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Informe GEO Uruguay 2008 - CLAES

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fuentes difusas son más difíciles de controlar e<br />

implica llegar a un ordenamiento de los usos<br />

del suelo. Esto implica evaluar cuáles actividades<br />

productivas se realizan dónde. Algunos<br />

ejemplos claros de necesidad de ordenamiento<br />

son señalados por la realización de agricultura<br />

de papa (cultivo con altos requerimientos de<br />

fertilización y plaguicidas) hasta la orilla misma<br />

de la laguna del Cisne (Canelones) o del Sauce<br />

(Maldonado), las cuales son fuentes de agua<br />

potable.<br />

Estos nutrientes son verdaderos fertilizantes<br />

en los cuerpos de agua, aumentando la producción<br />

de microalgas (fitoplancton) y plantas<br />

acuáticas. Si los nutrientes favorecen a las plantas<br />

una laguna somera se puede literalmente<br />

“tapar” de totoras o de camalotes, o incluso de<br />

plantas sumergidas (laguna del Diario en Maldonado).<br />

O peor aún, si quienes se favorecen<br />

con el N y P son las microalgas (o fitoplancton)<br />

el sistema se puede volver muy turbio y verde<br />

(lago del Parque Rodó).<br />

El aumento de plantas y microalgas genera<br />

desbalances en el funcionamiento natural de<br />

los sistemas acuáticos, porque aumenta la materia<br />

orgánica en descomposición, lo que puede<br />

provocar la disminución del oxígeno del agua.<br />

La anoxia resultante provoca mortandad de<br />

peces e invertebrados, disminuyendo el número<br />

de especies de estas comunidades y a su vez<br />

de las aves que se alimentan de los mismos,<br />

generando una pérdida de la biodiversidad del<br />

sistema.<br />

Por otra parte, la materia orgánica acumulada<br />

constituye un creciente “banco” o reservorio<br />

interno de nutrientes. Esto último, tiene consecuencias<br />

graves cuando se procuran recuperar<br />

estos ambientes, ya que la sola remoción de los<br />

aportes externos (fuentes puntuales y difusas)<br />

de nutrientes no alcanza para retornar el sistema<br />

a su funcionamiento natural (Mazzeo et al.<br />

2002).<br />

Extensión de<br />

las categorías<br />

de uso (ha)<br />

Clases 1974 (ha) 1997 (ha) 2005 (ha)<br />

Urbano (Ciudad de Rocha, La Riviera,<br />

Puerto de los Botes)<br />

Generalmente, con el aumento de los nutrientes<br />

se favorecen las microalgas a tal punto que<br />

pueden formar floraciones o blooms, es decir<br />

una superpoblación. En estas condiciones se favorecen<br />

las cianobacterias (también conocidas<br />

como cianofíceas o algas verde azules), grupo<br />

que contiene muchas especies que pueden desarrollar<br />

toxicidad. Dicha toxicidad puede ser<br />

grave tanto para animales como para humanos,<br />

siendo hepatotóxicas y/o neurotóxicas y en<br />

algunos casos bioacumulables, es decir que la<br />

ingestión continuada de la sustancia aumenta<br />

su concentración progresivamente en el organismo<br />

u órgano (De León 2002).<br />

En la Tabla 2.22 se muestran los registros de las<br />

especies potencialmente tóxicas que desarrollaron<br />

floraciones en <strong>Uruguay</strong>.<br />

Los análisis de toxicidad para detectar la toxina<br />

(microcystina) del género que con mayor<br />

frecuencia desarrolla floraciones (Microcystis<br />

sp.) en <strong>Uruguay</strong> indicaron altas concentraciones<br />

de la misma en el río de la Plata (101,7<br />

y 1074,3 µg g -1 de peso seco (ps); De León y<br />

Yunes 2001), en el embalse del Rincón del Bonete<br />

(1035 µg g -1 ps ; Conde et al. 2002) y en<br />

el embalse de Salto Grande (237 y 2 020 µg<br />

g -1 ps; Chalar et al. 2002). En la mayoría de<br />

los casos en <strong>Uruguay</strong>, los valores de toxicidad<br />

se encontraron por encima del nivel recomendado<br />

para el uso de las aguas para recreación<br />

(Chorus y Bartram 1999). Estudios realizados en<br />

el agua potable de la central de los embalses<br />

del río Negro (Palmar, Rincón del Bonete y Baygorria)<br />

indicaron la presencia de microcystina<br />

(0,10 a 0,40 µg l -1 ) (Conde et al. 2002). En estos<br />

análisis las concentraciones de microcystina<br />

se encontraron por debajo del límite establecido<br />

para el uso del sistema para potabilización<br />

(1 µg l -1 ) (Chorus y Bartram 1999). Sin embargo,<br />

en el lugar donde se encuentra la toma<br />

de agua del embalse del Rincón del Bonete se<br />

encontró una concentración de microcystina de<br />

1 260 µg g -1 ps (Conde et al. 2002).<br />

Tabla 2.23<br />

Extensión de los distintos usos del suelo en la cuenca de la laguna de Rocha<br />

Evaluado a partir del análisis de imágenes satelitales Landsat. Entre paréntesis se indica el porcentaje del área total<br />

sin considerar la extensión de laguna y humedal correspondiente a 1974, año de mayor inundación.<br />

835 (0,8) 1 176 (1,1) 1 176 (1,1)<br />

Monte nativo 6 219 (5,6) 5 387 (4,9) 6 308 (5,7)<br />

Forestación 15 (0) 273 (0,2) 8 578 (7,8)<br />

Agricultura 6 486 (5,9) 7 462 (6,8) 10 922 (9,9)<br />

Campo 96 191 (87,3) 96 846 (87,9) 83 912 (76,2)<br />

<strong>GEO</strong> <strong>Uruguay</strong><br />

Cambios en el uso de la tierra<br />

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