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MANUAL DE PRUEBA PERICIAL_Suprema Corte

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Manual de prueba pericial

La dinámica de dejar todo a la suerte del contradictorio que ejercerán los abogados

en un caso parece haberse mostrado insuficiente en algunos sistemas del

common law. Así parece afirmarlo la English Law Commission en su informe

Expert Evidence in Criminal Proceedings in England and Wales, al decir que “el contrainterrogatorio,

la presentación de pruebas periciales contrarias y las directrices

judiciales al final del juicio se asumen actualmente como garantías suficientes en

relación con la prueba pericial [...] Sin embargo [...], es dudoso que estas asunciones

sean correctas”. Y tal valoración, según nos dice Edmond, es consistente

con los resultados obtenidos a partir de los proyectos de inocencia, la revisión de

decisiones penales realizadas por las comisiones y los resultados de sus investigaciones

empíricas en Australia; 28 también son coincidentes con las conclusiones

del NRC Report en Estados Unidos, por lo que se puede decir que la historia

claramente muestra que esas garantías procesales, dejadas exclusivamente a las partes,

y tal como han sido entendidas y puestas en práctica, no son suficientes para

lidiar con pruebas periciales no fiables o especulativas. 29

Si nos interesa ofrecer a las partes ciertas garantías, el principio de contradictorio

podría permitir que de alguna manera controlen el razonamien to judicial en

aquellos casos en que la jueza o juez lo refleja a través de las preguntas que hace

a las propias partes, las y los testigos y las personas peritas. Ello supone considerar

el ejercicio del principio de contradictorio como herramienta cognoscitiva de

los jueces, es decir, que les permita subsanar sus déficits de información sobre las

pruebas periciales admitidas. Desafortunadamente no siempre pueden hacer tal

subsanación solo a través de las partes, por ejemplo, porque aquellas no cuestionan

adecuadamente y el juez sigue teniendo dudas, o incluso cuando, pese al

cuestionamien to de las partes, las dudas persisten. Si asumimos que los jueces

deben comprender las pruebas presentadas para tomar una decisión racional,

entonces lo mejor que puede pasar a las partes es que los jueces resuelvan sus

dudas durante la práctica de las pruebas y no que, habiéndose quedado con ellas,

las satisfagan preguntando a una persona experta de su confianza o incluso con­

28

Edmond, “Expert Evidence and the Responsibilities of Prosecutors”, The Integrity of Criminal Process.

From Theory into Practice, p.236.

29

Id.

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