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412 MIERCOLES PHJMERÜ<br />
aqaella princesa á quien el ileseo <strong>de</strong> ver un rey fainn?o<br />
por sn sabiduría aleja tic sus estados y le hace empren<strong>de</strong>r<br />
un viaje lan penoso, es muy capaz <strong>de</strong> confundir al pueblo<br />
jndíoque rechaza la doctrina que el Hijo <strong>de</strong> Dios le anuncia<br />
en persona, y qne autoriza con los milagros mas pasmosos.<br />
Pero ¿y el ejemplo <strong>de</strong> esta misma reina, no <strong>de</strong>be también<br />
confundirnos á nosotros?<br />
Lamentándose en seguida el Hijo <strong>de</strong> Dios sobre el endurecimiento<br />
<strong>de</strong> los judíos, les predice la reprobación que<br />
iban á atraer sobre si por su mucha malicia, y les propone,<br />
á este fm la parábola siguiente: Cuando el espíritu inmundo<br />
se ve obligado á salir <strong>de</strong> un cuerpo <strong>de</strong> que se habia<br />
apo<strong>de</strong>rado, se halla en la propia situación <strong>de</strong> un hombre<br />
arrojado <strong>de</strong> su propia casa. Lleno <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación este<br />
hombre anda errante <strong>de</strong> una parle en otra, y busca algún<br />
paraje, adon<strong>de</strong> retirarse. Fastidiado, por fin, <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stierro,<br />
loma la resolución <strong>de</strong> volver á sru antigua habilacion.<br />
Hallándola vacia, limpia y adornada, pero mal guardada,<br />
porque no se creia que el <strong>de</strong>monio pensase en volver á<br />
ella, juzga que le será fácil volverla á poseer; mas para<br />
no ponerse á peligro do volver á ser arrojado <strong>de</strong> ella otra<br />
vez, va y toma oíros siete espíritus peores que él (la palabra<br />
siete en la Escritura significa un gran número), y<br />
aprovechándose <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scuido y <strong>de</strong> la ausencia <strong>de</strong> los (pie<br />
doblan guardarla, entra en ella con este refuerzo formidable,<br />
se establece y permanece allí seguro <strong>de</strong> lodo insulto.<br />
¿Quién no ve que la última condición <strong>de</strong> esta alma íigurada<br />
por esta casa <strong>de</strong> que se han apo<strong>de</strong>rado los espíritus<br />
inmundos, es peor que la primera ? El fm <strong>de</strong> esta parábola<br />
es mostrar que los fariseos liándose <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong> su pretendida<br />
justicia, y creyéndose santos porqu9 tenían un cslerior<br />
imponente, eran mas lamentables por su odio contra<br />
Jesucristo, que aquellos que vivían visiblemente en los<br />
mayores <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes. Queria también el Salvador darles á<br />
enten<strong>de</strong>r, que habiendo la divina bondad librado á aquella<br />
perversa nación <strong>de</strong>l yugo <strong>de</strong> Satanás, con preferencia á<br />
los <strong>de</strong>más pueblos <strong>de</strong>l mundo, si volvían á sujetarse otra<br />
vez á este soberbio y cruel tirano, rehusando el reconocer<br />
al Mesías, su legüimo rey, y único capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rlos<br />
contra un enemigo tan po<strong>de</strong>roso, serian por fin con<strong>de</strong>nados<br />
á una eterna sevidumbre.<br />
Mientras que el Salvador instruía <strong>de</strong> este modo al pueblo,<br />
se le vino á <strong>de</strong>cir que su Madre y sus horriianos estaban<br />
fuera, y querían hablarle. Pero quiMÍendo enseñarnos<br />
con su ejemplo á reprimir el <strong>de</strong>masiado amor á los parientes<br />
: ¿quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?<br />
respondió al que le hablaba; y señalando entonces á sus<br />
amados discípulos: Hé aquí, les dice, mi madre y mis<br />
hermanos; porque cualquiera que hiciere la voluntad <strong>de</strong><br />
mí Padre, añadió, este es mi hermano, mi hermana y mi<br />
madre. Queriendo <strong>de</strong>cir que aquellos que le siguen, y que<br />
guardan sus preceptos, tienen mas crédito para con él,<br />
que el que podría tener un hermano ó una hermana para<br />
con su hermano, y aun el <strong>de</strong> una madre para con su hijo.<br />
Como los judíos no miraban al Salvador mas que como un<br />
puro hombre; el Salvador, por esta respuesta, que en<br />
ulras circunstancias hubiera parecido <strong>de</strong>masiado dura (era<br />
entonces necesaria), Jesucristo quiso enseñar á los judíos á<br />
