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Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

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246 | <strong>Diecisiete</strong> <strong>contradicciones</strong> y <strong>el</strong> <strong>fin</strong> d<strong>el</strong> <strong>capitalismo</strong>porque las tasas de beneficio se desplomarían inevitablemente cuandola extracción de renta y <strong>el</strong> precio de los alimentos aumentaran. El poderde los rentistas se incrementa porque muchos recursos se encuentran enlocalizaciones geográficas específicas, están sometidos a una competenciamonopolística y, por lo tanto, abiertos a la extracción de rentas d<strong>el</strong> mismotipo. El su<strong>el</strong>o urbano y los mercados inmobiliarios, así como <strong>el</strong> mundode los denominados recursos «naturales», constituyen escenarios propiciospara que una próspera clase rentista amase más y más riqueza y poder, <strong>el</strong>cual se hace extensivo a la tecnología, que es un aspecto de la naturalezainternalizado en la circulación d<strong>el</strong> capital. Así, las patentes y los derechosde propiedad han sido establecidos a instancia de los que producen naturalezaen forma de nuevas tecnologías. A cambio de una renta monopolísticase conceden licencias privadas sobre materiales genéticos (por ejemplo,semillas), sobre nuevos métodos e incluso sobre nuevos sistemas organizativosde propiedad privada. Asimismo, los derechos sobre la propiedadint<strong>el</strong>ectual se han convertido en un ámbito fundamental de acumulación alo largo de las últimas décadas.El dominio que ejerce la clase rentista (por ejemplo, los terratenientesy los titulares de los derechos de propiedad minera, agrícola e int<strong>el</strong>ectual)sobre los denominados activos y recursos «naturales» le permite crear ymanipular la escasez, así como especular con <strong>el</strong> valor de los activos quecontrola. Hace tiempo que este poder se puso de manifiesto; hoy en díase acepta de manera general, por ejemplo, que prácticamente todas lashambrunas que han tenido lugar durante los últimos doscientos años sehan producido socialmente y no han sido determinadas por la naturaleza.Cada vez que la subida de los precios d<strong>el</strong> petróleo provoca un corode comentarios sobre los límites naturales d<strong>el</strong> «pico petrolero», se entra acontinuación en un periodo de remordimientos atribulados al comprenderque han sido los especuladores y los cárt<strong>el</strong>es d<strong>el</strong> petróleo los que conjuntamentehan empujado los precios al alza. El «acaparamiento de tierras» quese está llevando a cabo actualmente en todo <strong>el</strong> mundo (especialmente enÁfrica) tiene que ver más con la creciente competencia por monopolizarlos recursos y la cadena alimentaria con vistas a la extracción de rentas quecon <strong>el</strong> temor a unos inminentes límites naturales impuestos a la producciónde alimentos y la extracción de minerales. El precio en aumento d<strong>el</strong>os alimentos, que ha suscitado tanta inquietud últimamente, incluidaslas revoluciones d<strong>el</strong> norte de África, puede atribuirse mayoritariamente ala manera en que se está manipulando <strong>el</strong> sistema d<strong>el</strong> valor de cambio pormotivos de rentabilidad.La concepción de mera mercancía cosificada que tiene <strong>el</strong> capital sobr<strong>el</strong>a naturaleza ha encontrado resistencia. Hay una batalla permanente entrecómo <strong>el</strong> capital conceptualiza y usa la r<strong>el</strong>ación metabólica con la naturaleza

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