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Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

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256 | <strong>Diecisiete</strong> <strong>contradicciones</strong> y <strong>el</strong> <strong>fin</strong> d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>no sea la que exige y dicta <strong>el</strong> capital. Para muchos se trata de una ofensacontra la «auténtica» naturaleza y, por extensión, contra la posibilidad deotra naturaleza humana mejor.Esta idea de que <strong>el</strong> capital exige la destrucción de una naturaleza humanadigna y sensible no es nueva y ha sido comprendida desde hace muchotiempo. En un principio produjo una revu<strong>el</strong>ta estética, dirigida por <strong>el</strong>movimiento romántico, contra la aproximación estrictamente científica ala modernidad capitalista. En la ecología profunda dio lugar a una visiónno antropocéntrica de cómo deberíamos construirnos como seres humanosen r<strong>el</strong>ación al mundo que nos rodea. En la ecología social y política generóformas muy críticas de análisis anticapitalista. En la obra crítica de la Escu<strong>el</strong>ade Frankfurt promovió la aparición de un marxismo más sensible desde <strong>el</strong>punto de vista ecológico, donde la dialéctica y la «revu<strong>el</strong>ta» de la naturalezatuvieran un sentido amplio 5 . La denominada «revu<strong>el</strong>ta de la naturaleza»no es la de una madre naturaleza airada y perturbada (como lo interpretanalgunas tradiciones indígenas y como también prefieren describirla los presentadoresde los canales meteorológicos de todo <strong>el</strong> mundo). Se trata enrealidad de una revu<strong>el</strong>ta de nuestra propia naturaleza contra aqu<strong>el</strong>lo en loque hemos de convertirnos para sobrevivir dentro d<strong>el</strong> ecosistema que <strong>el</strong> capitalforzosamente construye. Esta revu<strong>el</strong>ta atraviesa todo <strong>el</strong> espectro políticoen la medida en que los conservadores rurales están tan indignados como losliberales urbanos y los anarquistas con la mercantilización, la monetización yla comercialización de todos los aspectos de la naturaleza.Están plantadas las semillas de la sublevación humanista contra la inhumanidadque presuponen la reducción de la naturaleza y de la naturalezahumana a la pura forma mercancía. La alienación de la naturaleza constituy<strong>el</strong>a alienación de nuestro propio potencial como especie. Esto generaun espíritu de reb<strong>el</strong>día en <strong>el</strong> que conceptos tales como dignidad, respeto,compasión, bondad y afecto se convierten en consignas revolucionarias altiempo que los valores de verdad y b<strong>el</strong>leza sustituyen a los fríos cálculos d<strong>el</strong>trabajo social.5Arne Naess, Ecology, Community and Lifestyle, Cambridge, Cambridge University Press, 1989;William Leiss, The Domination of Nature, Boston (MA), Beacon Press, 1974; Martin Jay, TheDialectical Imagination. A History of the Frankfurt School and the Institute of SocialResearch, 1923-1950, Boston (MA), Beacon Press, 1973 [ed. cast.: La imaginación dialéctica, Madrid, Taurus,1988]; Murray Bookchin, The Philosophy of Social Ecology. Essays on Dialectical Naturalism,Montreal, Black Rose Books, 1990; Richard Peet, Paul Robbins y Micha<strong>el</strong> Watts, Global PoliticalEcology, Nueva York, Routledge, 2011; John B<strong>el</strong>lamy Foster, Marx’s Ecology. Materialism andNature, NuevaYork, Monthly Review Press, 2000 [ed. cast.: La ecología de Marx. Materialismo ynaturaleza, Barc<strong>el</strong>ona, Intervención Cultural, 2004].

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