Derecho Procesal Penal .pdf - AECID

Sería ocioso insistir a estas alturas en la trascendencia de la
aprobación, el 19 de diciembre de 1999, del Código Procesal Penal de
Honduras. El Código de Procedimientos Penales de 1985, más viejo por su
inspiración que por la data de su alumbramiento, había agotado ya
sobradamente su expectativa de vida, que siempre se supo corta al ser mero
trasunto actualizado del Código de 1906. Se imponía la urgente implantación
de un nuevo proceso penal que diera respuesta a los problemas evidenciados
y afrontara con solvencia los retos que nos depara el nuevo siglo.
Que duda cabe que toda ley nace con vocación de ser aplicada. Pocas
veces esa vocación se enfrentó a tantas y tan graves dificultades como el
Código Procesal Penal de 1999. Dificultades que han llegado tanto desde la
natural impermeabilidad del sistema a soportar cambios tan profundos como
los operados (pasando de un sistema inquisitivo a otro acusatorio puro),
como a consecuencia de la siempre inevitable insuficiencia de los medios
materiales y humanos puestos al servicio de la reforma.
Conscientes de tales dificultades, desde el Consejo General del Poder
Judicial del Reino de España, bajo la cobertura prestada por la Agencia
Española de Cooperación Internacional, hemos venido apoyando el proceso
de aprobación e implementación del nuevo Código Procesal Penal. Un apoyo
que comenzó tempranamente, durante la gestación del anteproyecto de ley,
facilitando asistencia técnica tanto a la Corte Suprema de Justicia como al
Congreso Nacional por parte de cualificados expertos españoles. A ese
primer apoyo siguieron otros, como la edición en septiembre de 2000 del
Código Procesal Penal Comentado, o la constante capacitación de
profesionales hondureños en materias relacionadas con el nuevo
procedimiento penal.
La presente obra es pues un hito más en esa decidida voluntad de
apoyo al fortalecimiento del recién estrenado sistema procesal penal. Hito
que sin temor a equivocarnos, podemos considerar llamado a dejar huella en
la cultura jurídica de Honduras. No solo por su oportunidad y actualidad,
sino también por su indiscutible trascendencia dogmática y su no menos
decisiva relevancia práctica. Pues esta obra supone un esfuerzo serio de
reflexión y sistematización ajustado al nuevo Código Procesal Penal,
realizado desde la perspectiva que ofrecen casi dos años de vigencia,
mediante la aplicación de una metodología de enseñanza que el lector
comprobará que facilita enormemente la comprensión y el aprendizaje de las
instituciones del nuevo proceso penal.