12.07.2015 Views

Temas de Patrimonio Cultural 20 Buenos Aires Gallega Inmigración ...

Temas de Patrimonio Cultural 20 Buenos Aires Gallega Inmigración ...

Temas de Patrimonio Cultural 20 Buenos Aires Gallega Inmigración ...

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong> <strong>Gallega</strong>. Inmigración, pasado y presentePapá buscaba en la radio audiciones españolas, y cuando no encontraba nuestraalegre música escuchaba tangos, que yo odiaba: me <strong>de</strong>primían por sus temas tristes, elmodo <strong>de</strong> cantar como recitando, el ambiente “reo”, su machismo, la <strong>de</strong>svalorización <strong>de</strong>la mujer, <strong>de</strong>gradada a “mina” o “percanta”. El tono sobrador <strong>de</strong>l cantante me recordabael <strong>de</strong> mis compañeros burlándose, y hasta hace pocos años, aquella música evocabaen mí a los sórdidos conventillos, con hombres en camiseta aun en pleno invierno, ytambién el frío e incomodida<strong>de</strong>s pa<strong>de</strong>cidas en la casa que alquilábamos en Ciuda<strong>de</strong>la.Como papá cambió su turno <strong>de</strong> trabajo y dormía hasta el mediodía, había que procurarno hacer ruido. Yo iba a la escuela secundaria por la tar<strong>de</strong> pero, para po<strong>de</strong>r estudiartranquila, me levantaba a las seis <strong>de</strong> la mañana. Echaba tres litros <strong>de</strong> kerosén al tanque<strong>de</strong> la cocina, me lavaba las manos con el agua <strong>de</strong> lluvia, escarchada en invierno, querecogíamos en un gran tacho. Luego <strong>de</strong> esperar tiritando por largo rato a que el alcoholcalentara el quemador <strong>de</strong> la cocina, podía encen<strong>de</strong>rla. Cuando mamá y mi hermanitomenor se levantaban y empezaban a trajinar en la cocina, se acababa la tranquilidad yse abría la puerta al frío. No había otra habitación don<strong>de</strong> estudiar, ya que papá dormíay en la piecita <strong>de</strong> Eugenio solo cabía la cama. No teníamos agua corriente, así que labombeábamos y traíamos a la cocina en bal<strong>de</strong>s. Obviamente, tampoco teníamos aguacaliente para bañarnos. Seguimos pasando frío cuando, diez años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi llegadaal país, compramos en el barrio <strong>de</strong> Monte Castro, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Capital Fe<strong>de</strong>ral, una casapropia <strong>de</strong> las que se <strong>de</strong>nominan “chorizo”, con solo dos dormitorios, cocina y baño quedaban a un patio exterior. Pero al menos había gas y agua corriente. También un pequeñojardín que mamá convirtió en huerto <strong>de</strong> lechugas, nabizas y tomates, ante el fastidio <strong>de</strong>papá, que menospreciaba su interés por la tierra y <strong>de</strong>moró varios años en complacerlaplantando un limonero. Nunca voy a olvidar la estampa <strong>de</strong> mi madre empuñando lapala, mientras ayudaba a papá a excavar el foso para construir la tapia <strong>de</strong> la calle. Papásiguió trabajando en el turno tar<strong>de</strong>/noche y, por lo tanto, durmiendo hasta el mediodía,lo que perturbaba mucho la actividad familiar. La casa está muy cerca <strong>de</strong> la pizzería(“El Fortín”) que papá, junto a otros cinco socios (tres <strong>de</strong> ellos gallegos) inauguró el4 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1962. (224) Recordando aquellas duras condiciones <strong>de</strong> vida, entiendo porqué <strong>de</strong>bieron transcurrir muchos años hasta que yo pudiese tolerar el tango, y apreciarla poesía <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> sus letras. Y eso no obstante que, siendo aún adolescente, había<strong>de</strong>scubierto la calidad <strong>de</strong> su música cuando, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> oír por radio y con placer (teníaentonces más audición que ahora) una melodía sin letra, el locutor informó que se habíainterpretado un tango.Así como odiaba la soberbia <strong>de</strong> los argentinos también odiaba la rigi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> mimadre. Ella practicó con mucha inteligencia y admirable disciplina una estrategia útilpara el progreso económico <strong>de</strong> la familia, pero no pudo compren<strong>de</strong>r que yo <strong>de</strong>bía socializarmeen una gran ciudad con usos y costumbres diferentes, que no tenían que vercon la supervivencia sino con estilos <strong>de</strong> relación: diariamente <strong>de</strong>bía enfrentarme en lacalle y en la escuela a los estereotipos <strong>de</strong> “atrasada” en las costumbres y <strong>de</strong> “amarreta”.Tuve un novio que al conocer mi nacionalidad me dijo, sonriendo entre avergonzado y224 En diciembre <strong>de</strong>l <strong>20</strong>06 fue <strong>de</strong>clarada por el Gobierno <strong>de</strong> la Ciudad “sitio <strong>de</strong> interés cultural”.175

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!