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Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

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Contradicción 9. Divisiones d<strong>el</strong> trabajo | 133asombroso de la era neoliberal es que se haya arrumbado despectivamentehasta esa vaporosa concesión a las necesidades humanas en nombre de unaausteridad supuestamente necesaria. Los subsidios estatales a las actividadesculturales son cínicamente desmant<strong>el</strong>ados, dejando su apoyo <strong>fin</strong>anciero enmanos de la filantropía interesada de los ricos o d<strong>el</strong> patrocinio igualmenteinteresado de las empresas. La cultura patrocinada por IBM, BP, Exxon yotras empresas similares se ha convertido en la marca d<strong>el</strong> juego cultural.También resulta que los propios trabajadores, como seres humanosintrínsecamente apasionados y sociables, tienen algo que decir, no sólosobre su situación objetiva, sino también sobre su propio estado de ánimosubjetivo. Las condiciones objetivas de la alienación pueden, incluso sinla ayuda d<strong>el</strong> capital, ser invertidas por los propios trabajadores cuandoaprovechan las oportunidades que tienen a su alcance para luchar porhumanizar los procesos de trabajo y sus condiciones generales de empleo.Pueden reivindicar y en algunos casos hasta lograr <strong>el</strong> respeto de sus patronosaunque sigan siendo objetivamente explotados. Subjetivamente, <strong>el</strong>vínculo social y la solidaridad necesarios para sobrevivir en los pozos de lasminas o junto a los hornos de una acería se transmutan en orgullo por untrabajo p<strong>el</strong>igroso y difícil bien hecho. Las solidaridades comunales reflejantales sentimientos y ayudan a contrarrestar <strong>el</strong> aislamiento individualistaque los procesos de libre mercado tienden a acentuar. Incluso bajo la leyde hierro d<strong>el</strong> capital cabe que los trabajadores se enorgullezcan de su trabajoy su pap<strong>el</strong> y asuman una identidad como trabajadores de cierto tipo.Se preguntan, como cualquier otro, cuál puede ser <strong>el</strong> significado d<strong>el</strong> tipode vida al que están condenados y quién es <strong>el</strong> responsable de un procesoevolutivo que o bien los deja de lado en las filas de los desempleados comoseres prescindibles o les ofrece un empleo con un título que no puede sinosonarles extraño, incomprensible, patentemente carente de significado.Los trabajadores empleados por <strong>el</strong> capital no tienen por qué sentirse totalmentealienados; pero cuando los empleos dotados de sentido desaparecen,a la clara sensación de ser explotado se añade p<strong>el</strong>igrosamente una crecientesensación de alienación total en cuanto a su posición insignificante en unmundo que les hace trabajar en algo que ni les va ni les viene.Pero esto no significa que <strong>el</strong> balance entre la alienación, por un lado,y la supervivencia y <strong>el</strong> compromiso, por otro, sea inmutable. En los paísescapitalistas avanzados, como Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania,Canadá, Japón y Singapur, las tendencias en la división d<strong>el</strong> trabajo hanfavorecido la producción de una fuerza de trabajo instruida capaz de participarflexiblemente en una amplia variedad de procesos de trabajo. Esto,junto a la larga historia de lucha por los derechos de los trabajadores y unamultitud de combates contra las alienaciones que deja caer sobre <strong>el</strong>los <strong>el</strong>capital, ha dado lugar a una situación en la que una proporción significativa

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