13.07.2015 Views

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

210 | <strong>Diecisiete</strong> <strong>contradicciones</strong> y <strong>el</strong> <strong>fin</strong> d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>para darle otras que le son ajenas y de las que no puede hacer uso sinla ayuda de otros 14 .Con otras palabras, un individuo plenamente socializado adquiere unasubjetividad política y una concepción de lo que significa la libertad, diferentesde la d<strong>el</strong> individuo aislado.Aunque esa respuesta sea en sí misma demasiado simple para soportar<strong>el</strong> peso histórico que le correspondería, apunta en una dirección fértil parala investigación. ¿Está mejor defendida la libertad humana para todos porun régimen de derechos de propiedad privada individuales y excluyenteso por derechos comunes colectivamente gestionados por los individuosasociados? ¿No nos enfrentamos aquí a una opción difícil entre libertadesindividuales movilizadas por la causa de la dominación de clase capitalistao la lucha de clases puesta en marcha por los desposeídos en pro de mayoreslibertades sociales y colectivas?Obsérvese también algo importante en la formulación de Rousseau quecumple un doble pap<strong>el</strong> en <strong>el</strong> pensamiento de Marx. Las transformacionesrevolucionarias suponen cierta destrucción creativa. Se pierde algo, perotambién se gana algo. Lo que se perdía para Rousseau era <strong>el</strong> individualismoaislado (que derivaba de un estado de naturaleza en su teoría, pero que paraMarx era un producto político de la revolución burguesa). El individualismoaislado tenía que ceder <strong>el</strong> paso a recursos nuevos pero «ajenos». Laburguesía tenía que verse alienada de su pasado individualizado para qu<strong>el</strong>os desposeídos obtuvieran sus futuras libertades desalienadas. Esto ponepatas arriba la teoría marxista de la alienación: <strong>el</strong> momento de alienaciónestá cargado de potencial positivo y negativo en los momentos claves detransición revolucionaria. No hay ninguna contradicción que no genererespuestas potencialmente contradictorias.Marx no ahorró palabras con respecto a la necesidad de derribar (o«someter») las concepciones burguesas individualistas de riqueza y de valora <strong>fin</strong> de liberar <strong>el</strong> potencial para una prosperidad humana creativa perocolectiva que nos rodea de forma latente en cada ocasión. Curiosamente,hasta Margaret Thatcher pensaba que había una diferencia al respecto quevale la pena mencionar aquí, ya que demuestra que hasta la empedernidaconservadora hija de un tendero, licenciada en Química y luego abogada,era capaz de pensamientos trascendentales: «No es la creación de riquezalo que está mal (aunque dudo de que conociera realmente la concepciónmarxista de la riqueza como plena realización de las capacidades humanasindividuales), sino <strong>el</strong> amor al dinero por sí mismo».14Jean-Jacques Rousseau, Contrat Social, livre II, Londres, 1782, p. 67 [ed. ingls.: The Social Contract,Oxford, Oxford University Press, 2008; ed. cast.: El contrato social, Madrid, Taurus, 2012].

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!