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LOS TURISTORES KUNAS. ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO ÉTNICO EN PANAMÁ 90
CAPÍTULO 4
las instalaciones de apoyo en las pistas y los servicios de las empresas
que operan esta ruta con vuelos regulares. Otro obstáculo reside en los
propios indios kunas, que pretenden hacerlo todo solos, o con ayudas
externas que deben ajustarse a las condiciones que ellos imponen. Por
el lado de los panameños y la empresa privada, también se cometió el
error de ignorarlos, o querer suplantarlos.”
Vemos en el anterior texto como el modelo que propone el IPAT es un
modelo de desarrollo turístico masivo, con base en la oferta de sol y playa.
Además, el texto sitúa a Kuna Yala “fuera” del mercado turístico, lo que
resulta paradójico, pues más adelante reconoce este y subraya las dificultades
para la implantación de ese modelo masivo, entre las que destaca la
propia cultura kuna como freno al desarrollo turístico y la falta de reconocimiento
que los panameños tienen hacia los kuna. En el mismo estudio del
Plan Maestro se afirma que hay 7 establecimientos turísticos registrados,
pero sólo 3 “aceptables”, y define el resto como “poco recomendables”.
Esta era la oferta turística kuna en aquella altura según el geógrafo kuna
Alejandro Barranco:
Oferta de alojamiento turístico kuna a principios de la década de 1990
Hotel
Agencia con
la que trabajaban
Precio
Anai 55 $
Dolphin Ecotours 163 $
Ikusa Desarrollo turístico 120 $
Iskardup Jungle Adventure 165 $
Kuanidup 60 $
Kwadule Green-world 150 $
San Blas 27 $
CUADRO 29.
Fuente: Barranco (1998: 156).
El mismo plan señala que en aquella época había en Kuna Yala 63 habitaciones
y 117 plazas hoteleras.
En esta misma década de 1990, se produce otro caso conflictivo, que aún
hoy pervive en muchas memorias, fue el hotel “Kwadule Eco-Lodge”, abierto
el 6 de enero de 1995 (fuente: El Explorador de Panamá, 2001, pp. 316-318)
en la zona de Narganá, con inversión inicial mixta de capital kuna y no kuna.
El promotor del proyecto era la empresa “Green World” en la que participaba
el empresario panameño George Novey y tenía como socio al kuna, Sr. Montero,
miembro de una familia de comerciantes. La inversión del proyecto fue
de 300.000 $. El Sr. Montero entró en conflicto con él y luego el CGK acude
en su ayuda. A mediados de noviembre del año 1995, el CGK, en la asamblea
celebrada en Sasardí Mulatupu se opuso al acuerdo entre la comunidad de
Akuanusadup y la empresa Green World, por lo que las instalaciones fueron
destruidas (Bonilla y Vergara, 1996 b). Pero el hotel siguió operando y en el
año 2000 el CGK volvió a actuar a finales de agosto decretando su cierre. En
La Prensa del 9-11-2000 se recogé así la noticia:
‘‘El problema ahora mismo es que nos han expropiado unas instalaciones
que tenemos más de cinco años operando’ ’ , informó el abogado Alfonso
Arias, socio del hotel, junto con los empresarios María Victoria Arias y
Javier Pérez, entre otros. El grupo se enteró del cierre del Kwadule a través
de una resolución que el Congreso General Kuna emitió el 24 de agosto...
El Kwadule fue construido en 1995, con un costo de 250 mil dólares. Consta
de seis palafitos sobre el mar (cada una con baño privado), casa club, planta
eléctrica y máquina de hielo. Estas instalaciones ahora están en poder
de los propietarios de la isla, los dules Ismael Rojas y Prisciliano Montero...
Tito Pérez, administrador del Congreso General Kuna, explicó que el cierre
del hotel se da a raíz de un desacuerdo económico entre los propietarios de
la isla y los inversionistas. Pero Alfonso y María Victoria Arias recalcan que,
en los últimos cinco años, los propietarios han pagado más de un cuarto de
millón de dólares a los kunas, en impuestos y demás beneficios”.
La visión de los círculos panameños de los empresarios George Novey, Javier
Pérez y María Victoria Arias, es que ellos fueron “estafados”, que las reglas mudan