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Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

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Contradicción 11. Desarrollos geográficos desiguales y producción de espacio | 155desde prácticamente 1980 y muchos de los países más pobres (e incluso algunasgrandes potencias, como Rusia en 1998 y Argentina después de 2001) sevieron imposibilitados para pagar sus deudas. Muchos países pobres, comoEcuador o incluso Polonia (al otro lado d<strong>el</strong> t<strong>el</strong>ón de acero) fueron seducidospara convertirse en «sumideros» para capitales excedentes que entonces secreía que podrían reembolsar. Un país endeudado tiene que cargar con <strong>el</strong>coste de cualquier devaluación subsiguiente de capital, mientras que en <strong>el</strong>país acreedor queda protegido. Se pueden entonces saquear los recursos d<strong>el</strong>os países endeudados bajo las reglas draconianas d<strong>el</strong> pago de la deuda. Elcaso actual de Grecia es un ejemplo horrible de este proceso llevado hasta <strong>el</strong>extremo. Los bonistas están dispuestos a despedazar y alimentarse de paísesenteros que han sido lo bastante ingenuos como para caer en sus garras.La exportación de capital su<strong>el</strong>e tener efectos a largo plazo más duraderosque los movimientos de dinero-crédito «caliente». Los excedentes decapital y mano de obra son enviados a otros lugares para poner en marchala acumulación de capital en <strong>el</strong> nuevo espacio regional. Los excedentesbritánicos de capital y mano de obra generados durante <strong>el</strong> siglo XIX se desplazarona Estados Unidos y las colonias de asentamiento como Sudáfrica,Australia y Canadá, creando en <strong>el</strong>las nuevos centros dinámicos de acumulaciónque generaban una considerable demanda de los artículos fabricadosen Gran Bretaña.Dado que pueden pasar muchos años hasta que <strong>el</strong> capital madure enesos nuevos territorios (si es que lo hace) y comience a producir a su vezexcedentes de capital, <strong>el</strong> país de origen puede tener que esperar duranteun periodo de tiempo considerable para beneficiarse de ese proceso. Asísucede particularmente con las inversiones en vías férreas, carreteras,puertos, presas y otras infraestructuras que maduran lentamente. Pero <strong>el</strong>rendimiento de esas inversiones depende en de<strong>fin</strong>itiva de la evolución deuna intensa dinámica de acumulación en la región receptora. Gran Bretañaprestó así a Estados Unidos durante <strong>el</strong> siglo XIX, y mucho después EstadosUnidos entendió claramente, con <strong>el</strong> plan Marshall para Europa (en particularAlemania Occidental) y Japón, que su propia seguridad económica(dejando a un lado <strong>el</strong> aspecto militar de la Guerra Fría) dependía de laenérgica revitalización de la actividad capitalista en esos otros espacios.Pero surgen <strong>contradicciones</strong>, porque esos nuevos espacios dinámicosde acumulación de capital acaban generando excedentes y tienen queencontrar formas de absorberlos mediante nuevas expansiones geográficas.Esto puede inducir tensiones y conflictos geopolíticos. En los últimosaños hemos sido testigos de una proliferación de fijaciones/solucionesprovisionales espacio-temporales, principalmente en <strong>el</strong> este y <strong>el</strong> sureste deAsia. El capital excedente japonés comenzó a recorrer <strong>el</strong> mundo durant<strong>el</strong>a década de 1970 en busca de oportunidades de inversión rentables,

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