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LOS TURISTORES KUNAS. ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO ÉTNICO EN PANAMÁ 254
CAPÍTULO 9
crucero que les visitaba, dinero que al final del año dividen las ganancias por
todos los comuneros, que comprar bienes y arreglan sus casas. Bennet afirma
que en la época de cruceros la comunidad cambia y no hay deudas en los
comercios de la comunidad, pero cuando no hay cruceros las deudas pueden
prolongarse por 5 o 6 meses.
9.6. Las fronteras del viaje y el viaje
por las fronteras kunas
Fotografía de cayuco y crucero en la zona de Gardi, diciembre 2007
IMAGEN 90.
Autora: Eva Bozzo.
La situación geográfica de Kuna Yala nos lleva a pensar en las fronteras. La
Comarca Kuna Yala está ubicada en la parte atlántica de Panamá, limitando al
este con Colombia, al oeste con la provincia de Colón, al norte con el mar Caribe
y al sur con con las provincias de Panamá, Comarca kuna de Madungandi,
Comarca kuna de Wargandi y Comarca Emberá Wounaan. En lengua kuna una
de las palabras para decir frontera es “abingunai”, que quiere decir límite.
La historia de Kuna Yala nos lleva a pensar en que esta puede ser vista como
una historia de construcción de fronteras. Entendemos por frontera un límite
físico y administrativo, pero también simbólico y mental, lo que la hace más
compleja. La frontera se puede pensar como una barrera, pero también tiene
sus puertas, entradas, salidas, pasos secretos… Por lo tanto esta es también
permeable y sufre de sus osmosis y contrabandos.
Si nos detenemos brevemente en la construcción de las fronteras kunas,
podemos observar como después de la Revolución Kuna de 1925, en 1930
Kuna Yala es delimitada como reserva, siendo así el territorio indígena reconocido
más antiguo de la República de Panamá. Posteriormente, en 1938, la
Comarca Kuna Yala fue creada por la Ley Nº 2 de 16 de septiembre de 1938.
Y en 1953 se le reconoce autonomía administrativa por medio de la Ley 16.
Pero pese a toda esa legislación la frontera es también un espacio de conflictos.
Uno de ellos es el histórico confronto por los límites entre Santa Isabel y
Kuna Yala, aún no resuelto totalmente hoy en día. En 1953 se crea una línea
imaginaria, pero ello no cierra el problema.
Si bien es cierto que los límites establecidos fueron delimitados en 1994
por el proyecto DESOSKY (Instituto de Viena para el Desarrollo y la Cooperación)
entre la punta de San Blas y el río Mandinga, el CGK denuncia
a mediados de 1990 la existencia de un proyecto turístico en fincas de la
comarca, promovido por los empresarios panameños George Novey, Predio
Benavides y Augusto Boyd (Muñoz Andrade, 1995). De acuerdo con una
noticia de La Prensa (Benjamín, 2007), a mediados de mayo del 2007, la
ANAM (Autoridad Nacional del Ambiente) informó de la tala y quema de
200 Hectáreas de bosque secundario en Santa Isabel, donde viven 3223
personas según los censos del 2000. Los responsables de esas talas son los
kunas de acuerdo con el representante del corregimiento de Cuango y los
lugareños. La tala se produjo en Playa Colorada, en la Bahía de Galetón.
De acuerdo con Gilberto Arias (cacique general) los kunas solo quieren 20
hectáreas para cultivar, pues la Ley 16 solo les dio manglares y un pedazo
de río. Las comunidades que trabajan en esas tierras son las de Soledad
Mandinga, Arridup, Ailidip y Orosdup.
Y esos conflictos fronterizos también están mediados por el turismo, dado
lo apetecible de Kuna Yala y sus ecosistemas para desarrollar turismo. Es más