13.07.2015 Views

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

166 | <strong>Diecisiete</strong> <strong>contradicciones</strong> y <strong>el</strong> <strong>fin</strong> d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>se alterara dramáticamente aumentando la desigualdad, en la medida enque las <strong>el</strong>ites que respaldaron <strong>el</strong> golpe sacaban provecho de él. En Rusiauna pequeña banda de oligarcas se apropió, en un espectacular acto depillaje, de la mayor parte de las riquezas y recursos naturales d<strong>el</strong> país, tras<strong>el</strong> colapso de 1989. La ex Unión Soviética muestra ahora la mayor concentraciónde milmillonarios d<strong>el</strong> mundo, una auténtica oligarquía. En GranBretaña en cambio, después de 1945, un gobierno laborista puso en pie unEstado d<strong>el</strong> bienestar que amparó a los menos favorecidos durante toda unageneración, de forma muy parecida a como se había hecho poco antes enEscandinavia. La gran influencia d<strong>el</strong> comunismo sobre las políticas socialesen <strong>el</strong> mundo capitalista durante la Guerra Fría, acompañada de fuertesimpulsos socialdemócratas dentro de ese mundo (derivados de una largahistoria de organización de la clase obrera y un aumento de la concienciade clase), dio lugar a que los Estados capitalistas en general tuvieran queocuparse de proteger las condiciones de vida d<strong>el</strong> conjunto de la población.El Estado d<strong>el</strong> bienestar que resultó de aqu<strong>el</strong>lo estaba lejos de sersocialista; tenía fuertes <strong>el</strong>ementos de discriminación de género y era paternalistae incluso procapitalista, actuando de forma humillante, punitivay burocrática en su trato a su propia client<strong>el</strong>a. Ser tut<strong>el</strong>ado por <strong>el</strong> Estadod<strong>el</strong> bienestar era muy a menudo desagradable e inhumano, por más quealgunas ayudas d<strong>el</strong> Estado (como la seguridad social y las pensiones paralos ancianos) aportaran mayor seguridad a todo <strong>el</strong> mundo. Aqu<strong>el</strong> tipo deEstado, criticado por la izquierda progresista, fue más tarde abolido por lacontrarrevolución neoliberal de Thatcher y Reagan durante la década de1980. El colapso d<strong>el</strong> comunismo en 1989 alivió la presión externa sobr<strong>el</strong>os Estados en cuanto a la atención al bienestar de su población al no tenerque afrontar una fuerte oposición política.Pero incluso en ausencia de realineamientos tan sobresalientes, <strong>el</strong>ir y venir de las luchas sociales entre clases y grupos étnicos/raciales,junto con la fluctuación inevitable entre expansiones y recesiones en laeconomía, tienen efectos sobre los dispositivos distributivos, que varíanmucho de un lugar a otro. La distribución de renta y riqueza en lospaíses nórdicos, por ejemplo, ha sido hasta muy recientemente muchomás igualitaria que en Estados Unidos, incluso antes de que la contrarrevoluciónde Reagan comenzara a alterar <strong>el</strong> equilibrio en perjuicio de lostrabajadores y los pobres, subsidiando y recompensando por <strong>el</strong> contrarioal capital; pero tanto Estados Unidos como Suecia eran firmemente capitalistas.El capital parece funcionar bastante bien aun con parámetros dedistribución muy distintos.La variabilidad d<strong>el</strong> capital y su adaptabilidad a configuraciones complejasde distribución sirve a un doble propósito cuando queda insertoen la increíble complejidad y diversidad de agrupamientos sociales que

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!