29.01.2023 Views

MANUAL DE PRUEBA PERICIAL_Suprema Corte

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Las ciencias forenses a la luz del ADN 253

ser catalogados en tres tamaños: pequeños —P—, medianos —M— y grandes

—G—, lo que da un total de 3 11 = 177 147 combinaciones posibles. Así, cada

individuo puede estar asociado a su código de 11 medidas —por ejemplo,

PPMPGMMGPMG—, y aunque distintos individuos pueden compartir el mismo

código, era un medio útil para comparar delincuentes “habituales” a finales

del siglo XIX —aunque no hay suficientes códigos para todos los individuos, era

suficientemente indicativo para una población reducida de delincuentes reincidentes—.

Obviamente, no todas esas combinaciones son igual de probables, ya

que personas grandes tenderán a tener muchos huesos grandes, y viceversa; sin

embargo, estas medidas sobre los huesos, combinadas con el descriptor del color

del iris —uno entre siete colores posibles— y con formas precisas de tomar la

fotografía del rostro —frontal y lateral— y orejas de los detenidos, permitían tener

una forma objetiva de comparar “identidades”. No obstante, además del problema

de la imprecisión y variabilidad del procedimien to de medida —que puede dar

lugar a asignar códigos distintos a una misma persona— el método presenta dos

limitaciones fundamentales: la primera es que para identificar a una persona

es necesario tenerla presente, y por tanto, en el caso de criminales o sospechosos,

haberlos detenido tras un crimen; pero sobre todo —y en ausencia de grabaciones

de video en la época (!)—, que el criminal no deja ninguna traza en la escena

del crimen sobre los tamaños de sus huesos, lo que impide atribuir un delito

cometido a un delincuente conocido en su ausencia.

El despegue de las ciencias forenses llegó con el desarrollo de la identificación

dactilar, 4 que por primera vez permitió relacionar las marcas dejadas en la escena

del crimen —huellas latentes— con un sospechoso con huellas dactilares conocidas.

Los trabajos de sir Francis Galton en el paso del siglo XIX al XX demostraron

el alto poder discriminador de las minucias —posiciones relativas de puntos

característicos en las crestas papilares, como finales de cresta, bifurcaciones,

puntos, islas, etcétera— presentes en una huella dactilar, y fueron de inmediato

interés policial para la resolución de crímenes hasta ese momento imposibles

de resolver. Esa capacidad de discriminación entre huellas y los grandes éxitos

4

V. Datta, Advances in fingerprint technology; Champod, Lennard, et al., Fingerprints and Other Ridge Skin

Impressions.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!