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338 SABADO<br />
amor <strong>de</strong> ól. ¡Ah! dulce Icsus mió, doci.lmc hoy con eficacia<br />
, lo que vuestras sagradas llagas me echarán en<br />
cara entonces sin frnlo. Mi conciencia me hace ya oslas<br />
reconvenciones, y todo mi recurso está ya en vuestras llagas.<br />
«Mirad á la Ggtira <strong>de</strong> vuestro Cristo: » esto es lodo<br />
lo que longo que representaros. Padre eterno; mirad si los<br />
rayos qite yo merezco pue<strong>de</strong>n pasar al través <strong>de</strong> este mediador;<br />
mirad si pue<strong>de</strong> subsislir vueslro enojo presentándoos<br />
osla víctima ; al ubrigo <strong>de</strong> esta ernz, en esta cruz<br />
es don<strong>de</strong> yo quiero vivir; y yo espero que me conce<strong>de</strong>réis<br />
ía gracia <strong>de</strong> que muera amando, abrazando y besando<br />
con confianza esta cruz.<br />
IvcmniaiAS. — Corijprendo , Señor., lo que significan<br />
esas llagas en medio <strong>de</strong> vuestras manos. [Zachar. líí.)<br />
No permita Dios qne yo me gloríe en a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> otra<br />
cosa, que <strong>de</strong> la cruz <strong>de</strong> Jesucrislo. ( Gal. C. }<br />
PROPÓSITOS.<br />
1 No perdáis jamás <strong>de</strong> vista este divino objeto, «y<br />
obrad conformes al mo<strong>de</strong>lo que se os ha presentado en la<br />
monlafía. (Rxodo 23.)» Aun cuando Dios exigiese <strong>de</strong> nosotros<br />
el sacrificio <strong>de</strong> nueslra vida , ¿exigirla <strong>de</strong>masiado<br />
<strong>de</strong>spués (le lo qne ha hecho por nosotros? Nuestra salvación<br />
cuesla bien cara ; la sangre <strong>de</strong> Jesucrislo es el precio<br />
<strong>de</strong> ella; ¿nos parecerá pues muy costoso, si para salvarnos<br />
, tenemos que privarnos <strong>de</strong> alguna lijera salisfaccicn,<br />
si es necesario <strong>de</strong>rramar algunas lágrimas? «Mirad, y<br />
obrad. » Cuando <strong>de</strong> aquí en a<strong>de</strong>lante esperimenlaseis alguna<br />
dificultad en obe<strong>de</strong>cer la voz <strong>de</strong>l Seflor, mirad á Jesucrislo<br />
en la cruz, y ved si os atreveréis á negarle lo<br />
poco (pie os pi<strong>de</strong>. Esta práctica es escclente para vencer<br />
mies'ra repugnancia , y confundir nuestra cobardía. No<br />
os contentéis con los pequefios sacrificios indispensables<br />
<strong>de</strong> la ley. Determinad todos los años el Viernes santo algún<br />
pequeño sacrificio que ofrecer á Dios duranlo el año<br />
(ó aua cuando no sea mas que en este dia j; por ejemplo<br />
privaros <strong>de</strong> lal diversión , <strong>de</strong> tal juego, <strong>de</strong> tal fruta, <strong>de</strong><br />
(al adorno. De no hablar á nadie <strong>de</strong> los agravios que os<br />
hubiere hecho, dolos disgustos qne os hubiere causado,<br />
<strong>de</strong>l motivo que os hubiere dado para quejaros <strong>de</strong> él. Pué<strong>de</strong>se<br />
también enlen<strong>de</strong>r por esta palabra sacrificio <strong>de</strong>ltas<br />
práclicas <strong>de</strong> piedad algún lanío penosas, como el ir á pié<br />
todos los sábados á visitar alguna capilla distante en la<br />
cual sea bonriida la sanlísima Virgen <strong>de</strong> un modo particular,<br />
ayunar un dia en la semana, visitar los pobres enfermos<br />
en los hospitales, hacer una limosna, visitar.cada<br />
semanales pobres encarcelados, ele. Y tened présenle<br />
qne en la hora <strong>de</strong> vuestra triúcrle nada os consolai á lanío<br />
como el sacrificio que Imbiereis hecho regularmente en<br />
aquel último año.<br />
2 Es una <strong>de</strong>voción muy laudable el llevar siempre<br />
consigo la imagen <strong>de</strong>l Crucifijo, no movidos do una vanidad<br />
indigna que se alreva á bacer <strong>de</strong> la cruz <strong>de</strong> Jesucrislo<br />
un dije, o un adorno <strong>de</strong> lujo, sino por motivo <strong>de</strong> religión,<br />
y para tener en este juadoso y consolante objelo<br />
un remedio contra todas nuestras pasiones , y señaladameale<br />
contra nuestro amor propio y nuestro orgullo, un<br />
memorial que escite nuestro fervor, y un mo<strong>de</strong>lo que. arreglo<br />
nuestra conducta. Muchos santos lo llevan sobre el<br />
corazón, y pocos hay que no lo hayan tenido con frecuencia<br />
á la vista, sobre lodo cuando han hecho sus oraciones.<br />
SABADO SANTO.<br />
El Sábado santo, que también se llama el Sábado mayor,<br />
se ha mirado siempre en la Iglesia como uno <strong>de</strong> los<br />
dias mas solemnes aun ántes <strong>de</strong> haberse a<strong>de</strong>lantado los<br />
