NAHJ ALBALAGH Cimas de Elocuencia Los Discursos, Cartas y ...
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<strong>NAHJ</strong> <strong>ALBALAGH</strong> <strong>Cimas</strong> <strong>de</strong> <strong>Elocuencia</strong> <strong>Los</strong> <strong>Discursos</strong>, <strong>Cartas</strong> y Dichos De HAZRAT ALI<br />
copa que les ha vuelto sordos y mudos, que les ha arrebatado el oído y el habla y que ha convertido su<br />
capacidad <strong>de</strong> sentir y <strong>de</strong> moverse en inmovilidad e insensibilidad, una condición que les hizo asemejarse a<br />
personas durmiendo profundamente.<br />
Son vecinos que nunca se ven los unos a los otros. Son amigos que nunca se reúnen. Sus conexiones<br />
sociales se han marchitado y su hermandad se ha terminado. Qué próximos están unos a otros (en sus<br />
tumbas), y sin embargo que apartados. Qué cercanos estaban unos a otros cuando estaban vivos (madres,<br />
hijos, padres, hijas, hermanos, esposos y esposas), y sin embargo ver como están ahora. <strong>Los</strong> días y las<br />
noches no suponen ninguna diferencia para ellos y la luz y la oscuridad no les afecta. <strong>Los</strong> que fueron<br />
virtuosos y buenos en este mundo tendrán la luminosidad perpetua <strong>de</strong> la luz divina y los que fueron<br />
perversos y viciosos, oscuridad y tinieblas eternas.<br />
Vieron los horrores <strong>de</strong>l próximo mundo y los encontraron más horribles <strong>de</strong> lo que habían tenido. Vieron<br />
también las bendiciones y favores reservadas a los buenos piadosos, y encontraron que eran mucho<br />
mejores <strong>de</strong> lo que habían imaginado; porque las recompensas y castigos que están reservados a la gente<br />
buena o mala, sobrepasan y trascien<strong>de</strong>n con mucho la i<strong>de</strong>a que las mentes humanas puedan hacerse.<br />
Incluso si tuvieran la capacidad <strong>de</strong> hablar, no encontrarían palabra para <strong>de</strong>scribir lo que vieron y sintieron.<br />
Aunque no están ya entre vosotros, e incluso sus señales, trazas y reliquias han <strong>de</strong>saparecido, sin embargo<br />
las mentes ayudadas <strong>de</strong> correcta imaginación y visión verda<strong>de</strong>ra, pue<strong>de</strong>n verles y oírles. No hablan con<br />
voces ni en ningún lenguaje conocido, pero hablan y dicen: «nuestras caras sonrientes han sido<br />
<strong>de</strong>formadas en melancólicas risas <strong>de</strong> mandíbulas abiertas y <strong>de</strong>snudas; <strong>de</strong> nuestros cuerpos suaves y<br />
<strong>de</strong>licados no queda nada sino huesos podridos. Nuestros sudarios se han convertido en andrajos, y<br />
estamos obligados a permanecer confinados en estrechas tumbas. Hemos recibido unos <strong>de</strong> otros la<br />
herencia <strong>de</strong>l horror y la soledad. Incluso nuestras silenciosas moradas (tumbas) se están <strong>de</strong>smoronando<br />
sobre nosotros. Junto con nuestros cuerpos, nuestras personalida<strong>de</strong>s e individualida<strong>de</strong>s se han convertido<br />
también polvo. Nuestra estancia aquí (en las tumbas) será <strong>de</strong> muy larga duración y no tenemos la<br />
capacidad <strong>de</strong> librarnos <strong>de</strong> ellas o <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> ellas. Si escudriñáisen nuestras tumbas, se presentará ante<br />
vuestros ojos una visión que será suficiente para daros una lección acerca <strong>de</strong> la vida y su final. Veréis que<br />
los gusanos nos han comido los ojos y las orejas y que sus cuencas están llenas <strong>de</strong> polvo. Que nuestras<br />
lenguas se han podrido, que nuestros corazones han sido comidos, que todos y cada uno <strong>de</strong> los miembros<br />
<strong>de</strong> nuestro cuerpo se ha convertido en alimento <strong>de</strong> animales e insectos, y que ni estamos en situación <strong>de</strong><br />
evitar cualquier <strong>de</strong>sgracia que caiga sobre nuestros cuerpos, ni hay nadie que venga en nuestra ayuda ni se<br />
sienta apenado por nuestra suerte presente».<br />
Esto es lo que os dicen sus tumbas y sus esqueletos. Sólo con que pudierais ver con los ojos <strong>de</strong> vuestra<br />
mente, os daríais cuenta <strong>de</strong> su triste condición; como sus cuerpos que una vez vivían, actuaban, sonreían o<br />
lloraban se han vuelto polvo, como su condición presente es incambiable, como les es imposible volver a<br />
andar el camino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta triste condición, y como la naturaleza en tales casos tiene una sola dirección<br />
(un tráfico unidireccional, sin retorno). Apren<strong>de</strong>ríais entonces como esta tierra se ha tragado a todos sus<br />
po<strong>de</strong>rosos revés, y altivas reinas. Personas que durante su tiempo <strong>de</strong> gloria no supieron si había o no tales<br />
cosas como pesares y <strong>de</strong>cepciones, personas que siempre ahogaron su pena y preocupación en copas<br />
relucientes <strong>de</strong> diversiones y nuevos placeres y pasatiempos. Y durante todo el tiempo su único objetivo en<br />
la vida fue encontrar nuevos gozos y nuevas fuentes <strong>de</strong> riquezas que costearon esos gozos. Estaban felices<br />
y satisfechos con el mundo y el mundo estaba atareado entreteniéndose, cuando <strong>de</strong> repente, el tiempo<br />
cambió su actitud; su po<strong>de</strong>r y gloria se habían ido y se encontraron aproximándose a la muerte. Se<br />
enfrentaron a dolores, ansieda<strong>de</strong>s y temores que eran nuevos para ellos. Su salud cedió a diferentes<br />
enfermeda<strong>de</strong>s. Para evitar la muerte que se aproximaba, tomaron aquellas medicinas a las que estaban<br />
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