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Cartas filosóficas.pdf

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Í3<br />

Dejemos e! philosofando con/que nos emboca dos veces poco<br />

nías abajo, y vamonos a entender qué ajos son estos, de que<br />

aquí se hace mención á la lín, 24. ¿Has oído tú, Aristóteles, decir<br />

que los ajos hayan hablado alguna vez? No por cierto, le respondí<br />

yo, y solamente me acuerdo de que allá en Egipto se<br />

les tributaba admiración, según aquello de : felices gentes, quibus<br />

dii nascuntur in hortis. Pero que ellos hablasen, ni lo he<br />

visto , ni lo he oido , ni puedo comprender cómo es posible.<br />

Pues aquí tienes, me replicó Cicerón, á los ajos no solamente<br />

hablando., sino lo que es mas, filosofando. Escucha la proposición<br />

que no me dejará mentir. Lógica sive sit arganum organorum,<br />

uti Aristoteli-; sive dialéctica, uti scolasticis (aquí falta<br />

la h); sive ars pfíilasophandi, ut alliis placuit, iXc. V r<br />

es aquí<br />

los ajos tan clara;, como los puede decir un español. No hay<br />

duda-, respondió Averroes, que alliis con dos // no puede ser<br />

sino allium, ii, que en toda tierra de gallegos siguifica el ajo,<br />

y si yo no me engaño , ya entiendo lo que quería decir esa<br />

conclusión. Quizá algunas cabezas de ajos que se hayan metido<br />

á filósofos, habrán dicho de la lógica que es el arte de<br />

filosofar; y no se maravillen VV. de que los ajos sepan tanto<br />

. porque al menos tienen en la cabeza una borla que les<br />

viene como natural, y no como muchas otras que se ven en.<br />

varias cabezas, y seguramente estarían mas naturalmente en<br />

la de un borrico. Por fin diga la conclusión lo que quisiere;<br />

que ahora no nos metemos en eso, y sigamos algo mas de<br />

prisa. Volvió Cicerón 1a hoja al párrafo de perceptione, y al<br />

leer divitio con t se encogió de hombros, y confesó ingenuamente<br />

que no conocía semejante pájaro; que de dives, itis<br />

no sabia él que se derivase mas que divitiee, arum; y que<br />

pensar que de divido., dis hubiera de salir divitio en lugar<br />

de divisio, eso lo entendía el P. muy mal, y que él justificaría<br />

que el supino del referido verbo no era divitum sino di—<br />

visum, A los dos renglones volvió á tropezar condivilionem, y<br />

volvió á torcer el hocico. Al renglón mas abajo se encontró<br />

con intelectionem que para haberlo de conocer tan disfrazado<br />

como venia sin la otra / que le faltaba, tuvo bien que trabajar.<br />

Pero donde el pobre hombre salió de paciencia, fue en<br />

la lín. ii, donde le cayó encima la siguiente lluvia de dispnrates<br />

: dea';» ¿¡rislor-elis cathegoria. tot misteriorum f¿etu<br />

gravia'em, ut parum útiles rejídmus. ¿Es posió/e, cuja, .que

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