oficios <strong>de</strong> la noche <strong>de</strong>l domingo <strong>de</strong> Pascua al dia que los<br />
prece<strong>de</strong>. Propiamente el oficio <strong>de</strong>l Sábado santo es la<br />
conlinuacion <strong>de</strong> las exequias <strong>de</strong>l Salvador, y en parlicular<br />
<strong>de</strong> su sepultura. La iglesia aun está <strong>de</strong> gran luto. Su profundo<br />
silencio, y la cesación <strong>de</strong>l divino sacrificio que como<br />
en el Viernes santo tampoco se ofrece en este dia, lodo<br />
esto indica su alliccion. Está únicamenle ocupada en llorar<br />
la miierle <strong>de</strong>l divino Esposo, en honrar el misterioso <strong>de</strong>scanso<br />
que Jesucrislo guardó en este dia en el sepulcro, y<br />
a! mismo tiempo su <strong>de</strong>scensión á los infiernos , esto es,<br />
como dice san Pabl >, á los lugares mas bajos <strong>de</strong> la tierra.<br />
El alma sanlísima <strong>de</strong> Jesucristo, <strong>de</strong> la cual jamás se separó<br />
la divinidad, <strong>de</strong>l mismo modo que <strong>de</strong> su cuerpo adorable,<br />
que. fué puesto en el sepulcro; esta alma santísima,<br />
repilo, inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> so muerte, <strong>de</strong>scendió<br />
efectivamente á los lugares mas subterráneos; allílriimíó<br />
<strong>de</strong>les <strong>de</strong>moniosá quienes acababa <strong>de</strong> vencer enteramenle.por<br />
su-muerte, y les hizo sentir las Iriéles consecuencias<br />
<strong>de</strong> su <strong>de</strong>rrota. Allí consoló á las almas <strong>de</strong>l purgatorio,<br />
dándoles esperanzas <strong>de</strong> que pronto se verian libres <strong>de</strong> sus<br />
dolorosos calabozos; y allí, en fin, sacó <strong>de</strong> entre aquellas<br />
tinieblas las almas <strong>de</strong> los santos patriarcas y <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más<br />
juslos, esto es, <strong>de</strong> todos aquellos á quienes Dios con antelación<br />
habia hecho misericordia, y concedido la remisión<br />
<strong>de</strong> sus pecados en virtud <strong>de</strong> los méritos <strong>de</strong> Jesucristo^<br />
pero que. !io podían gozar plenamente <strong>de</strong>l efecto <strong>de</strong> esla<br />
misericordia hasta que Jesucrislo hubiese satisfecho á<br />
Dios su Padre, con 1» efusión <strong>de</strong> su sangre, por los pecados<br />
<strong>de</strong> todos los hombres. De estos dichosos pre<strong>de</strong>stinados<br />
se formó inmediatamente el alma <strong>de</strong>l Salvador como<br />
una córtc que llevó en seguida con el en triunfo al cielo,<br />
cuya entrada estaba cerrada á los hombres basta qué Jesucristo<br />
la hubiera abierto por su muerte. La parle <strong>de</strong> lugares<br />
subterráneos en don<strong>de</strong> estaban los que babian<br />
muerto en gracia <strong>de</strong> Dios ántes <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Jesucrislo,<br />
es lo qne la Escritura llama el Seno <strong>de</strong> Abraham y nosotros<br />
<strong>de</strong>cimos Limbo. Nota Durando que la razón porque<br />
la Iglesia ha consagrado lodos los sábados <strong>de</strong>l año al culto<br />
singular y á la <strong>de</strong>voción especial <strong>de</strong> la santísima Virgen,<br />
es porque estando muerto Jesucrislo, y dudando todos los<br />
discípulos <strong>de</strong> su resurrección, se halló toda la fé en sola<br />
la santísima Virgen; ella sola fué la que durante el sábado<br />
conservó cuidadosamente el precioso <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> la fé;<br />
ella sola fué fiel.<br />
Todo el oficio <strong>de</strong>l Sábado santo, según el espírilu déla<br />
Iglesia, no se dirige mas que á honrar el doble misterio<br />
<strong>de</strong> la bajada <strong>de</strong>l alma <strong>de</strong> Jesucrislo á los infiernos, y <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>scanso dü su cuerpo adorable en el sepulcro. Este<br />
oficio no se terminaba hasta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la hora <strong>de</strong> nona,<br />
la cual se cstendia hasta el poner <strong>de</strong>l sol, y entonces comenzaba<br />
con el nuevo dia el oficio solemne <strong>de</strong> la gran<br />
vigilia <strong>de</strong> Pascua. Era esta la primera <strong>de</strong> todas las vigilias<br />
<strong>de</strong>l año en dignidad, y es también la primera por su antigüedad<br />
con respecto al eslablccimienío <strong>de</strong> la Iglesia : ella<br />
ha pasado siempre por la mas célebre y la mas indispensable<br />
<strong>de</strong> todas, era también la mas larga, porque juntaba<br />
inmedialamente el oficio <strong>de</strong> la gran (iesla <strong>de</strong> Pascua al