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Temas de Patrimonio Cultural 20 Buenos Aires Gallega Inmigración ...

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<strong>Temas</strong> <strong>de</strong> <strong>Patrimonio</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>20</strong>Des<strong>de</strong> afuera nos miranPero las circunstancias nos reservaban otra sorpresa. El libro <strong>de</strong>l escritor gallegoXavier Alcalá, titulado simplemente Arxentina (12), produce al ser leído entre nosotrosuna extraña sensación, como si tiempos y espacios se hubieran invertido. Porque es unhijo <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rna Galicia <strong>de</strong>sarrollada y <strong>de</strong>mocrática, el que ahora se asoma a la críticarealidad <strong>de</strong>l país que fuera para ellos la Tierra Prometida. Des<strong>de</strong> la Galicia que anteshacía emigrar sus hijos hacia nosotros, ahora nos miran con asombro –y dolor– cuandoven a los jóvenes argentinos queriendo emigrar inclusive hacia allá.No es difícil aceptar tácitamente que <strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong> bien pue<strong>de</strong> seguir siendoconsi<strong>de</strong>rada tanto la quinta provincia gallega como la ciudad que cuenta con más habitantes<strong>de</strong> ese origen en el mundo, cuya <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia está <strong>de</strong> tal modo entretejida connuestra propia i<strong>de</strong>ntidad que, muchas veces, no alcanzamos a cobrar cabal conciencia<strong>de</strong> su <strong>de</strong>bida proporción. Y también, como suele ocurrir, los argentinos nos mantenemosretrasados en el ineludible cambio <strong>de</strong> nuestras perspectivas, si es que no por atavismo almenos por carencia <strong>de</strong> información actualizada. En nuestro dolido <strong>de</strong>scubrimiento –tanresistido, incluso inconscientemente– <strong>de</strong>l palpable <strong>de</strong>slizamiento hacia la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>nuestro <strong>de</strong>sdichado país, no solo en lo económico sino (lo que es mucho más grave) enlo social, en lo ético y en lo cultural, el consiguiente y lamentador ensimismamiento nosimpi<strong>de</strong> apreciar con enfoque justo el contexto en que se inserta nuestra situación.Con la propia infancia heredamos la leyenda <strong>de</strong> que este era un país intrínsecamenterico, excesivamente dotado y, <strong>de</strong> tan generoso ánimo, que había abierto suspuertas para todos los hombres <strong>de</strong>l mundo que vinieran a labrarse aquí un futuro. Pero,al mismo tiempo, ese país nos era tan <strong>de</strong>sconocido, tan ajeno, que durante mucho tiempola historiografía argentina se ufanó <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir por ejemplo cartas o documentos <strong>de</strong>viajeros ingleses, que nos <strong>de</strong>scribieran en nuestros comienzos –que temíamos primitivos–con ojos a los que consi<strong>de</strong>rábamos (por el solo hecho <strong>de</strong> hacerlo) más civilizadosque los nuestros.A la vuelta <strong>de</strong> los años, la situación parece haberse revertido tanto como paravolverse casi antípoda. Nuestros técnicos, nuestros jóvenes, nuestros talentos y nuestrosaventureros se van, a requerir en otras partes alguna forma <strong>de</strong> futuro, y nuestra historiografíareciente comenzó a bucear en las investigaciones <strong>de</strong> ciertos norteamericanos yeuropeos (Robert Potash, Alain Rouquié, Loris Zanatta, por ejemplo) las causas y hastalos <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> nuestra <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia.En ese nuevo contexto, local y mundial, quedan por supuesto muchas zonasopacas, cuando no directamente oscuras. Que los centros <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>sarrollado hacialos cuales volvíamos ahora nuestra atención, fueran los mismos <strong>de</strong> siempre –con algunapequeña excepción, como Japón, Canadá o Australia, <strong>de</strong> algún modo extensiones <strong>de</strong>lo mismo– en cierto sentido nos tranquilizaba. Pero, ¿cómo íbamos a imaginarnos quenada menos que en Galicia, y entre los gallegos, un lugar y una gente sobre los cuales428

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