Los Turistores Kunas Antropologia del turismo etnico en ... - Inawinapi

LOS TURISTORES KUNAS. ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO ÉTNICO EN PANAMÁ 363
CAPÍTULO 12
“En Usdup, los profesores, alumnos y parejas van a la zona de Santa
Clara y MacPherson a bañarse, poner su sillita... ¿Nuevas formas de
recreación local? ¿Viejas formas de recreación local con nuevos significados?”
(Diario de Campo XP, 19-07-2007).
“Los kunas se bañaban en el río, no en la playa como los turistas,
buscaban agua dulce, no salada” (Diario de campo XP, hombre, 30 años,
20-05-2006).
c) La tercera estrategia es la ritualización de su etnicidad y de algunos de sus
símbolos para el turista. Es por ello que las meseras suelen ser mujeres
vestidas de mola, organizan danzas para los turistas y exponen sus artesanías
en las calles cuando pasan o vienen los turistas. Pero esto ocurre
en las comunidades afectadas por el turismo, pues en aquellas no afectadas
por el turismo la reacción es bien diferente. Veamos un ejemplo:
“Estamos en una comunidad no turística (Anachukuna) y es muy
interesante la forma cómo reaccionan frente a los visitantes: (i) más
fascinación por la diferencia, (ii) no sacan sus molas a la calle, (iii) los
niños sienten mucha curiosidad y se acercan, (iv) los temas del congreso
local son la caza, la cohesión comunitaria… En Anachukuna hay 530
habitantes censados” (Diario de campo XP, 14-01-2010).
d) La cuarta estrategia es la de crear límites políticos, simbólicos y materiales
al desarrollo turístico. Ricardo Falla (1979: 28) nos relata como el
Congreso General Kuna criticaba el turismo porque los turistas andaban
medio desnudos y mantenían relaciones sexuales heterodoxas, algo que
despertaba la curiosidad entre la juventud kuna y alteraba los ideales
kunas. El turismo era visto como una amenaza y se le colocaban fronteras
y límites simbólicos más fuertes. Por otro lado creemos que esa
actitud y estrategia defensiva frente al turismo ha ido cambiando en las
últimas décadas, por el peso del beneficio económico en la reproducción
social de las comunidades kunas. El turismo es así una moneda con dos
caras, pero no deja de ser la misma moneda. Veamos un caso, de entre
muchos que hemos escuchado, que ilustra esta interpretación de la actitud
defensiva kuna:
“Nos contó J. C. que Mamitupu es una comunidad tradicional que
resistió la venida de la esposa inglesa de P. [un hombre kuna]. Luego
ellos empezaron a cultivar maíz y a vender pan, y la gente los fue aceptando,
después de cinco años ella se fue a Inglaterra y él también, pero
P. regresó. Luego, con la invasión estadounidense de 1989, ella regresó
a buscarle, pero él ya no quiso ir” (Diario de campo XP, 9-08-2008).
“J. me contó el caso de E., una inglesa que se enamoró de un kuna,
P., … se fue a vivir con él a la comunidad y su mamá le decía que si
estaba feliz con los indios en la isla que todo bien. J. la conoció en Ailigandi
porque ella venía periódicamente al correo, para enviar cartas.
La comunidad no quería que se quedara, al principio, incluso una vez
les propuso a las autoridades darles clases de inglés gratis, y ellos les
dijeron que tenía que pagar 50 $; ella quedó indignada con ello. Luego
regresó a Inglaterra con P., pero él no se adaptó y regresó a Kuna Yala”
(diario de campo XP, hombre, 52 años, 30-08-2009).
El miedo al otro y a “la erosión de la cultura kuna”, en palabras de nuestro
relator, están aún presentes en ciertas comunidades kunas, y que aún hoy
ven el turismo como una amenaza y no una oportunidad de desarrollo. Y
aunque algunos amigos panameños de los kunas dicen que “los kunas tienen
que ver a los no kunas, no como enemigos, sino como colaboradores en
su desarrollo” (Entrevista, hombre, 45 años, 13-08-2007), lo cierto es que
no siempre los no kunas llegan a Kuna Yala con voluntad de colaborar en
su desarrollo. Un problema es lo que unos y otros entienden por desarrollo.
Ello hay que entenderlo en un contexto histórico de fuerte aculturación y
luchas por preservar la propia cultura y es por ello que priman su privacidad
y su intimidad cultural. Pero las comunidades más orientales de la Comarca
se resistieron más a optar por el desarrollo turístico y optaron por colocarle
más límites que las comunidades occidentales (zona de Gardi); por ello los
proyectos hoteleros son más bien pocos y los impuestos turísticos altos.