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SAN AGUSTIN. OBRAS

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innegable que no pueden dejar de convenir a los<br />

demonios.<br />

Porque, aunque decimos que el lugar medio no es el sumo ni el ínfimo,<br />

no podemos decir de igual manera que los demonios,<br />

siendo animales racionales, no son bienaventurados ni miserables,<br />

como son las planetas y las bestias, que carecen de sentido<br />

o razón, sino que los que participan de razón es necesario que sean<br />

miserables o bienaventurados. Asimismo, no podemos<br />

afirmar con fundamento que los demonios no son mortales ni eternos,<br />

puesto que todos los vivientes, o viven perpetuamente o<br />

acaban la vida con la muerte; pero ya dijo este autor que los<br />

demonios, en tiempo, eran eternos. ¿Qué resta, pues, sino que los<br />

medios de las dos ciudades de los sumos tengan la una, y de las otras<br />

dos de los ínfimos la otra? Pues si tuvieran las dos de los<br />

ínfimos o las dos de los sumos, no serían ya medios, sino que o se<br />

excedieran o inclinaran a una de las partes; así que, según<br />

llevamos demostrado, no pueden carecer de ambas, y, por consiguiente,<br />

deben medirse con igualdad, tomando de ambas<br />

partes la una, y ya que de los ínfimos no pueden tener la eternidad,<br />

porque no gozan de ella, solamente pueden obtenerla de<br />

los sumos, por lo cual no les queda otra cosa que puedan tener de los<br />

ínfimos para cumplir su medianía, sino la miseria.<br />

Según opinión de los platónicos, los dioses que ocupan el lugar más<br />

elevado participan de una bienaventurada eternidad, o de<br />

una eterna bienaventuranza; los hombres, que obtenían el lugar más<br />

humilde, de una miseria mortal, o de una mortalidad<br />

miserable, y los demonios, que están en medio, de una eternidad<br />

miserable, o de una eterna miseria. Con las cinco cualidades<br />

que describió en la definición de los demonios, todavía no probó que<br />

eran medios, como lo prometía, pues dijo que en tres cosas<br />

convenían con nosotros, en ser animales en el género, en el<br />

entendimiento racionales y en el ánimo pasivos, y con los dioses<br />

en una, que consistía en ser eternos en tiempo; y asimismo que tenían<br />

una propia, que era ser aéreos en el cuerpo. ¿Cómo,<br />

pues, serán medios, si en una cualidad convienen con los sumos y en<br />

tres con los ínfimos? ¿Quién no advierte cuánto se<br />

inclinan y deprimen a los ínfimos pasando de la medianía? Sin<br />

embargo, pueden hallarse allí realmente medios, de modo que<br />

tengan una propia y peculiar, que es el cuerpo aéreo, como también<br />

los sumos ínfimos tienen otra propia suya: los dioses,<br />

cuerpo etéreo, y los hombres, terreno, y que las dos son comunes a<br />

todos, que es que en el género sean animales y en el<br />

ánimo racionales.<br />

Porque hablando este autor de los dioses y de los hombres, , y estos autores no<br />

suelen llamar a. los dioses sino racionales en el alma. Dos cosas<br />

restan, que son: ser pasivos en el ánimo y eternos en el<br />

tiempo. En una de éstas convienen con los ínfimos, y en la otra con<br />

los sumos, para que, ajustada la medianía con cierta<br />

proporción, ni se eleve a lo sumo, ni se incline ni abata a lo<br />

ínfimo, y ésta es aquella miserable eternidad o eterna miseria de los<br />

demonios, en atención a que quien los llamó pasivos en el ánimo los<br />

llamara asimismo miserables si no le dominara el pudor por<br />

respeto a sus adoradores. Y supuesto que, según lo confiesan estos<br />

mismos filósofos, se gobierna el mundo con la providencia<br />

dcl sumo Dios y no por caso fortuito, jamás fuera eterna la miseria<br />

de éstos si no fuera excesiva su malicia; luego si los<br />

bienaventurados se llaman Eudémones, no son Eudémones los demonios a<br />

quienes colocan en el lugar medio entre los<br />

hombres y los dioses. ¿Cuál es el lugar de estos buenos demonios que,<br />

estando sobre los hombres y debajo de los dioses,<br />

acuden a favorecer a los unos y servir a los otros? Porque si son<br />

buenos y eternos, sin duda son también bienaventurados;<br />

pero la bienaventuranza eterna no consiente que sean medios, pues los<br />

compara y aproxima mucho a los dioses. Por lo cual en<br />

vano intentarán demostrar cómo los demonios buenos, si son

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