Régimen Jurídico del Derecho Particular y las Obligaciones en el ...

Existiendo plazo establecido por las partes (plazo convencional),
evidentemente no hay necesidad de requerimiento, la mora y sus efectos se
derivar de la expiración del tiempo convenido ante el incumplimiento de la
obligación. De ordinario así ocurre en las obligaciones amparadas en títulos
ejecutivos como letras de cambio, pagarés a la orden, etc., que no tienen la
calidad de instrumentos públicos.
Ante la existencia de un plazo legal, basta también que haya transcurrido el
tiempo inserto en la norma jurídica correspondiente.
Y, en el caso del plazo judicial, de igual manera, la mora se deriva del
transcurso del lapso concedido por el juez, contado desde la fecha de la
concesión o de la ejecutoria de la providencia en que se hizo el señalamiento.
Y la fijación judicial de este tiempo de plazo no puede confundirse con el
mecanismo legal del requerimiento.
La confusión mayor nace por la incorrecta aplicación que en algunos casos se
hace de la regla constante del numeral 5to. del Art. 101 del Código de
Procedimiento Civil, cuando en muchos fallos se subordinan los efectos de la
mora tomando como punto de partida la fecha de la citación con la demanda.
Esa citación no puede generar la mora en una obligación de plazo pendiente,
citamos como ejemplo, para señalar su imprecisión. Tampoco puede limitar o
disminuir aquellos efectos respecto de obligaciones que están en mora de
cumplirse desde tiempo anterior al acto procesal de la citación.
Esa regla procesal debe ser aplicada correctamente, en íntima coordinación
con las normas del Código Civil, que rezan del Titulo XII del Libro Cuarto.
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