13.07.2015 Views

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

274 | <strong>Diecisiete</strong> <strong>contradicciones</strong> y <strong>el</strong> <strong>fin</strong> d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>Esta tradición de pensamiento y acción ha sufrido muchos altibajos segúnlos momentos y los lugares, pero parece no desaparecer nunca. Por supuesto,ha tenido que competir con doctrinas más ortodoxas que de manera variableasignan nuestro destino y fortuna a los dioses, a un creador y unadeidad específica, a las fuerzas ciegas de la naturaleza, a leyes de la evoluciónsocial impuestas por medio de herencias y mutaciones genéticas, porrígidas leyes económicas que dictan <strong>el</strong> curso de la evolución tecnológica,o a una oscura t<strong>el</strong>eología dictada por <strong>el</strong> espíritu mundial. El humanismotambién tiene sus excesos y su lado oscuro. El carácter de algún modolibertino d<strong>el</strong> humanismo renacentista llevó a uno de sus representantesprincipales, Erasmo, a preocuparse porque la tradición judeocristianaestaba siendo sustituida por la de Epicuro. El humanismo ha caído a vecesen una visión antropocéntrica y prometeica de las capacidades y las fuerzashumanas en r<strong>el</strong>ación a todo lo que existe, incluyendo la naturaleza, inclusohasta <strong>el</strong> punto en <strong>el</strong> que algunos ilusos creen que nosotros, siendo lo máscercano a Dios, somos Übermenschen con derecho a dominar <strong>el</strong> universo.Esta forma de humanismo se vu<strong>el</strong>ve incluso más perniciosa cuando a determinadosgrupos de una sociedad no se les considera humanos. Este fue <strong>el</strong>destino de muchas poblaciones indígenas de las Américas al enfrentarse alos colonizadores. Designados como «salvajes», fueron considerados partede la naturaleza, no parte de la humanidad. Tales tendencias siguen vivas yactivas en ciertos círculos, lo que ha llevado a la feminista radical CatherineMacKinnon a escribir un libro sobre <strong>el</strong> tema, Are Women Human? 3 . Quetales exclusiones tienen, en opinión de mucha gente, un carácter sistemáticoy genérico en la sociedad moderna viene indicado por la popularidadd<strong>el</strong> planteamiento de Giorgio Agamben d<strong>el</strong> «estado de excepción» en <strong>el</strong>que tantas personas sobreviven ahora en <strong>el</strong> mundo (con los habitantes d<strong>el</strong>a Bahía de Guantánamo como ejemplo evidente) 4 .Hay muchas señales contemporáneas de que la tradición humanistailustrada sigue vivita y coleando, quizá incluso ensayando un retorno. Es<strong>el</strong> espíritu que evidentemente anima a la multitud de personas empleadasen todo <strong>el</strong> mundo en ONG y otras instituciones caritativas cuya misiónes mejorar las oportunidades vitales y las perspectivas de los menos afortunados.Existen incluso vanos intentos de disfrazar al propio capital con <strong>el</strong>atuendo humanista, que algunos líderes de empresas quieren denominar<strong>capitalismo</strong> consciente, y que no es sino una especie de ética emprendedoraque se parece sospechosamente al lavado de conciencia aderezado conpropuestas sensatas para mejorar la eficacia de los trabajadores simulando3Catherine MacKinnon, Are Women Human?: And Other International Dialogues, Cambridge(MA), Harvard University Press, 2007.4Giorgio Agamben, State of Exception, Chicago, Chicago University Press, 2005 [ed. cast.: Estadode excepción, Valencia, Pre-Textos, 2010].

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!