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Temas de Patrimonio Cultural 20 Buenos Aires Gallega Inmigración ...

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<strong>Temas</strong> <strong>de</strong> <strong>Patrimonio</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>20</strong><strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> esos extranjeros, digamos <strong>de</strong> los padres, <strong>de</strong> los que vinieron<strong>de</strong> otros países y tuvieron que sufrir el <strong>de</strong>sgarramiento <strong>de</strong> alejarse.Muy pocas veces, en cambio, se ha consi<strong>de</strong>rado la otra parte <strong>de</strong> la cuestión,es <strong>de</strong>cir, cómo se enfrentaron con esa nueva situación los primeros hijos <strong>de</strong> aquellosextranjeros, en esos nuevos lugares <strong>de</strong> nacimiento. Es normal aludir al <strong>de</strong>sgarramiento,como dije, cuando se habla <strong>de</strong> la emigración. Pero está también el otro <strong>de</strong>sgarramiento,el <strong>de</strong> sentirse vivir como en dos mundos a la vez, ese <strong>de</strong>sgarramiento que acaso pue<strong>de</strong>consi<strong>de</strong>rarse ontológico, porque la misma condición humana ya es <strong>de</strong>sgarrada <strong>de</strong> por sí.Pero, insisto, nunca se ha consi<strong>de</strong>rado que ese <strong>de</strong>sgarramiento palpita asimismo, lo sepanellos o no, consciente o inconscientemente, sobre todo en los primeros hijos locales <strong>de</strong>esos inmigrantes. Lo que no <strong>de</strong>jará evi<strong>de</strong>ntemente <strong>de</strong> traer sus consecuencias.Este problema es sin duda individual, personal, íntimo. Pero también se lo <strong>de</strong>tectaquizá en actitu<strong>de</strong>s sociales, en comportamientos colectivos. En Argentina, por ejemplo, sedice, como ya apuntamos, que la primera generación masiva <strong>de</strong> hijos <strong>de</strong> inmigrantes fuetambién –¿sorpresivamente?– la primera generación <strong>de</strong> compadritos y <strong>de</strong> nacionalistas.No sé si basta enten<strong>de</strong>r que no fue sino una forma <strong>de</strong> afirmarse en el nuevo contexto, queluego se manifestaría bajo muchas otras formas <strong>de</strong> negar el propio origen y adaptarsea las circunstancias, por hirientes que fueran, o precisamente por eso: negar el propioorigen <strong>de</strong> hijo <strong>de</strong> extranjeros, y afirmarse a la vez como prototípico y como ultrapatriota,cuando no como patriotero.La i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> los argentinos, lo que llamamos la i<strong>de</strong>ntidad cultural, social, lai<strong>de</strong>ntidad humana concreta, completa, a la vez individual y social <strong>de</strong> la gran mayoría<strong>de</strong> los argentinos, está inexorablemente entrelazada, por acción o colisión, con esteasunto. Es imposible escindir ya <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad argentina este problema <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong>inmigrantes y <strong>de</strong> cómo han asimilado ellos, o les han <strong>de</strong>jado asimilar, esa inmigración.Es bien sabido que en el mundo hay claros ejemplos al respecto. Dos <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>snacionales más características <strong>de</strong>l planeta son dos enormes patrias creadas por lainmigración, cuando no por el mestizaje. El melting pot norteamericano y el “paraísoracial” brasileño (más allá <strong>de</strong> sus propias contradicciones, tantas veces harto dolorosas)no necesitan <strong>de</strong>clamar su i<strong>de</strong>ntidad nacional, la tienen, bien viva y en ejercicio. De talmodo que no temen que sus <strong>de</strong>scendientes locales <strong>de</strong> otras colectivida<strong>de</strong>s mantengantambién viva la relación con sus ancestros sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> sentirse profundamente, activamenteligados con su nuevo medio.Yo no creo en absoluto que el amor a la patria, que el tan mentado nacionalismo,sea fuerte cuando es conquistador, cuando se impone, cuando es xenófobo. Por elcontrario, retomando una bella alusión <strong>de</strong> André Breton creo que <strong>de</strong>ben fomentarse,por el bien <strong>de</strong> todos, las ten<strong>de</strong>ncias xenófilas. Una i<strong>de</strong>ntidad cultural, social, nacional,comunitaria, es fuerte cuando es capaz <strong>de</strong> convivir libremente con otras sin per<strong>de</strong>r lapropia y enriqueciéndose con ello. Creo que esa es la gran fortuna que aportaron los4<strong>20</strong>

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