hombre no pecara, la muerte en el paraíso sería dulce, porque<br />

esta afirmación es contra vosotros. Si antes era dulce la muerte y ahora es amarga, hay<br />

que convenir que sufrió un cambio la naturaleza humana; al negarlo, vosotros os veis<br />

forzados a introducir en el paraíso, lugar de alegrías y placeres, la muerte tal como hoy<br />

es; y, con la muerte, todo un cortejo de enfermedades tan graves e insufribles, que<br />

fatalmente conducen al hombre a la muerte. Este aspecto del paraíso cubre de confusión<br />

vuestro rostro, pues no queréis confesar que nuestra naturaleza fue deteriorada por el<br />

pecado. Cambiad de parecer y con el Apóstol confesad que nuestro cuerpo está muerto<br />

por el pecado y decid con la Iglesia de Dios: Por la mujer, el comienzo del pecado, y por<br />

ella todos morimos 170 ; con la Iglesia de Dios reconoced que un cuerpo corruptible es<br />

lastre del alma 171 . El que fue creado a imagen de Dios no puede ser como un soplo si no<br />

es por el pecado, que hace pasen los años como una sombra y que llegue la muerte<br />

sigilosamente.<br />

No quieras oscurecer el resplandor de la verdad con la nube de vuestro error; el corazón

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!