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LOS TURISTORES KUNAS. ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO ÉTNICO EN PANAMÁ 111
CAPÍTULO 5
Según el citado informe, los productos turísticos dominantes en Panamá
son el sol y playa, los negocios y las compras. Pero se propone potenciar el turismo
de cruceros, el ecoturismo y el turismo comunitario. Los mercados que
deben ser prioritarios clave son Estados Unidos, Colombia, México, Costa Rica,
Alemania, Reino Unido, España, Francia, Canadá, Italia y Países Bajos. Los
prioritarios complementarios son Venezuela, Ecuador y Argentina. Y los prioritarios
de oportunidad son Japón, China, Chile y Brasil (IPAT, 2008 b: 38).
En el citado informe Kuna Yala es definida como región turística 7,
destacada por las playas, las islas pueblo, los arrecifes coralinos y la calidad
de sus aguas (IPAT, 2008 b: 108). Para ella proponen desarrollar el turismo de
pequeños y grandes cruceros, además del cultural y comunitario. Pero su diagnóstico
de la situación turística en Kuna Yala se complementa más adelante
con interpretaciones como esta que citamos literalmente:
“Los kunas son una etnia que no acoge bien el desarrollo turístico,
no al menos un desarrollo que comprenda la creación de oferta hotelera
en sus islas, por lo que tan solo disponen de unos pocos viejos Lodge a
lo largo del territorio. No obstante, sí han visto con buenos ojos el desarrollo
de un turismo a través de cruceros y embarcaciones de recreo,
que acuden a las islas de los Kunas no sólo por los atractivos turísticos
sino también atraídos por el comercio. En este contexto, al que se añade
la poca predisposición por parte de las comunidades a aceptar la
autoridad del IPAT en materia del turismo, no es fácil diseñar un modelo
de desarrollo turístico para todo este territorio. No obstante, el Plan
Maestro propone el desarrollo de un modelo basado en un turismo de
sol y playa especializado, así como en turismo de pequeños cruceros y
embarcaciones de recreo, ambos con gestión de base comunitaria. Estos
modelos estarían, por tanto, destinados hacia el mercado de larga
distancia con un objetivo de estadía semanal… No obstante, la falta de
voluntad por parte de la comunidad puede, desafortunadamente, impedir
la ejecución de esta oferta de programas” (IPAT, 2008 b: 448-449).
El texto de arriba encierra un concepto de preconceptos, prejuicios e
ignorancias sobre el turismo kuna, pero también un problema metodológico
y político. Los preconceptos son la proyección de los prejuicios del
IPAT resultado de análisis poco afinados y profundos sobre la situación del
turismo en Kuna Yala. El problema metodológico tiene que ver con el no uso
de técnicas de campo y técnicas participativas en este tipo de estudios o
como mucho el uso de algún grupo de debate muy restringido. El problema
político tiene que ver con la filosofía de desarrollo para la gente y no con la
gente que esta propuesta lleva consigo, un desarrollo de arriba abajo con
muy poca horizontalidad.
Además de lo dicho más arriba, el informe propone bienintencionadamente
crear en Kuna Yala servicios básicos para tratar el problema de la basura,
capacitar a los kunas para el turismo, y renovar la oferta hotelera existente,
aunque desconociendo esta y juzgándola de forma etnocéntrica. Destacar
también que el propio informe asume el fracaso de su propuesta echándole la
culpa a los kunas por su falta de cooperación, algo que creemos paradójico.
Además la orientación del turismo en zonas indígenas es la del turismo cultural
y comunitario, pero para nada se habla del ecoturismo y de sus nichos
ecológicos, los de mayor biodiversidad de Panamá y América Latina.
Con el cambio de gobierno en el año 2009 y el ascenso de una coalición
de centro derecha liderada por el empresario de origen italiano Ricardo Martinelli,
el turismo ha continuado a ser una estrategia central de desarrollo
del país. El plan estratégico del gobierno entre el 2010 y el 2014 tiene la
intención de que el turismo aumente entre un 12 y un 15 % anual, generar
entre 2500 y 3500 millones de dólares en beneficios, crear entre 180 y 280
mil nuevos empleos hasta 2020 (González Jiménez, 2010). Para alcanzar esos
objetivos, el gobierno pretende lanzar una oferta de lujo con base en el turismo
de negocios, de compras, de eventos, el ecoturismo, y el sol y playa de
“alto nivel”. Además intentará aumentar la baja conectividad aérea del país y
aumentar la visibilidad de Panamá en cuanto destino. El plan proyecta áreas
de desarrollo turísico inmediato (litoral sur del Farallón, el archipiélago de las
Perlas y la ciudad de Panamá), áreas destino potencial a medio plazo (Bocas
del Toro y Boquete) y a largo plazo (Pedasí y Santa Catalina). Las inversiones
previstas serán de 800 millones de dólares en infraestructuras estatales, como
por ejemplo los 35 quilómetros de camino panorámico en Farallón. En ninguna
de ellas tiene un papel Kuna Yala, que quedaría nuevamente al margen de