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NAHJ ALBALAGH Cimas de Elocuencia Los Discursos, Cartas y ...

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<strong>NAHJ</strong> <strong>ALBALAGH</strong> <strong>Cimas</strong> <strong>de</strong> <strong>Elocuencia</strong> <strong>Los</strong> <strong>Discursos</strong>, <strong>Cartas</strong> y Dichos De HAZRAT ALI<br />

estuvieron, <strong>de</strong> modo que pudiera hablarles <strong>de</strong> acuerdo con su nivel <strong>de</strong> conocimiento <strong>de</strong> los hechos:<br />

«Callaos por un momento, escuchadme cuidadosamente, prestad atención a lo que digo y cuando os<br />

pregunten exponed los hechos sinceramente y con verdad». Diciendo esto, les dirigió una larga alocución,<br />

parte <strong>de</strong> la cual es lo que sigue.)<br />

Cuando el ejército <strong>de</strong> Mu'awiyyah astuta y mañosamente puso el Sagrado Corán sobre las lanzas<br />

con vista a engañaros para que no tuvierais una victoria segura, ¿no dijisteis que eran vuestros hermanos y<br />

eran seguidores <strong>de</strong> la misma religión? ¿No dijisteis que querían que la guerra terminara y querían<br />

refugiarse bajo el Libro<br />

Sagrado? ¿No me implorasteis que aceptara su petición y les diera paz y protección? ¿No os dije que<br />

pretendían el Islam y que tenían la enemistad <strong>de</strong> Dios escondida en sus corazones? ¿No os dije que<br />

vuestra débil piedad resultaría en vuestra humillación y <strong>de</strong>sgracia? ¿No os or<strong>de</strong>né que continuarais<br />

combatiendo valiente y pacientemente hasta que el enemigo estuviera completamente <strong>de</strong>rrotado y<br />

vencido? ¿No es un hecho que yo os había ya aconsejado que no prestarais atención a asnos rebuznantes<br />

(Mu'awiyyah y Umar ibn Ass), porque una respuesta a su llamada resultaría en vuestra <strong>de</strong>sviación <strong>de</strong>l<br />

recto camino? ¿Si no hubierais accedido a sus peticiones, hubieran sido humillados y vencidos, pero os<br />

empeñasteis en aceptar a los tramposos y creer en las palabras <strong>de</strong> los apóstatas y no <strong>de</strong>scansasteis hasta<br />

que tuvo lugar el arbitraje y vuestra humillación fue completa? ¿No fueron estos los hechos? (Cuando<br />

testificaron que así fueron, Hazrat Alí continuó).<br />

Por Dios, estoy sujeto por mi <strong>de</strong>ber a Dios <strong>de</strong> no aceptar esta humillación y <strong>de</strong>sgracia, y en no<br />

cometer pecado el rehusar a acce<strong>de</strong>r a ello. Si yo hubiera alguna vez aceptado un arbitraje, hubiera sido<br />

bajo los principios enseñados por el Sagrado Corán y hubiera estado totalmente justificado con una tal<br />

acción. Conocéis completamente bien que acepté este libro (el Sagrado Corán) nunca lo he abandonado.<br />

Sabéis muy bien que cuando fuimos a la guerra en compañía <strong>de</strong>l Sagrado Profeta contra los<br />

enemigos <strong>de</strong>l Islam, nos enfrentamos sin duda y combatimos incluso contra nuestros más próximos y<br />

queridos parientes. Implícitamente y sinceramente nos sometimos a la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Dios y paciente y<br />

alegremente aguantamos las punzadas <strong>de</strong>l dolor y las heridas. Nuestros sufrimientos hicieron crecer en<br />

nosotros una firme resolución <strong>de</strong> alcanzar el éxito y servir a Dios. Hoy estamos combatiendo contra tales<br />

hermanos nuestros que pretendían ser Musulmanes pero son apóstatas y herejes. <strong>Los</strong> sofismas, el cisma y<br />

la interpretación equivocada <strong>de</strong>l Corán se han apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> su religión y las dudas acerca <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong><br />

sus doctrinas se han <strong>de</strong>slizado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus mentes. Cuando <strong>de</strong>seamos la paz será una esperanza <strong>de</strong> que<br />

Dios pueda unirnos y traer a nuestros enemigos más cerca <strong>de</strong>l Islam. Si esto parece ser posible, habremos<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sear la paz y no la guerra.<br />

DISCURSO 126<br />

(Parte <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> Hazrat Alí que dio en el campo <strong>de</strong> batalla. Contiene consejo para que la gente<br />

fuerte y valiente ayu<strong>de</strong> a los débiles y timoratos.)<br />

Cualquiera que en un campo <strong>de</strong> batalla se sienta suficientemente bravo y valiente para hacer frente<br />

al enemigo y soporte lo más duro <strong>de</strong> la guerra con valentía y vea a uno <strong>de</strong> sus hermanos en un estado <strong>de</strong><br />

temor, <strong>de</strong>bería ir en ayuda <strong>de</strong> este compañero y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rle contra sus enemigos con el mismo coraje y<br />

celo que exhiba en <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse a sí mismo. Esto aun <strong>de</strong>biera ser una señal <strong>de</strong> gratitud por el coraje y<br />

fortaleza que Dios le ha dado. Si Dios así lo <strong>de</strong>sea la otra persona se volverá también fuerte y valiente<br />

(por este ejemplo).<br />

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