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Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

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262 | <strong>Diecisiete</strong> <strong>contradicciones</strong> y <strong>el</strong> <strong>fin</strong> d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>fetichismos. Además, cayó víctima de las visiones estáticas y dogmáticasde los dirigentes de un todopoderoso partido de vanguardia. El centralismodemocrático, que a menudo funcionó bien en la oposición y engraves momentos de violenta represión, resultó una desastrosa cargacuanto más cerca estaba <strong>el</strong> movimiento de ejercer <strong>el</strong> poder legítimo. Subúsqueda de la libertad produjo sometimiento.Pero hay algo más que un simple grano de verdad en la idea de unacontradicción central entre las revoluciones en las fuerzas productivas y susr<strong>el</strong>aciones sociales conflictivas y contradictorias. Como vimos en <strong>el</strong> casode la Contradicción 8, existe una profunda conexión entre la evolucióntécnica d<strong>el</strong> capital y la transformación radical d<strong>el</strong> trabajo y d<strong>el</strong> valor social,pero las implicaciones se multiplican cuando abordamos esta y otras <strong>contradicciones</strong>desde <strong>el</strong> punto de vista de la alienación (como las que surgende las divisiones d<strong>el</strong> trabajo). André Gorz ha sido un pionero en esclareceresto, así que aquí simplemente seguiré sus pasos.«La racionalización económica d<strong>el</strong> trabajo» que se produce con <strong>el</strong> desarrollocapitalista de la potencia tecnológica, señala Gorz, crea «individuosque, estando alienados en su trabajo, necesariamente estarán igualmentealienados en su consumo y <strong>fin</strong>almente en sus necesidades». Cuanto másdinero dispongan, y <strong>el</strong> dinero, como hemos visto, tiene <strong>el</strong> potencial deaumentar sin límite incluso en las cuentas corrientes de los individuosparticulares, más deben aumentar sus necesidades individuales si tienenque representar su pap<strong>el</strong> económico como «consumidores racionales»(«racionales» desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong> capital). Se establece una r<strong>el</strong>acióndialéctica, una espiral de interr<strong>el</strong>aciones, entre <strong>el</strong> deseo de dinero y unaeconomía de necesidades fomentada dentro d<strong>el</strong> orden social. La idea deuna buena vida estable y de un buen vivir conforme a necesidades modestasqueda desplazada por un deseo insaciable de obtener más y más podermonetario para dominar más y más bienes de consumo. El resultado es«<strong>el</strong>iminar la antigua idea de libertad y autonomía existencial» y renunciara la auténtica libertad a cambio de las limitadas libertades de una interminabl<strong>el</strong>ucha por participar y ganar al mercado 3 .Desmenucemos los detalles de este argumento. «La cuestión esencial–dice Gorz – es <strong>el</strong> grado en que las habilidades y facultades que emplea untrabajo constituyen una cultura ocupacional, y <strong>el</strong> grado en que hay unaunidad entre la cultura ocupacional y la cultura de la vida cotidiana, entre<strong>el</strong> trabajo y la vida. En otras palabras, <strong>el</strong> grado en que la implicación en <strong>el</strong>trabajo supone <strong>el</strong> enriquecimiento o <strong>el</strong> sacrificio d<strong>el</strong> propio ser individual».La tecnología d<strong>el</strong> trabajo se muestra a primera vista totalmente indiferente3André Gorz, Critique of Economic Reason, Londres, Verso, 1989, p. 22 [ed. cast.: Crítica de larazón productivista. Antología, Madrid, Libros Catarata, 2008].

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