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Las comunidades expertas y los sesgos cognitivos de los peritos 51
admisibilidad de pruebas de ADN y de pruebas con fundamento en las ciencias
sociales, como el síndrome de trauma por violación, perfiles psicológicos o pruebas
psiquiátricas, 10 sin ninguna especificación de su carácter novel o no. 11
En todo caso, como puede fácilmente advertirse, la “aceptación general en el área
relevante” constituye un giro importantísimo en los criterios de valoración de
la calidad de las pruebas periciales al ir más allá de la persona experta en sí misma
—sus credenciales, su personalidad o su actuación en el juicio—. 12 Esto
permitiría resolver el argumento circular denunciado por Redmayne, 13 consistente
en que el test de la expertise pareciera ser la propia expertise, pues en lugar
de preguntarse si las afirmaciones del perito son verdaderas o falsas, la preocupación
suele girar en torno a si el sujeto puede ser considerado “realmente” como
un experto, si tiene la formación o habilidades correspondientes, si tiene los
conocimien tos suficientes, etcétera. 14
Ahora bien, vale la pena advertir que el criterio Frye admite al menos dos versiones,
cada una con implicaciones sustantivas muy distintas. Una versión epistemológica
nos exigiría enfatizar el fundamento de la aceptación general en el área
relevante; otra versión sociológica, en cambio, pondría el énfasis en la “aceptación
general” en sí misma en el área relevante, sin hacer necesariamente ninguna
referencia a las razones que la fundamentan. Entre esas dos versiones, la versión
epistémica sería la mejor, pues, como veremos, la mera aceptación de una comunidad
experta por sí misma no ofrece razones para considerar que una hipótesis,
teoría o método sea válido y fiable. En esa línea, es clásico el ejemplo que ofrece
10
Giannelli e Imwinkelried, Scientific Evidence, pp. 11-16.
11
Ello pese a que al parecer el criterio Frye no fue comúnmente utilizado en el sistema judicial estadounidense,
con muy pocas excepciones, hasta la década de1970, momento en el que se registró un
notable aumento de su uso tanto a nivel federal como estatal.
12
Como ya puede verse, aunque los criterios Daubert fueron dictados para decidir la admisión o exclusión
de una prueba pericial, ya en la etapa de admisión hay cierta valoración de la calidad de la prueba
pericial.
13
Redmayne, Expert Evidence and Criminal Justice, p. 95.
14
Sobre este punto V. Edmond, “Is Reliability Sufficient? The Law Commission and Expert Evidence in
International and Interdisciplinary Perspective (Part 1)”, en The International Journal of Evidence & Proof,
p. 37, en una crítica a la Law Commission’s Report Expert Evidence and Criminal Proceedings in England and
Wales, porque, en su opinión, esta confunde la “cualificación para hacer algo” con la fiabilidad.