Derecho Procesal Penal .pdf - AECID

MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL.
TEMA 331.
actividad cautelar se transforma en actividad ejecutiva. Por eso las medidas cautelares
se han presentado por algunos procesalistas como sujetas a una condición resolutoria
(CONIGLIO) o, mejor aún (CALAMANDREI), a un plazo que se sabe se ha de cumplir
indefectiblemente (el proceso concluirá en algún momento), aunque se ignore cuándo
(“certus an, incertus quando”: Artículo 1387 CC).
[2] Por otra parte, dentro de este máximo temporal indeterminado, el
mantenimiento de una medida cautelar está condicionado a la subsistencia de sus
presupuestos legitimadores, que pueden desaparecer antes de la conclusión del proceso.
Por esa razón -apostilla ALMENAR- el Juez ha de revisar de oficio cada tres meses la
procedencia de mantener la medida acordada, atendiendo a la subsistencia o
desaparición de esos presupuestos (Artículo 186, párrafo último, CPPHond).
[3] En fin, a tenor del Artículo 174 CPPHond, las medidas cautelares “...
en ningún caso, se prolongarán más allá del máximo permitido por el Artículo 181 de
este Código ...”; para la prisión provisional (como regla general, hasta un año; cuando
la pena aplicable al delito sea superior a seis años, hasta dos años; excepcionalmente,
extensible por seis meses más, a solicitud fundada del Ministerio Público, habida cuenta
del grado de dificultad, dispersión o amplitud de la prueba que deba rendirse; sin que,
en ningún caso, pueda exceder de la mitad de la duración del mínimo de la pena
aplicable al delito).
Como concluye al respecto CUÉLLAR CRUZ, “…otorgarle una eficacia más
allá de estos parámetros sería convertir la medida cautelar en una pena anticipada, y,
por ende, en un fin en sí misma, sobre pasando, por mucho, su legítima condición
instrumental …”.
cautelares
c) Jurisdiccionalidad (o judicialidad) de las medidas
Afirmada la instrumentalidad de la medida cautelar como aseguramiento de la
eficacia de la resolución que ha de decidir el conflicto entre partes que da vida al
proceso (funcionando así -en palabras de CALAMANDREI- como “instrumento de un
instrumento”, el proceso que lo es de la decisión del litigio), la jurisdiccionalidad
predicable de éste se podría sostener que se extiende a aquélla.
Y así se ha mantenido por una corriente de opinión enfrentada a otra
(representada, por ejemplo, por ALLORIO, LIEBMAN, y, con menor claridad,
CALVOSA) quienes, insistiendo en la falta de irrevocabilidad de las medidas
cautelares, las configura como medidas de naturaleza administrativa al servicio del
proceso jurisdiccional.
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