que no le mirasen simplemente como hijo <strong>de</strong> María, yá<br />
que reconociesen en su persona alguna cosa sobrehumana.<br />
La santísima Virgen que comprendía perfectamente el sentido<br />
<strong>de</strong> estas palabras, y que sabia el misterio <strong>de</strong> la En-<br />
carnación, ni le pasó por la imaginación el ofen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong><br />
ellas. Se sabe también que los hebreos daban el nombre<br />
<strong>de</strong> hermanos á los que nosotros llamamos primos. Aquelks<br />
<strong>de</strong> quienes aquí se trata, eran los sobrinos ó <strong>de</strong> san José,<br />
ó mas bien déla Sanlisima Virgen, Santiago el menor. Judas,<br />
Simón y José. ¿Podía indicar mas sensiblemente el<br />
Salvador, á los ministros <strong>de</strong>l Evangelio, hasta qué punto<br />
<strong>de</strong>ben estar <strong>de</strong>sprendidos <strong>de</strong> la carne y <strong>de</strong> la sangre, y<br />
que las afecciones humanas no <strong>de</strong>ben jamás introducirse<br />
en las funciones <strong>de</strong> su ministerio, ni separarles <strong>de</strong> él un<br />
solo momento?<br />
La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> esle dia es como sigue.<br />
Preces noslras, (¡mamas, Te rogamos. Señor , que<br />
Domine, dcinoüer exuudi: el oigas benigno micsíras oraconlra<br />
canela nobis adversan- clones, y que emiendas el<br />
lia dcxleram tnir majeslalis brazo <strong>de</strong> tu majeslad para<br />
exlen<strong>de</strong>. Per Domiuam ms- librarnos <strong>de</strong> lodo lo que nos<br />
irum... pue<strong>de</strong> dañar. Por nuestro<br />
Señor, ele.<br />
Ln primera Epístola es lomuda <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong>l Exodo, cap. fA.<br />
¡n dichas illis : Dlxil l)o~ En aquellos dias dijo «'I<br />
minas ad Moifsen : Ásccn- Señor á Moisés: Sube á lo<br />
<strong>de</strong> ad me in monlem , et alio <strong>de</strong> la monlaña , don<strong>de</strong><br />
esto ibi: dabofjnc tibi tabulas yo estoy, y permanece allí,<br />
lapi<strong>de</strong>as, el legem, ac man- y te daré las tablas <strong>de</strong> piedalaqum<br />
scripsi, ut doceas dra en que he escrilo la ley<br />
filiosIsrael. SiirrexerualMoy- y los mandamíenios, á lin<br />
ses et Josué- minisler ejus: <strong>de</strong> que los enseñes al pueascen<strong>de</strong>nsque<br />
Moysesinmon- blo do Israel. Levantáronse<br />
iem D i, senioribas uit: Ex~ Moisés y Josué su ministro,<br />
pertale klc doñee reverlamur y a! subir Moisés al monadvos.<br />
ííabelis Aaron elIhir te <strong>de</strong> Dios, dijo á los anvobiscum<br />
: si qaid natum cíanos: Esperad aquí, basfuerit<br />
qmslionis, referelis ta que volvamos á vnsoad<br />
eos. Cumque asccndissel tros. Quedan con vosotros<br />
Moyses, operuitnubes mon- Aaron y Ilur: si sobrevinietem,<br />
el habitavit gloria Do- re alguna diíicnltad ellos la<br />
mini super Sinai tegensillum resolverán. Habiendo subinube<br />
sexdiebus: séptimo au- bo Moisés cubrió la nube la<br />
lem die vocavil eum <strong>de</strong> me- montaña, y la gloria <strong>de</strong>l<br />
dio caligiuis. Eral aulem Señor <strong>de</strong>scansó sobre el Sispecies<br />
glorice Domini, quasi nal, ocultándole una nube<br />
ignis ar<strong>de</strong>ns super verlicem poi" seis dias , y el Séptimo<br />
monlis,in conspeclu filiorum dia llamó Diosa Moisés do<br />
Israel. Ingrcssusqae Mogses en medio <strong>de</strong> aquella osenmédium<br />
nébula»., ascenditin ridad. Loque represenlaba<br />
monlem: el fail ibi quadra- la gloria <strong>de</strong>l Señor, á la<br />
gima diebus, el cuadraginta vista <strong>de</strong> todos los hijos <strong>de</strong><br />
noclibus.<br />
Israel, era como un fuego<br />
ardiente sobre la cima <strong>de</strong> la<br />
monlaña. Introducido Moisés<br />
por medio <strong>de</strong> la nube,<br />
subió á la montaña , y csluvo<br />
allí cuarenta dias y<br />
cuarenta noches.<br />
El libro sagrado <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se ha lomado esta Epístola se<br />
llama Exodo, <strong>de</strong> una palabra griega que signiíica la salida,<br />
porque contiene la relación <strong>de</strong> la salida <strong>de</strong> los israelitas <strong>de</strong><br />
Egipto. Contiene también la historia <strong>de</strong> ciento cuareula f<br />
cinco años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> José hasta la crcccio»<br />
<strong>de</strong>l tabernáculo al pié <strong>de</strong>l monte Sinaí.