13.07.2015 Views

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Contradicción 4. Apropiación privada y riqueza común | 67El conocimiento de sus p<strong>el</strong>igros para la convivencia social llevó a lassociedades precapitalistas a erigir barreras frente a la apropiación privadadesmedida y al uso de la riqueza común, al tiempo que se resistían a lamercantilización y monetización de todo. Percibieron con gran perspicaciaque la monetización disolvía otras vías de constitución de la comunidad demodo que, como decía Marx, «<strong>el</strong> dinero había destruido la antigua comunidadconvirtiéndola en la comunidad d<strong>el</strong> dinero» 1 . Todavía cargamos conlas consecuencias de aqu<strong>el</strong>la transición. Que aqu<strong>el</strong>las antiguas sociedadesperdieran en último término esa batalla no debería disuadirnos de considerarformas de contener esa apropiación privada de la riqueza común,ya que todavía encierra inmensos p<strong>el</strong>igros en términos de apropiaciones einversiones despiadadas sin tener en cuenta las consecuencias medioambientaleso sociales, amenazando incluso las condiciones para la propiareproducción d<strong>el</strong> capital.Aunque todo esto debería ser evidente de por sí, en <strong>el</strong> cálculo monetariohay algo aún más siniestro que imprime realmente su s<strong>el</strong>lo sobre lapolítica y práctica de la acumulación por desposesión como característicadistintiva d<strong>el</strong> núcleo dinámico d<strong>el</strong> capital. En <strong>el</strong> examen d<strong>el</strong> funcionamientod<strong>el</strong> dinero vimos que la distinción entre valor y precio abría unabrecha entre las realidades d<strong>el</strong> trabajo social y la capacidad de adherir unaetiqueta con un precio ficticio a cualquier cosa, sin importar si se trata deun producto d<strong>el</strong> trabajo social o no. ¡Tanto la tierra sin cultivar como laconciencia se pueden vender por dinero! La brecha entre valores y precioses, por lo tanto, no sólo cuantitativa (los precios pueden subir o bajarinstantáneamente como respuesta a cualquier desequilibrio entre oferta ydemanda), sino también cualitativa (se podría poner un precio incluso acosas tan inmateriales como <strong>el</strong> honor, los compromisos o las lealtades). Esabrecha se ha convertido en un ancho y profundo abismo a medida que <strong>el</strong>capital expandía su ámbito y penetración con <strong>el</strong> paso d<strong>el</strong> tiempo.De todos los autores que conozco fue quizá Karl Polanyi, un historiadorde la economía y antropólogo socialista de origen húngaro que acabótrabajando en Estados Unidos en <strong>el</strong> momento álgido d<strong>el</strong> macartismo,quien vio más claramente la naturaleza de este fenómeno y los «p<strong>el</strong>igrospara la sociedad» que plantea. Su influyente obra La gran transformaciónfue publicada originalmente en 1944 y sigue siendo hasta hoy un texto dereferencia. Tal como señalaba, los mercados para <strong>el</strong> trabajo, la tierra y <strong>el</strong>dinero son esenciales para <strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> capital y la producciónde valor. Ahora bien,1Karl Marx, Grundrisse, Harmondsworth, Penguin, 1973, p. 223 [ed. alemana: Grundrisse, enMEW Band 42, Berlín, Dietz, 2005, p. 149; ed. cast.: Elementos fundamentales para la crítica d<strong>el</strong>a economía política, Madrid, Siglo XXI, 1972, p. 157 d<strong>el</strong> vol. 1].

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!