Derecho Procesal Penal .pdf - AECID

Apreciaciones anteriores que, igualmente y con el mismo alcance, deben
tomarse en consideración al tratar lo referente a la garantía constitucional de amparo,
con la salvedad que en ésta, cuando la Corte Suprema de Justicia resuelve, no
solamente protege el derecho individualmente invocado, sino que, a su vez, y como
bien apunta RODRÍGUEZ BEREIJO, “actúa como supremo guardián de la norma
constitucional, fijando y depurando la interpretación de la Constitución”.
e) Naturaleza jurídica
Los recursos son mecanismos o medios de impugnación (como concepto más
general: GÓMEZ DE LIAÑO), considerados normalmente, desde el punto de vista
conceptual, como una vicisitud del procedimiento en cuyo contexto se enmarca la
resolución recurrida.
Conectando con ideas expuestas por HELLWIG y GUASP construye, en
cambio, el recurso como un proceso especial (de impugnación), por razones
jurídico-procesales.
Desde el punto de vista mayoritario, el recurso simplemente abre un
paréntesis dentro del curso procedimental; paréntesis ciertamente regido por sus
propias reglas, sin perjuicio de que en ciertos casos ese procedimiento pueda
continuar, a reserva de los efectos que pueda producir sobre él la decisión de la
impugnación recursiva.
FAIRÉN GUILLÉN (también ALCALA-ZAMÓRA), en sintonía con
CALAMANDREI, sostiene que los recursos (en sentido propio, o “verticales”:
apelación y casación; y, a mayor abundamiento los que denomina “remedios”, o
pretensiones de modificación ante el mismo órgano autor de la resolución recurrida)
son “... tres estadios diferentes y consecutivos del mismo proceso, por lo que las
posibilidades de apelar y recurrir en casación son solamente momentos o fases de la
posibilidad que constituyen el derecho procesal de acción ...”.
El recurso se interpone, por definición, contra una resolución que aún no
goza de inmutabilidad (cosa juzgada formal o firmeza), de manera que “... el proceso
no ha terminado, sino que continúa en su estadio de recurso, correspondiente a la
misma acción que se instó ...” (FAIRÉN; y, en el mismo sentido, RAMOS
MÉNDEZ).
Para GUASP, en cambio, “... [mediante] la impugnación procesal el proceso
principal no es simplemente continuado, sino que desaparece para dejar su puesto a
otro proceso distinto, aunque ligado al anterior. Así pues la impugnación procesal se
convierte en una figura de indudable sustantividad y no en un conjunto de medidas
interiores propias de cada proceso en particular ...”.
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