27.08.2017 Views

Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

96 SABDO PRIMERO<br />

llama simplemente domingo <strong>de</strong> Cuaresma; éntrelos griegos<br />

domingo <strong>de</strong> los santos ayunos ó <strong>de</strong> la ortodoxia.<br />

Antes <strong>de</strong>i siglo X<strong>de</strong> la Iglesia, era costumbre en OccidiMitc<br />

llamar á cstedia el domingo délos «blandones» esto<br />

es, <strong>de</strong> las luces, á causa do que era el dia en el que los<br />

que se hablan divertido con algún esceso durante el carnaval<br />

venian á presentarse en la iglesia con un cirio ó<br />

antorcha en la mano, como para dar satisfacción pública<br />

<strong>de</strong> los malos ejemplos que habiau dado, y pedir que les<br />

purificasen por la penitencia que se les imponía por los<br />

pastores por toda la Cuaresma hasta el jueves sanloen que<br />

recibian la absolución ordinaria. Aun cuando esta ceremonia<br />

se haya <strong>de</strong>spués a<strong>de</strong>lantado al miércoles do ceniza<br />

en que se comienza el ayuno <strong>de</strong> la santa cuarentena, no<br />

hu <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> conservar este primer domingo <strong>de</strong> Cuaresma<br />

el nombro <strong>de</strong> dia <strong>de</strong> los blandones, porque siempre se ha<br />

supuesto, que en él los verda<strong>de</strong>ros fieles no <strong>de</strong>jaban <strong>de</strong><br />

purificarse <strong>de</strong> sus manclias por medio <strong>de</strong> una santa confesión.<br />

Aunque la penitencia sea propia <strong>de</strong> todos los dias <strong>de</strong> ía<br />

vida, puesto que no hay dia en la vida m que no seamos<br />

pecadores, con todo la Cuaresma so puedo consi<strong>de</strong>rar como<br />

la estación <strong>de</strong> la penitencia, es <strong>de</strong>cir, como el tiempo<br />

en que produce mas frutos ; sea á causa <strong>de</strong> la multiplicidad<br />

<strong>de</strong> las oraciones y <strong>de</strong> los socorros espirituales , sea<br />

por la obligación que la Iglesia ha vinculado á ella <strong>de</strong> los<br />

cuarenta dias <strong>de</strong> ayuno. <strong>Los</strong> cuarenta dias <strong>de</strong> ayuno<br />

<strong>de</strong> Jesucristo no son solo un ejemplo , sino también<br />

un precepto para lodos los cristianos. IS'o hay ninguno<br />

que no oslé sujeto á esta ley , y la relajación no<br />

conslituyó jamás un <strong>de</strong>recho para dispensarse do ella.<br />

El fervor pue<strong>de</strong> entibiarse, lo fé pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>bilitarse polla<br />

corrupción do las costumbres; pero la doctrina y la<br />

moral <strong>de</strong> Jesucristo jamás se alterarán. Por mas flojos que<br />

sean los fieles, la ley <strong>de</strong>l ayuno y déla penitencia no podrá<br />

per<strong>de</strong>r nunca nada <strong>de</strong> su vigor, y la estrecha obligación<br />

<strong>de</strong> ayunar la Cuaresma bajo pena <strong>de</strong> pecado mortal<br />

siempro es la misma.<br />

San Epifanio dice (Her. ájfc) que el heresiarca Arrio fué<br />

con<strong>de</strong>nado, porque quería que los ayunos <strong>de</strong> cuaresma<br />

fuesen arbitrarios. El concilio <strong>de</strong> Langres fulmina 61 anatema<br />

contra los que sin necesidad se dispensan <strong>de</strong> ellos.<br />

San Cirilo pregunta á su pueblo, si quiere mejor ar<strong>de</strong>r<br />

eternamente que ayunarla Cuaresma; y san Ambrosio<br />

dice que el quebrantar el ayuno un solo dia es un pecado<br />

mortal; pero que el no ayunar la Cuaresma es un sacrilegio.<br />

(Serm. 37.) La cuaresma, dice el Crisólogo, no<br />

es una institución humana, es Dios mismo el que !a ha<br />

or<strong>de</strong>nado; y yo creo, dice san Agustín, que lo que ha<br />

obligado al Señor á imponernos una ley espresa <strong>de</strong>l ayuno<br />

es, que así como Adán en el paraíso terrenal habia<br />

perdido !a gloria do la inmortalidad por la intemperancia,<br />

ha querido el segundo Adán que fuese reparada<br />

esta pérdida por la abslincnciay el ayuno. (Serm. 77.<br />

<strong>de</strong> temp,)<br />

Nada fué mas religiosamenlé observado en toda la<br />

Iglesia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo <strong>de</strong> los apóstoles que el ayuno <strong>de</strong><br />

