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Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

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268 | <strong>Diecisiete</strong> <strong>contradicciones</strong> y <strong>el</strong> <strong>fin</strong> d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>El progreso d<strong>el</strong> consumismo absurdo o compensatorio tiene sus propiasdinámicas internamente destructivas. Requiere que la «destruccióncreativa» de la que hablaba Schumpeter se desate sobre la tierra. La vidacotidiana en la ciudad, las formas ordenadas de vida, de r<strong>el</strong>acionarse ysocializarse, se ven una y otra vez perturbadas para hacer sitio a la últimamoda o fantasía. Las demoliciones y los desplazamientos para hacer sitioa la gentrificación o la disneyficación rompen tejidos ya hechos de vidaurbana para dejar paso a lo llamativo y lo exagerado, lo efímero y lo pasajero.La desposesión y la destrucción, <strong>el</strong> desplazamiento y la construcción,se vu<strong>el</strong>ven vehículos para una vigorosa y especulativa acumulación de capitala medida que las figuras d<strong>el</strong> <strong>fin</strong>anciero y d<strong>el</strong> rentista, d<strong>el</strong> promotor, d<strong>el</strong>propietario inmobiliario y d<strong>el</strong> alcalde emprendedor surgen de las sombrasy pasan al primer plano de la lógica de acumulación d<strong>el</strong> capital. El motoreconómico que es la circulación y acumulación de capital engulle ciudadesenteras solamente para escupir nuevas formas urbanas, a pesar de laresistencia de la gente que se siente totalmente alienada de procesos queno solamente remod<strong>el</strong>an los entornos en los que vive, sino que tambiénrede<strong>fin</strong>en la clase de persona en la que se tienen que convertir para podersobrevivir. Los procesos de reproducción social son reestructurados por <strong>el</strong>capital desde <strong>el</strong> exterior. La vida cotidiana queda pervertida en pro de lacirculación d<strong>el</strong> capital. La coalición de los reticentes a esta forzada rede<strong>fin</strong>iciónde la naturaleza humana constituye un grupo de individuos alienadosque periódicamente estalla en disturbios y movimientos potencialmenterevolucionarios desde El Cairo a Estambul, desde Buenos Aires a São Pauloy desde Estocolmo a El Alto.Todo esto descansa, sin embargo, sobre la posesión de suficientedinero, sobre la agobiante necesidad que persuade a «sectores de lasociedad anteriormente no remunerados para que busquen trabajoasalariado», lo que aumenta más «la necesidad de un consumo compensatorio».Como resultado, «ser pagado se convierte en <strong>el</strong> objetivoprimordial de la actividad hasta <strong>el</strong> punto de que cualquier actividadque no tenga compensación <strong>fin</strong>anciera deja de ser aceptable. El dinerosuplanta a otros valores y se convierte en la única medida». A esto leacompaña «un aliciente para retirarse a la esfera privada y darle prioridada la búsqueda de ventajas “personales”, [lo cual] contribuye ala desintegración de las redes de solidaridad y asistencia mutua, d<strong>el</strong>a cohesión familiar y social y de nuestro sentido de pertenencia. Losindividuos socializados por un consumismo (absurdo) ya no son individuossocialmente integrados, sino individuos que se ven estimuladosa “ser <strong>el</strong>los mismos” diferenciándose de los demás y que solo se parecenal resto en su negativa (socialmente canalizada en <strong>el</strong> consumo)para asumir responsabilidades por la situación común efectuando una

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