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NAHJ ALBALAGH Cimas de Elocuencia Los Discursos, Cartas y ...

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<strong>NAHJ</strong> <strong>ALBALAGH</strong> <strong>Cimas</strong> <strong>de</strong> <strong>Elocuencia</strong> <strong>Los</strong> <strong>Discursos</strong>, <strong>Cartas</strong> y Dichos De HAZRAT ALI<br />

apoyan. Han roto sus lazos y relaciones conmigo, han usurpado mis <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñado mis<br />

pretensiones, ignorado la eminencia <strong>de</strong> mi estatus y la superioridad <strong>de</strong> mi situación. Se han reunido<br />

continuamente para rebatirme por una cosa en el Saqifah. Lo llamaron una «elección». Cuando Hazrat Alí<br />

rehusó aceptar el califato sobre el que se había<strong>de</strong>cidido <strong>de</strong> ese modo, se trajo a colación el argumento a<br />

que nos hemos referido anteriormente para probar que Hazrat Alí no tenía razón en rehusar.<br />

Este argumento constaba <strong>de</strong> tres partes: ía primera era que el califato, tras el Sagrado Profeta, <strong>de</strong>bería ser<br />

<strong>de</strong>cidido en elección general; la segunda parte fue que aquellos que estaban presentes en el momento <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>cisión no podrían echarse luego atrás; la tercera parte fue que los que estaban ausentes <strong>de</strong>bían aceptar la<br />

<strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> los que estuvieron presentes en la elección.<br />

La gente <strong>de</strong> la que Mu'awiyyah recibió más tar<strong>de</strong> apoyo fueron aquellos que habían clamado más alto<br />

acerca <strong>de</strong> ese argumento. Pero cuando Hazrat Alí tomó el gobierno <strong>de</strong>l Estado Musulmán en forma <strong>de</strong><br />

califato, se rebelaron contra él, muchos <strong>de</strong> ellos se rebelaron incluso <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberle jurado fi<strong>de</strong>lidad y<br />

algunos dijeron que no estuvieron presentes cuando se reunió la gente a su alre<strong>de</strong>dor y le pidieron que<br />

aceptara el califato. Hazrat Alí citó el argumento anterior simplemente como una traba contra ellos,<br />

simplemente para probar los ficticios y en<strong>de</strong>bles que eran los argumentos <strong>de</strong> sus enemigos para probar sus<br />

<strong>de</strong>rechos justos y para probar que eran capaces <strong>de</strong> retractarse <strong>de</strong> los principios que habían aceptado, y<br />

todo para hacerle daño. El, <strong>de</strong> hecho, por razones religiosas, nunca aceptó ni la elección, ni el principio<br />

que se <strong>de</strong>cía estar implicado en ello.<br />

La disputa <strong>de</strong> Hazrat Alí era que el califa <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l Sagrado Profeta <strong>de</strong>bería ser una persona que<br />

mereciera en justicia el puesto, <strong>de</strong>bería ser nombrado por el Sagrado Profeta por ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Dios, que el<br />

control <strong>de</strong> la religión no podía <strong>de</strong>jarse a merced <strong>de</strong> las masas ignorantes; que el Sagrado Profeta había<br />

dado ya los nombres <strong>de</strong> los doce califas o apóstoles que le suce<strong>de</strong>rían uno tras otro y que no habría más<br />

que esos doce en total.<br />

Muhammad (que la paz <strong>de</strong> Dios sea con él y sus <strong>de</strong>scendientes) fue el Sagrado Profeta a quien Dios había<br />

confiado su Revelación. Fue el último <strong>de</strong> todos los Profetas. Trajo la buena nueva <strong>de</strong> la Misericordia <strong>de</strong><br />

Dios y advirtió a los seres humanos <strong>de</strong> la consecuencia <strong>de</strong> la Cólera <strong>de</strong> Dios.<br />

¡Oh gentes! De entre vosotros sólo merece ser califa aquel que posea la fortaleza moral <strong>de</strong> mantener la<br />

paz y <strong>de</strong> sacar a<strong>de</strong>lante un gobierno basado en la equidad y la justicia y que ha compren-<br />

dido mejor que nadie las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Dios en lo que se refiere a este propósito.<br />

No giméis ni os angustiéis como una esclava sobre los placeres mundanos y los provechos que os han<br />

sido rehusados. Soportad vuestra pérdida pacientemente, en obediencia a los mandamientos <strong>de</strong> Dios,<br />

protegiendo aquellas cosas que se os ha or<strong>de</strong>nado proteger. Rezad y suplicad a Dios por sus Bendiciones<br />

y su Generosidad. Recordad que si seguís fielmente vuestra religión y observáis cuidadosamente sus<br />

principios, ninguna pérdida mundana os va a dañar permanentemente. Y si habéis perdido vuestra fe en<br />

Dios y la religión, entonces, nada <strong>de</strong> lo que hayáis reunido y colectado <strong>de</strong> este mundo os será <strong>de</strong> ninguna<br />

utilidad.<br />

Que Dios Misericordioso nos guíe al camino <strong>de</strong> la Verdad y la Justicia y que nos enseñe a soportar<br />

pacientemente nuestros sufrimientos.<br />

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