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Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

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Contradicción 16. La r<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> capital con la naturaleza | 251termina en Estados Unidos convertida en un artículo de este material, encontraposición a la transferencia directa de energía de Canadá a EstadosUnidos a través de la red <strong>el</strong>éctrica o de un oleoducto. El ecosistema capitalistaestá plagado de desigualdades y desarrollos geográficos irregularesprecisamente como consecuencia d<strong>el</strong> patrón desigual de estas transferencias.Los beneficios se amontonan en una parte d<strong>el</strong> mundo a costa de laotra. La transferencia de los beneficios ecológicos de una parte d<strong>el</strong> mundoa otra entraña tensiones geopolíticas. Esto también contribuye a explicarpor qué <strong>el</strong> enfoque boliviano y ecuatoriano respecto al uso de «su naturaleza»es tan radicalmente diferente d<strong>el</strong> de Estados Unidos. Los bolivianosy los ecuatorianos quieren mantener su petróleo en <strong>el</strong> subsu<strong>el</strong>o. ¿Por quépermitir su extracción para que se utilice, por ejemplo, en Estados Unidosa cambio de recibir una miseria en royalties? ¿Por qué deberían mis recursossubsidiar tu tren de vida?La valoración de la naturaleza, o como prefieren conceptualizarlo loseconomistas ecológicos, <strong>el</strong> valor monetario d<strong>el</strong> flujo de servicios que lanaturaleza ofrece al capital, es arbitrario. De vez en cuando provoca unaexplotación indiscriminada de los valores de uso disponibles hasta llegar alcolapso ecológico. Con frecuencia <strong>el</strong> capital ha agotado e incluso destruidode forma irreparable los recursos latentes en la naturaleza de ciertos lugares.Esto sucede concretamente cuando <strong>el</strong> capital es móvil geográficamente.Cuando los cultivadores de algodón d<strong>el</strong> sur de Estados Unidos o los cafetalerosbrasileños agotaban sus tierras, sencillamente se trasladaban a otras másfértiles donde la cosecha resultaba más fácil y rentable. Las colonias fueronexplotadas por sus recursos sin importar <strong>el</strong> bienestar de las poblaciones locales(a menudo indígenas). La extracción de minerales y la explotación d<strong>el</strong>os recursos energéticos y forestales su<strong>el</strong>en seguir una lógica similar, pero losefectos ecológicos están localizados, dejando tras de sí un paisaje desigualde ciudades mineras abandonadas, su<strong>el</strong>os agotados, vertederos de residuostóxicos y valores de activos devaluados. Los beneficios ecológicos están localizadosen alguna otra parte.Estas prácticas extractivas y explotadoras se tornan doblemente voraces yviolentas bajo regímenes imperiales y coloniales. La explotación de la tierra,la erosión d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o y la extracción incontrolada de los recursos han dejadouna hu<strong>el</strong>la de enormes proporciones en los paisajes de todo <strong>el</strong> mundo y enalgunos casos han provocado la destrucción irreversible de aqu<strong>el</strong>los valores deuso necesarios para la supervivencia humana. En ciertos lugares y momentoses posible construir una lógica capitalista más benigna que combina principiosde gestión ambiental responsable con una rentabilidad sostenible. Trasla tormenta de polvo (Dust Bowl) que tuvo lugar en Estados Unidos en ladécada de 1930, por ejemplo, se extendieron las prácticas conservacionistasde uso de la tierra auspiciadas por <strong>el</strong> Estado y <strong>el</strong> diseño de una agricultura

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