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206 Glenda E. Gray et al.<br />

la OMS es un planteamiento por etapas para el manejo<br />

del dolor que se desarrolló para controlar el dolor (en<br />

particular el dolor de cáncer) en una manera consecuente<br />

y puede ser aplicada a todos los casos de manejo<br />

del dolor.<br />

Caso clínico 1 (“dolor en niños”)<br />

Flavia es una niña de 4 meses de edad infectada con<br />

VIH quién es remitida por el hospital local con un CD4<br />

del 15% (valor absoluto 489) para su registro en un programa<br />

de tratamiento antirretroviral. Tiene un historial<br />

de un solo episodio de bronconeumonía, por el cual<br />

fue hospitalizada y recibió antibióticos intravenosos a<br />

los 2 meses de edad. No tiene contacto conocido con tuberculosis<br />

(TB) y una prueba cutánea de la tuberculina<br />

hecha en la sala no es reactiva. Su madre se queja que<br />

está “débil”, no ingiere suficientes líquidos y ha tenido llagas<br />

persistentes en su boca durante más de 2 meses a<br />

pesar del tratamiento con gotas orales de Mycostatin. En<br />

el examen tiene el 79% del peso esperado para su edad,<br />

con linfadenopatía generalizada, candidiasis oral severa<br />

que se extiende a su faringe y hepatomegalia de unos 3<br />

cm.<br />

¿Debería de preocuparnos el procedimiento<br />

del dolor en los niños infectados con VIH?<br />

Los niños infectados con VIH sufren con frecuencia<br />

punciones con aguja para procedimientos tales como<br />

venopunción, para obtener muestras de sangre, inserción<br />

intravenosa, inyección de medicamentos ó inmunizaciones.<br />

Los niños que son hospitalizados pueden<br />

experimentar introducción de sonda nasogástrica, punciones<br />

lumbares y aspiración de médula ósea. Procedimientos<br />

indoloros, pero que provocan ansiedad como<br />

tomografías computarizadas, rayos X ó resonancia<br />

magnética que también pueden causar angustia. Un estudio<br />

de Stafford (1991) encontró que 22 niños con VIH<br />

experimentaron un total de 139 procedimientos dolorosos<br />

en 1 año. El manejo de los procedimientos de dolor<br />

debería ser considerado por doctores y enfermeras que<br />

cuidan de los niños infectados con VIH tanto para pacientes<br />

externos como en instalaciones hospitalarias. Los<br />

niños deberían ser proveídos de un conjunto de multicomponentes,<br />

basados en terapia cognitiva-conductual,<br />

que enseña habilidades de adaptación eficaces y podría<br />

incluir: preparación, ensayo, ejercicios de respiración<br />

para relajación y distracción, refuerzo positivo y enfoques<br />

farmacológicos.<br />

¿Debe solicitarse a los padres dejar<br />

la habitación cuándo el niño infectado<br />

con VIH se someta a un procedimiento?<br />

Aunque los niños tiendan a mostrar más angustia conductual<br />

cuando un padre está presente, los niños prefieren<br />

tener a sus padres presentes y pueden experimentar<br />

menos angustia subjetiva. Además, los padres generalmente<br />

prefieren estar presentes cuando sus niños se<br />

someten a un procedimiento médico. El padre puede<br />

animar y preparar al niño y reforzar estrategias de adaptación.<br />

¿Cómo medimos el dolor<br />

en los niños infectados con VIH?<br />

Es importante definir las características del dolor: ¿Qué<br />

tan intenso es, cuál es la característica, dónde está distribuido<br />

y qué lo desencadena? Es necesario mirar el<br />

nivel de desarrollo del niño y fomentar la comunicación<br />

entre el niño y el padre sobre el dolor (ver el capítulo<br />

sobre el manejo del dolor en niños). El historial y la revisión<br />

deberían intentar delinear el área donde el dolor<br />

ocurre. Los niños pueden quejarse de tener el dolor “por<br />

todas partes” y pueden no ser capaces de decir a trabajadores<br />

de asistencia médica la posición exacta del dolor.<br />

La formación de los padres y cuidadores para vigilar<br />

a sus niños puede proporcionar ideas provechosas acerca<br />

del origen, seriedad y naturaleza del dolor. Es muy<br />

importante tratar la causa subyacente del dolor además<br />

de la prescripción de la analgesia. Si el dolor está relacionado<br />

con el tratamiento, la medicina que causa el<br />

dolor debe cambiarse (p. ej., antivirales ddI ó D4T para<br />

neuropatías periféricas) y utilizar otra medicina alterna.<br />

Si el dolor se debe a una enfermedad infecciosa subyacente,<br />

parte del manejo del dolor debe tratar la infección<br />

subyacente.<br />

¿Qué tratamiento podemos prescribir para<br />

niños infectados con VIH que sufren dolor?<br />

Debe establecerse la causa del dolor. El trabajador de<br />

asistencia médica puede iniciar el alivio del dolor con<br />

paracetamol (acetaminofén) (30 mg. / kg. cada 4–6<br />

horas). La terapia debe brindarse regularmente, no<br />

únicamente “si es necesario”. Si este régimen no alivia<br />

el dolor, el fosfato de codeína puede ser añadido al<br />

paracetamol y dado cada 4–6 horas. El siguiente paso<br />

es la morfina 0.4 mg. / kg. oralmente ó 0.2 mg. / kg. i.v.<br />

cada 4 horas, que puede ser aumentado en 50% ó más<br />

con cada dosis subsecuente hasta que el dolor sea controlado.<br />

Una vez que se ha conseguido el control del

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