Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo
Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo
Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Contradicción 2. El valor social d<strong>el</strong> trabajo y su representación mediante <strong>el</strong> dinero | 51Una política monetaria alternativa de ese tipo se hace más necesaria cuandoconsideramos un problema inmediato particularmente p<strong>el</strong>igroso. La formaque <strong>el</strong> dinero ha asumido actualmente ha alcanzado <strong>el</strong> estatus de un doblefetiche: una representación abstracta (puros números almacenados en losordenadores) de una representación concreta (como <strong>el</strong> oro y la plata)de la inmaterialidad d<strong>el</strong> trabajo social. Cuando <strong>el</strong> dinero cobra la formade meros números, se hace potencialmente ilimitado en cuanto a sucantidad, lo que permite que florezca la ilusión de que un crecimientoinde<strong>fin</strong>ido y sin límites d<strong>el</strong> capital en su forma dinero es no sólo posiblesino deseable. Frente a esto, un examen, por superficial que sea, de lascondiciones que permiten <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> trabajo social y <strong>el</strong> aumento d<strong>el</strong>valor muestra que un crecimiento exponencial para siempre es imposible.Esta oposición, como veremos más ad<strong>el</strong>ante, está en la raíz de una de lastres <strong>contradicciones</strong> más p<strong>el</strong>igrosas d<strong>el</strong> capital, la d<strong>el</strong> crecimiento compuestoo exponencial.Cuando <strong>el</strong> dinero estaba limitado por su vinculación, por débil quefuera, con la disponibilidad material y la r<strong>el</strong>ativa escasez de las mercancíasdinero físicas, había una restricción material en cuanto a la creación ilimitadad<strong>el</strong> mismo. El abandono de la base metálica de la oferta monetariamundial a principios de la década de 1970 creó un mundo totalmentenuevo de posibles <strong>contradicciones</strong>. El dinero podía ser impreso ad in<strong>fin</strong>itumpor quienquiera que estuviera autorizado a hacerlo. La ofertamonetaria quedaba en manos de instituciones humanas falibles como losbancos centrales, lo que conllevaba <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de ac<strong>el</strong>erar la inflación. Noes casual que tras un breve periodo de creciente inflación a <strong>fin</strong>ales de ladécada de 1970, en particular en Estados Unidos, los banqueros centralesd<strong>el</strong> mundo (encabezados por Paul Volcker al frente de la Reserva Federalestadounidense) convergieran en una política única de contención de lainflación a cualquier precio, desentendiéndose de su responsabilidad encuanto al empleo y <strong>el</strong> desempleo. Cuando se constituyó <strong>el</strong> Banco CentralEuropeo para ocuparse d<strong>el</strong> euro, su único mandato era controlar la inflación,y nada más. Que esto se demostrara desastroso cuando la crisis de ladeuda soberana golpeó a varios países europeos a partir de 2012 atestiguauna incapacidad crónica de las instituciones creadas por <strong>el</strong> capital pararegular sus propios excesos, para entender la lógica contradictoria insertaen la forma monetaria que <strong>el</strong> capital asume ahora necesariamente. No es,por lo tanto, ninguna sorpresa que la crisis iniciada en 2007-2008 cobraraen primera instancia una forma <strong>fin</strong>anciera.