13.07.2015 Views

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

Leer-Diecisiete-contradicciones-y-el-fin-del-capitalismo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Contradicción 11. Desarrollos geográficos desiguales y producción de espacio | 159propios poderes de gubernamentalidad sobre poblaciones potencialmentereacias, al mismo tiempo que aumenta su propia riqueza, poder y estatus enun sistema interestatal muy competitivo. Esta racionalidad contrasta con lad<strong>el</strong> capital, principalmente preocupado por la apropiación y acumulaciónprivada de riqueza social. La lealtad orgánica de los ciudadanos a sus Estadosse opone en principio a la lealtad singular d<strong>el</strong> capital a la obtención de beneficiosy a nada más.El tipo de racionalidad típicamente impuesto por <strong>el</strong> Estado quedailustrado por sus prácticas de planificación urbana y regional. Esas intervencionese inversiones estatales intentan contener las consecuencias acasocaóticas d<strong>el</strong> desarrollo de un mercado desregulado. El Estado imponeestructuras administrativas, legislativas, impositivas y de identificaciónindividual que obedecen a criterios cartesianos. La producción tecnocráticay burocrática de espacio en nombre de una supuesta modernidadcapitalista ha sido, no obstante, objeto de virulentas críticas (muy enparticular las de Henri Lefebvre 3 ), dado que lo producido su<strong>el</strong>e ser unpaisaje geográfico racionalizado pero inanimado, contra <strong>el</strong> que las poblacionesse reb<strong>el</strong>an periódicamente. En cualquier caso, la aplicación de lospoderes estatales a ese <strong>fin</strong> nunca es fácil, y se ve fácilmente subvertida,sobornada y corrompida por intereses monetarios. Recíprocamente, losintereses fundamentales d<strong>el</strong> Estado, por ejemplo en <strong>el</strong> caso de la seguridadnacional, pueden ser subvertidos por <strong>el</strong> capital y convertidos en un pesebrepermanente para <strong>el</strong> lucro capitalista; de ahí <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> histórico d<strong>el</strong> infame«complejo militar-industrial» en <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> capital.Los Estados pueden hacer uso de sus poderes para organizar la vidaeconómica, no sólo mediante su capacidad para realizar inversionesinfraestructurales, sino también mediante su poder para crear o reformarinstituciones básicas. Cuando, por ejemplo, los bancos locales fueronabsorbidos por bancos nacionales en Gran Bretaña y Francia durante<strong>el</strong> siglo XIX, <strong>el</strong> flujo libre d<strong>el</strong> capital-dinero en todo <strong>el</strong> espacio nacionalalteró las dinámicas regionales. Más recientemente, la abolición en EstadosUnidos de leyes restrictivas que afectaban a los bancos locales, seguida poruna oleada de absorciones y fusiones de bancos regionales, alteró todos loshábitos de inversión en <strong>el</strong> país, alejándolos de lo local y llevándolos a unaestructura más abierta y fluida de configuraciones regionales. Las reformasen la organización de la banca internacional, acopladas con las tecnologíasde la información, han revolucionado durante los últimos cuarenta años lamovilidad global d<strong>el</strong> capital <strong>fin</strong>anciero.3Henri Lefebvre, La production de l’espace, París, Anthropos, 1974 [ed. ingls.: The Productionof Space, Oxford, Basil Blackw<strong>el</strong>l, 1989; ed. cast.: La producción d<strong>el</strong> espacio, Madrid, CapitánSwing, 2013].

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!