13.07.2015 Views

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

194 | <strong>Diecisiete</strong> <strong>contradicciones</strong> y <strong>el</strong> <strong>fin</strong> d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>en <strong>el</strong> desarrollo de su supuesto propio capital humano. Es la esfera dondecomienza la reproducción de la desigualdad, y al carecer de toda contratendenciapoderosa, también acaba. En Estados Unidos, por ejemplo,la movilidad social está prácticamente paralizada, de manera que tododescansa sobre un proceso de reproducción social que es muy desigual yestrechamente canalizado, si no directamente discriminatorio. Si en otrotiempo <strong>el</strong> pueblo en general se las apañaba por sí mismo para reproducirsesin un adarme de ayuda d<strong>el</strong> capital o d<strong>el</strong> Estado, ahora tiene que reproducirseen medio de enormes corrupciones e intervenciones d<strong>el</strong> Estado y <strong>el</strong>capital para construirse una vida cotidiana orientada no sólo a cubrir lospuestos altamente diferenciados (incluido <strong>el</strong> de zángano u holgazán) en untipo particular de mano de obra, sino también a convertirse en sumideropara una enorme variedad de productos innecesarios y no deseados que <strong>el</strong>capital produce y comercializa con tanto talento.También están, por supuesto, quienes ven la contradicción y buscanformas de <strong>el</strong>udirla. Algunos anh<strong>el</strong>an un regreso a modos autóctonos depensamiento y de vida, o al menos ven con cierta esperanza la posibilidadde organizar un desafío a las formas groseras de reproducción socialcontemporánea bajo <strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong> consumista plenamente organizadoconstruyendo comunidades alternativas sobre la base de asociaciones detrabajadores y hogares en red. Pero la estrategia d<strong>el</strong> capital para infectarcon <strong>el</strong> consumismo la reproducción social viene siendo persistente desdehace mucho tiempo, y está generosamente <strong>fin</strong>anciada por un sector d<strong>el</strong>a publicidad y la promoción que no se detiene ante nada para conseguirvender sus productos. El eslogan de los propietarios de los nuevosgrandes almacenes en <strong>el</strong> París d<strong>el</strong> Segundo Imperio, cuando trataban deobtener mayor cuota de mercado, era «conseguir ganarse a las mujeres».Más recientemente ha sido «ganarse a los niños, cuanto más pequeñosmejor» lo que ha dominado gran parte de la publicidad consumista. Si losniños son educados frente a un t<strong>el</strong>evisor, con juegos de ordenador o conun iPad, esto tiene consecuencias de gran alcance para sus actitudes psicológicasy culturales, sus concepciones mentales d<strong>el</strong> mundo y sus posiblessubjetividades políticas futuras. La reproducción es un problema controvertido,dice Katz, en parte porque se centra en la reproducción de «laspropias r<strong>el</strong>aciones sociales y formas materiales, que son tan problemáticas».Por esta razón, es improbable que la reproducción social sea una fuente desentimientos revolucionarios. Sin embargo, es mucho lo que depende de<strong>el</strong>la, incluida la política de oposición.La ubicuidad de la reproducción social la convierte en un observatoriocentral desde <strong>el</strong> que <strong>el</strong>aborar una crítica d<strong>el</strong> capital en una de sus formasmás insidiosas. Éste era precisamente <strong>el</strong> proyecto de Henri Lefebvre en su

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!