24.04.2013 Views

Gabriel García Márquez - Vivir para contarla.pdf - www.moreliain.com

Gabriel García Márquez - Vivir para contarla.pdf - www.moreliain.com

Gabriel García Márquez - Vivir para contarla.pdf - www.moreliain.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Salió el martes 18 de setiembre de 1951 y es imposible concebir un éxito más<br />

arrasador ni más corto: tres números en tres días. Dávila me confesó que ni<br />

siquiera con un acto de magia negra habría podido concebir una idea tan<br />

grande a tan bajo costo, que cupiera en tan poco espacio, se ejecutara en tan<br />

poco tiempo y desapareciera con tanta rapidez. Lo más raro fue que por un<br />

instante del segundo día, embriagado por la rebatiña callejera y el fervor de los<br />

fanáticos, llegué a pensar que así de simple podía ser la solución de mi vida. El<br />

sueño duró hasta el jueves, cuando el gerente nos demostró que un número<br />

más nos dejaría en la quiebra, aun si hubiéramos resuelto publicar anuncios<br />

<strong>com</strong>erciales, pues tenían que ser tan pequeños y tan caros que no había<br />

solución racional. La misma concepción del periódico, que se fundaba en su<br />

tamaño, arrastraba consigo el germen matemático de su propia destrucción:<br />

era tanto más incosteable cuanto más se vendiera.<br />

Quedé colgado de la lám<strong>para</strong>. La mudanza <strong>para</strong> Cartagena había sido<br />

oportuna y útil después de la experiencia de Crónica, y además me dio un<br />

ambiente muy propicio <strong>para</strong> seguir escribiendo La hojarasca, sobre todo por la<br />

fiebre creativa con que se vivía en nuestra casa, donde lo más insólito parecía<br />

siempre posible. Me bastaría con evocar un almuerzo en que conversábamos<br />

con mi papá sobre la dificultad de muchos escritores <strong>para</strong> escribir sus<br />

memorias cuando ya no se acordaban de nada. El Cuqui, con apenas seis<br />

años, sacó la conclusión con una sencillez magistral:<br />

—Entonces —dijo—, lo primero que un escritor debe escribir son sus<br />

memorias, cuando todavía se acuerda de todo.<br />

No me atreví a confesar que con La hojarasca me estaba sucediendo lo mismo<br />

que con La casa: empezaba a interesarme más la técnica que el tema.<br />

Después de un año de haber trabajado con tanto júbilo, se me reveló <strong>com</strong>o un<br />

laberinto circular sin entrada ni salida. Hoy creo saber por qué. El<br />

costumbrismo que tan buenos ejemplos de renovación ofreció en sus orígenes<br />

había terminado por fosilizar también los grandes temas nacionales que<br />

trataban de abrirle salidas de emergencia. El hecho es que ya no soportaba un<br />

minuto más la incertidumbre. Sólo me faltaban <strong>com</strong>probaciones de datos y<br />

decisiones de estilo antes del punto final, y sin embargo no la sentía respirar.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!