24.04.2013 Views

Gabriel García Márquez - Vivir para contarla.pdf - www.moreliain.com

Gabriel García Márquez - Vivir para contarla.pdf - www.moreliain.com

Gabriel García Márquez - Vivir para contarla.pdf - www.moreliain.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

necesario y desde cualquier parte del mundo. Recordé estas noticias con una<br />

ansiedad irresistible mientras escribía El general en su laberinto, donde la<br />

historia del tesoro habría sido esencial, pero no logré los suficientes datos <strong>para</strong><br />

hacerla creíble, y en cambio me pareció deleznable <strong>com</strong>o ficción. Esa fortuna<br />

de fábula, nunca rescatada por su dueño, era lo que el buscador buscaba con<br />

tanto ahínco. No entendí por qué nos la habían revelado, hasta que Salgar me<br />

explicó que su amigo, impresionado por el relato del náufrago, quiso ponernos<br />

en antecedentes <strong>para</strong> que la siguiéramos al día hasta que pudiera publicarse<br />

con igual despliegue.<br />

Fuimos al terreno. Era el único baldío al occidente del parque de los Periodistas<br />

y muy cerca de mi nuevo apartamento. El amigo nos explicó sobre un mapa<br />

colonial las coordenadas del tesoro en detalles reales de los cerros de<br />

Monserrate y Guadalupe. La historia era fascinante y el premio sería una<br />

noticia tan explosiva <strong>com</strong>o la del náufrago, y con mayor alcance mundial.<br />

Seguimos visitando el lugar con cierta frecuencia <strong>para</strong> mantenernos al día,<br />

escuchábamos al ingeniero durante horas interminables a base de aguardiente<br />

y limón, y nos sentíamos cada vez más lejos del milagro, hasta que pasó tanto<br />

tiempo que no nos quedó ni la ilusión. Lo único que pudimos sospechar más<br />

tarde fue que el cuento del tesoro no era más que una pantalla <strong>para</strong> explotar<br />

sin licencia una mina de algo muy valioso en pleno centro de la capital. Aunque<br />

era posible que también ésa fuera otra pantalla <strong>para</strong> mantener a salvo el tesoro<br />

del Libertador.<br />

No eran los mejores tiempos <strong>para</strong> soñar. Desde el relato del náufrago me<br />

habían aconsejado que permaneciera un tiempo fuera de Colombia mientras se<br />

aliviaba la situación por las amenazas de muerte, reales o ficticias, que nos<br />

llegaban por diversos medios. Fue lo primero en que pensé cuando Luis<br />

<strong>Gabriel</strong> Cano me preguntó sin preámbulos qué pensaba hacer el miércoles<br />

próximo. Como no tenía ningún plan me dijo con su flema de costumbre que<br />

pre<strong>para</strong>ra mis papeles <strong>para</strong> viajar <strong>com</strong>o enviado especial del periódico a la<br />

Conferencia de los Cuatro Grandes, que se reunía la semana siguiente en<br />

Ginebra.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!