Cuaresma. <strong>Los</strong> primeros cristianos <strong>de</strong> Alejandría <strong>de</strong>l tiempo<br />

do san Marcos, según Eusebio, le observaban con un<br />

fervor que servia <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo á todos los fieles. Sozomeno<br />

asegura que en la Iliria, en oí Occi<strong>de</strong>nte, en toda el Africa,<br />

en el Egipto y cu la Palestina, que componían entonces<br />

toda la Iglesia, se ayunaba con una rigi<strong>de</strong>z religiosa las<br />

seis semanas <strong>de</strong> la Cuaresma, y muchos aun ayunaban<br />

siete. (Lib l.j No hay variación, no hay diversidad <strong>de</strong> opinión<br />

en cuanto á la exacta é indispensable observancia <strong>de</strong><br />

una penitencia tan marcada. Nosotros ayunamos una Cuaresma,<br />

dice san Geróinmo, según !a tradición apostólica, y<br />

ayunamos en el tiempo que la Iglesia haju/gado á propósito<br />

para esto. (Epist. ad Marc.) Por espiritual, por loable<br />

que fuese el sentido <strong>de</strong> aquellos que se proponían ofrecer<br />

á Dios el diezmo do lodo el año con el ayuno <strong>de</strong> treinta<br />

y seis días en las seis semanas, no era sin embargo capaz<br />

<strong>de</strong> asegurarles á vista <strong>de</strong>l ejemplo <strong>de</strong>l Salvador que habia<br />

ayunado cuarenta. Y esto fué como se ha dicho ya,<br />

que obligó á la Iglesia á añadir cuatro días, fijando el<br />

principio <strong>de</strong> Cuaresma al miércoles <strong>de</strong> ceniza.<br />

Nada con<strong>de</strong>na mas nuestra flojedad y nuestra <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za<br />

que la religión y el rigor <strong>de</strong> los ayunos <strong>de</strong> los primeros<br />

cristianos. No solo no se hacia mas quo una sola comida<br />

al dia y siempre por la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la hora <strong>de</strong><br />

vísperas, sino que lejos <strong>de</strong> tratar <strong>de</strong> lisonjear el gusto y la<br />

sensualidad, solo se comía lo precisamente necesario para<br />

no morir. No solo se ha creído consistir la exactitud <strong>de</strong><br />

ayuno <strong>de</strong> Cuaresma en la cercenacion, la disminución,<br />

el retraso <strong>de</strong> la comida, sino también en !a abstinencia <strong>de</strong><br />

alimentos <strong>de</strong>masiado crasos y <strong>de</strong> viandas que lisonjeen el<br />

gusto. Muchas personas en ei mundo no hacen mas que<br />

una comida al día por puro principio <strong>de</strong> salud, por gusto,<br />

sin que pretendan ayunar por esto. Por comer menos<br />

muchas veces, no son ni ménos sensuales ni mas sobrios.<br />

La abstinencia es inseparable <strong>de</strong>l ayuno; la mas generalmenlc<br />

recibida ha sido siempre la <strong>de</strong>escluir el uso <strong>de</strong> la<br />

carne, <strong>de</strong> la leche, do los huevos y <strong>de</strong>l vino. San Agustín<br />

constituye el ayuno en esta doble abstinencia, pretendiendo<br />

que esta abstinencia comprendía la <strong>de</strong> toda suerte <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za en la comida. En esto consistía, según parece,<br />

todo lo que hacía el común <strong>de</strong> los fieles, pero ios que <strong>de</strong>seaban<br />

llevar el ayun) hasta la perfección, .se privaban<br />

hasta <strong>de</strong>l pescado y <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong>l aceite, reduciendo<br />

al pan y al agua la única refección <strong>de</strong>l dia, que no<br />

so tomaba nunca hasta la'tar<strong>de</strong>. Este era, al parecer<br />

<strong>de</strong> san Gerónimo, el mayor rigor con qne se ha pulido<br />

observar el ayuno legítimo y reglado por la pru<strong>de</strong>ncia<br />

(Ep. ad NepoL); no aprobando la práctica <strong>de</strong> aquellos quo<br />

pasaban los dos y tros días sin comer ni beber, en razón<br />

<strong>de</strong> que por esta impru<strong>de</strong>nte singularidad, se veian obligados<br />

<strong>de</strong>spués á buscar alimentos ménos comunes y mas<br />

<strong>de</strong>licados; una mortificación mas constante, no interrumpida<br />

y ménos señalada, es siempre <strong>de</strong> mayor mérito <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> Dios. Y si en la sucesión <strong>de</strong> los tiempos se ha<br />

creído que <strong>de</strong>bía dispensarse en ór<strong>de</strong>n á la abstinencia <strong>de</strong>!<br />

vino, nó así en ór<strong>de</strong>n á la <strong>de</strong> la carne , qué siempre ha<br />

permanecido en toda especie <strong>de</strong> ayunos; y son Gerónimo<br />

alaba á santa Marcela, porque estando precisada á beber<br />

vino á causa <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s enfermeda<strong>de</strong>s, lo tornaba en<br />

tan poca cantidad que apenas se enrojecía el agua. <strong>Los</strong><br />

licores y toda especie <strong>de</strong> bebidas <strong>de</strong>liciosas, no están ménos<br />

proscritos que el vino. Contra este abuso esclama fuertemente<br />

san Gerónimo. «Hay también,» dice el santo, «quienes<br />

no beben vino ; pero mas por placer que por causa <strong>de</strong><br />

salud,se procuran sustancias y licores <strong>de</strong> manzanas y otros.»<br />

Con<strong>de</strong>na también la intemperancia, <strong>de</strong> los que no alimentándose<br />

mas que con legumbres, esce<strong>de</strong>n en la cantidad.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!