Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo
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122 | <strong>Diecisiete</strong> <strong>contradicciones</strong> y <strong>el</strong> <strong>fin</strong> d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>de trabajadoras domésticas a muchos países d<strong>el</strong> mundo (desde EstadosUnidos a los países d<strong>el</strong> Golfo Pérsico y Malasia). Las grandes migracionesde mano de obra que han tenido lugar tanto históricamente comoen tiempos recientes han establecido con frecuencia vínculos entre ciertoslugares de origen y ocupaciones específicas en <strong>el</strong> país de acogida. ElServicio Nacional de Salud británico no podría ni siquiera funcionar sin lainmigración de distintos grupos de lo que fue en otro tiempo <strong>el</strong> Imperiobritánico. En los últimos años se han registrado corrientes de migrantes(principalmente mujeres) de Europa Oriental (Polonia, Lituania, Estonia,etc.) para realizar diversas tareas en los sectores llamados «d<strong>el</strong> ocio» en granparte de Europa Occidental, incluida Gran Bretaña (desde la limpieza enlos hot<strong>el</strong>es hasta <strong>el</strong> servicio en restaurantes y bares). Los migrantes mexicanosy caribeños se especializan en la cosecha de cereales y frutas en la costatanto oriental como occidental de Estados Unidos.La asignación de distintas personas a diferentes tareas está asociadacon niv<strong>el</strong>es diferentes de remuneración. Prejuicios y discriminacionesétnicas, raciales, r<strong>el</strong>igiosas y de género están profundamente arraigadasen la segmentación y fragmentación d<strong>el</strong> mercado laboral en su conjuntoy en particular en las diferencias salariales. Los empleos consideradossucios y humillantes, por ejemplo, están típicamente mal pagados y sedejan a los migrantes más desvalidos y vulnerables (a menudo los quecarecen de un permiso legal de residencia), mientras que los migrantesexpertos en programación informática procedentes d<strong>el</strong> sur de Asia recibena veces automáticamente <strong>el</strong> estatus de trabajador cualificado. Lo quees aún más odioso es que <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de remuneración también varía según<strong>el</strong> género, la raza y la etnia entre trabajadores con la misma ocupación ytareas idénticas.Las luchas por <strong>el</strong> estatus dentro de la división d<strong>el</strong> trabajo y <strong>el</strong> reconocimientode la cualificación pertinente se remiten de hecho a las diferentesoportunidades y niv<strong>el</strong> de vida para los trabajadores, pero también –y ahíestá <strong>el</strong> núcleo d<strong>el</strong> problema– a la rentabilidad para <strong>el</strong> capitalista. Desde <strong>el</strong>punto de vista d<strong>el</strong> capital es útil, si no crucial, disponer de un mercadolaboral segmentado, fragmentado y muy competitivo, lo que alza barrerasa la organización coherente y unificada de la fuerza de trabajo. Los capitalistaspueden aplicar, y a menudo lo hacen d<strong>el</strong>iberadamente, una políticade divide y vencerás fomentando tensiones interétnicas, por ejemplo. Lacompetencia entre grupos sociales que se enfrentan por mejores posicionesdentro de la división d<strong>el</strong> trabajo se convierte en un medio primordial por<strong>el</strong> que la mano de obra en general pierde poder y <strong>el</strong> capital puede ejercerun control mayor y más completo, tanto en <strong>el</strong> mercado laboral como en<strong>el</strong> lugar de trabajo. Las formas típicas de organización sindical por sectoresmás que por zonas geográficas también inhiben la acción unificada de los