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Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

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Contradicción 8. Tecnología, trabajo y disponibilidad humana | 103este no es tan partidario de la innovación. Por <strong>el</strong> contrario, encontramosuna fuerte preferencia colectiva –se podría quizá hablar de una cultura–de los capitalistas por aumentar la eficiencia y la productividad en todaslas empresas, con o sin la fuerza impulsora de la competencia. Las innovacionesen un punto de la cadena de producción –por ejemplo, t<strong>el</strong>aresmovidos mediante máquinas de vapor en la producción de tejidos de algodón–requerían innovaciones en otro –por ejemplo, en las desmotadorasde algodón– si se quería mejorar la productividad total de los factores.Pero a veces la reorganización de todo un campo de la actividad económicasobre una nueva base tecnológica llevaba un tiempo, y sigue todavía llevándolo.Por último, pero no menos importante, los capitalistas individualesy las grandes empresas acabaron reconociendo la importancia de la innovaciónen <strong>el</strong> producto como forma de obtener, aunque sólo fuera duranteun periodo, ganancias monopolísticas, y cuando funcionaba la protecciónmediante una ley de patentes, una renta d<strong>el</strong> mismo tipo.El capital ni era ni es <strong>el</strong> único agente involucrado en la búsqueda deventajas tecnológicas. Distintas ramas d<strong>el</strong> aparato estatal lo han estadosiempre profundamente. El más destacado, por supuesto, ha sido <strong>el</strong> ejércitoen busca de mejores armas y formas organizativas. La guerra y las amenazasde <strong>el</strong>la (carreras de armamentos) han estado estrechamente asociadascon las oleadas de innovación tecnológica. En la historia d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>más temprano, esta fuente de innovación probablemente desempeñabaun pap<strong>el</strong> dominante; pero también lo han estado otras áreas de laAdministración estatal r<strong>el</strong>acionadas con la recaudación de impuestos, lade<strong>fin</strong>ición de los derechos de propiedad inmobiliaria en general y de lasformas legales de contrato, junto con la <strong>el</strong>aboración de las tecnologías d<strong>el</strong>a gobernanza, la gestión d<strong>el</strong> dinero, la cartografía, la vigilancia, la policíay otros procedimientos para <strong>el</strong> control de poblaciones enteras, implicadasen gran medida, si no más, que las empresas y corporaciones capitalistas,en <strong>el</strong> desarrollo de nuevas formas tecnológicas. La colaboración en investigacióny desarrollo entre <strong>el</strong> Estado y los sectores privados, con respectoa tecnologías militares, médicas, sanitarias y energéticas han sido muchasy variadas. Los beneficios de la difusión de las innovaciones nacidas en laesfera pública a las prácticas d<strong>el</strong> capital y viceversa han sido innumerables.Los cambios tecnológicos en <strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>, a los que <strong>el</strong> capital contribuyey de los que <strong>el</strong> capital se alimenta vorazmente, derivan, en resumen,de las actividades de diversos agentes e instituciones. Para <strong>el</strong> capital, esasinnovaciones crean un vasto dominio de posibilidades siempre cambiantespara mantener o aumentar la rentabilidad.Los procesos de cambio tecnológico han alterado su carácter con <strong>el</strong>tiempo. La tecnología se convirtió en un campo especial de actividadempresarial. Esto sucedió por primera vez claramente en <strong>el</strong> siglo XIX con

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