Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

TOMO IV-
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DESPUES DE PENTECOSTES.
á Dios por su estado ¿es digna de Dios ? Y e! gusto, el
dia de hoy lan general, por el mundo y por el placer, la
.relajación tan universal, el diguslo de la devoción, tan coluun
en estos tiempos, la aversión y basta el desprecio de
las máximas mas sagradas del Kvangelio, todo esto ¿presenta
una conduela digna de Dios, y un gran deseo de
agradarle? Pero i Dios mió! con una conducta tan indigna
de vos y del nombre docristiano ¿qué es lo que nos hace
confiar? ¿con unas costumbres tan poco cristianas no
nos privamos del derecho que hemos adquirido por el bautismo
á la herencia de ios santos ?
El Evangelio de la misa de este dia es lo que sigue, tomado
dd capitulo 24 de san Maleo.
In, illo íempore : Dixit
Jesús discipulis suis¿ Cum
videritis abominaLionem
desolaíionis, qum dicta esl
a Danielepropheta, staníem
in loco sancto: qui legit}
intelligat: (iwc qui
in Judma swní, fagiant ad
montes: et qui in tecto,
non descendat tolíere aliquid
de domo sua: et qui
in agro, non revertalur
tollere lunicam suam. Va;
aulem pmgnantibus u
nutrientibm in illis diebus!
Orale aulem ul non fiat
fuga vestra in hieme, vel
sabbalo: mí mín tune
tribulalio magna, qualit
non fuü ab inilio mundi
usque modo, ñeque fiel.
Et nisi breviati fuissent
dies üli, non fieret salva
omnis caro: sed propter
electos breviabuntur dies
illi. Tune si quis vobis dixerit:
Ecce hic est Chislus,
aut íWfó, nolite crederc.
Surgent enim pseudochrisli
et pseudoprophetce, et da-
Iml signa magna el prodigia,
ila ut in errorem
inducantur (si fieri potest)
etiam eieeli. Ecce
pmdixi vobis : Si ergo
dixerinl vobis: Ecce in deserto
est , nolite exire :
ecce in penelralibus : «o/ttecredwc.
Sicut enim fulgur
exit ab Oriente, el pa -
reí usque in Occidentem :
ila mí et adventus Filii
hominis. Ubicumque [uerit
corpus, illic congregabuntur
et aquilos. Statim aulem
post iribulalionem
dierum itlorum , sol obs-
En aquel tiempo dijo Jesús
á sus discípulos: Guando viereis
en el lugar santo la abominación
do la desolación de
que ha hablado el profeta Daniel
(el que lee, que comprenda}:
los que estuvieren en la
Judea, buyan á los montes; el
que entonces se hallare sobre
el techo, no baje á tomar cosa
alguna do su casa; y el qu»
se encontrare en el campo, no
vuelva atrás para tomar su
vestido. ¡\y de las mujeres
que en aquel tiempo estuvieren
preñadas, y de las que
alaciasen sus Lijos! Sin embargo,
pedid que no tengáis
que huir en invieino ni en el
dia del sábado. Porque la desolación
será grande, y tal
que no la habrá habido semejante
desde el principio del
mundo hasta ahora, ni la habrá
jamás. Entonces, si alguno
os dice, ahí está el Cristo,
ó allá está, no lo creáis; porque
aparecerán falsos cristos
y falsos profetas, que harán
cosas tan estraordinarias y
tan prodigiosas que los mismos
elegidos, si fuera posible,
serian engañados. Vosotros
veis que os lo he dicho con
anticipación. Si, pues, os dijeren
: liólo allá, en el desierto
está ; helo aquí en lo interior
de la casa, no creáis nada.
Porque así como el relámpago
parte del Oriente, y se
deja ver basta el Occidente,
del mismo modo sucederá la
venida del Hijo del hombre.
En cualquiera parte que esté
el cuerpo, se congregarán
también las águilas. Pero inmodiulamente
después de es-
curabitur, el luna non dabit
lumen sumí, et stellce
cadent de coelo, et virtutes
cedorum commovebuntur:
el lunc parebitsignum Filü
hominis in ccelo : et
tune plangent omnes tribus
terree: el videbunt Filium
hominis venienlem in
nubibus cceli cum virtute
multa et majesiale. Et
mittet angdos suos cum
tuba et voce magna ; et
congregabunt electos ejus
a qualuor ventis , a summis
mlorumusque ad términos
eorum. Ab arbore
autemfid disdle parabolam
: cum jam ramus ejus
tener (uerit, et folia nata,
scitis quiaprope est cestas
: ita et vos cum videritis
hwc omnia , scitole
quia prope esl in januis.
Amen dico vobis : quia non
pmteribil generatio hcec
doñee omnia hmc fiant.
Coelum et térra transibunt,
verba autem mea
nonpmteribunl.
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tosdias de tribulación ei sol
se oscurecerá, la luna no
alumbrará, las estrellas caerán
del cielo, y las virtudes
celestiales se conmoverán.
Entonces la señal del Hijo del
hombre aparecerá en el cielo;
entoncestodas las naciones de
ia tierra harán público su dolor,
y verán venir al Hijo del
hombre sobre las nubes con
gran poder y majestad. Al
mismo tiempo enviará sus ángeles
con la trompeta, y una
voz estrepitosa congregará
sus elegidos de lascuatripartes
de la tierra, de un estremo
del cielo á otro. Ahora
bien, ateHded á una parábola
tomada de la higuera s cuando
Comienza á tener ramas tiernas,
y brotan las hojas, conocéis
que está cerca el estío:
del mismo modo vosotros,
cuando viereis todas estas cosas,
sabed que el Hijo del
hombre está próximo y á la
puerta. En verdad os digo que
no pasará esta generación sin
que esto suceda. El cielo y la
tierra pasarán; pero mis palabras
no pasarán.
MEDITACION.
Sobre la gran verdad que todo pasará; pero la palabra do
Dios no pasará.
PUNTO PRIMERO.—'Considera que todo pasa; todo está
sujeto á la caducacion en el mundo: grande/as mundanas,
monarquías poderosas cimentadas con la sangre de tantas
victimas de la ambición, leyes aqlorizadas con los sellos
mas sagrados, edictos, decretos, usos, todo está sujeto á
la revolución, todo se altera con el tiempo, todo se gasta,
todo muda; de suerte que Salomón ha dicho con razón i
que «nada hay estable bajo del sol. (Ecl. 2.)» Hablando
David de los cielos que son la obra de las manos del Señor,
de la tierra que 61 mismo ba sentado sobre sus fundamentos,
y comprendiendo bajo de estos dos objetos lodo
lo que hay mas firme y mas durable en el mundo, esclama:
todo esto perderá un dia toda su belleza, todo su
brillo, todo se gastará como un vestido; pero «vos, ó Dios
mió, permaneceréis siempre el mismo.» Todo tiene sus
edades, y todo envejece. «Vos mudareis todas las cosas,
dice el Sabio, como se muda una capa vieja (Ecl. 2.); todo
muda, lodo pasa; pero vos, Señor, repite David, no mudais,
y ios años no pasan para vos. (Psalm. 101.)» Del
mismo modo todo se desmiente á escepcion de.la palabra
de Dios; sus oráculos son infalibles, y nada puede debilitar
ni alterar la verdad y la santidad de sus máximas y de
sus leyes. Todo lo que el Salvador ba dicho es verdad;
sus consejos, sus preceptos son oráculos que la verdad