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Temas de Patrimonio Cultural 20 Buenos Aires Gallega Inmigración ...

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<strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong> <strong>Gallega</strong>. Inmigración, pasado y presenteajeno dominio o presa a conquistar. En tal sentido pue<strong>de</strong>n ser concéntricas, y el amoral terruño local no impi<strong>de</strong> el amor a la nación mayor, y luego a la humanidad, la patriafinal, planetaria, hecha <strong>de</strong> todas las patrias <strong>de</strong> uno y <strong>de</strong> otros, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la que todos<strong>de</strong>beríamos po<strong>de</strong>r reconocernos.En un sentido lato, pero no lineal, bien sabemos que en términos jurídicos se utilizandos criterios para discernir la nacionalidad: el jus sanguinis y el jus soli, es <strong>de</strong>cir:los hijos <strong>de</strong> la sangre y los hijos <strong>de</strong>l suelo. Los países antiguos, muchas veces los paísescentrales que se han expandido <strong>de</strong> una u otra manera hacia el exterior <strong>de</strong> sus fronteras,prefieren el criterio <strong>de</strong> la consanguinidad: los hijos y hasta los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> los nacidos<strong>de</strong> su sangre siguen siendo hijos suyos. Los países recientes, en cambio, los quese han constituido por invasión o migraciones, que han visto sus sangres mezcladas conotras, sin duda prefieren consi<strong>de</strong>rar que la nacionalidad la da el lugar <strong>de</strong> nacimiento.Pero hijos <strong>de</strong>l suelo o hijos <strong>de</strong> la sangre, en países como el nuestro, también enfrentanotra problemática. No es lo mismo el primitivo hijo <strong>de</strong>l suelo, el aborigen que estabaaquí mucho antes <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> los primeros extranjeros, que usurparon sus dominioshasta entonces naturales, que los hijos <strong>de</strong> esos primeros extranjeros llegados, ya nacidosaquí, y que inclusive pretendieron ocupar hasta ese lugar original, no solo simbólico porsupuesto, y se consi<strong>de</strong>raron a su vez por sí mismos los primeros, se autoinstituyeroncomo los verda<strong>de</strong>ros antiguos, frente a otros venidos también <strong>de</strong> afuera pero <strong>de</strong>spués,a veces mucho <strong>de</strong>spués y seguramente en circunstancias muy distintas. Esa cuestión,en cierta medida común a muchos países <strong>de</strong> origen colonial (pero solo a aquellos enlos que hubo auténtica cruza <strong>de</strong> sangres), implica igualmente la cuestión <strong>de</strong> la lengua.Porque no es lo mismo ser hijo <strong>de</strong> inmigrantes que hablan la misma lengua que uno, quepertenecer a grupos <strong>de</strong> otras lenguas –sabiendo que también hay prejuicios y categoríasa priori respecto <strong>de</strong> ellas– o, inclusive, seguir utilizando el idioma <strong>de</strong> los primitivosaborígenes, <strong>de</strong> serlo.Y así ocurre también entre nosotros. La Argentina pue<strong>de</strong> parecer (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>Buenos</strong><strong>Aires</strong>, claro) un país monolingüe, pero no lo es. Al menos, no en su totalidad. A<strong>de</strong>más<strong>de</strong> las amplias comunida<strong>de</strong>s que todavía sienten la influencia cuando no emplean directamenteel guaraní y el quichua, quedan pequeños reductos humanos don<strong>de</strong> se hablatambién el mapuche o el toba, por citar solo algunos. Y también existen aquí ambientesdon<strong>de</strong> diversas lenguas extranjeras, traídas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera, coexisten o influyen en la lenguadominante, como entre finales y comienzos <strong>de</strong>l siglo pasado fue el caso <strong>de</strong>l italianoen el hablar porteño. Y es que, felizmente, a pesar <strong>de</strong> lo que se proponían hasta no hacemucho las Aca<strong>de</strong>mias, no se pue<strong>de</strong> limitar la vida <strong>de</strong> un idioma por <strong>de</strong>creto.¿Cómo ser argentino?Habitualmente, a este fenómeno <strong>de</strong> los países que son poblados por extranjeros,a los países <strong>de</strong> formación aluvial, como bien <strong>de</strong>finió el lúcido José Luis Romero, en laparte dolorosa que encierra, en el hecho <strong>de</strong> abandonar otra patria, siempre se lo presenta419

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